Un colibrí entre las nubes: la lucha por conservar al zamarrito del pinche

En lo más alto de la Serranía del Pinche, un colibrí diminuto simboliza esperanza en medio de la adversidad. Descubierto en 2007, hoy motiva a las comunidades del Cauca a cuidar más su territorio. Este es el segundo episodio de Latidos Silvestres.

En el departamento del Cauca, entre los páramos y bosques andinos de la Serranía del Pinche, vive un colibrí tan pequeño que podría caber en la palma de una mano. Su nombre científico es Eriocnemis isabellae, pero la comunidad lo llama con orgullo zamarrito del pinche

Descubierto en 2007 por los biólogos Luis Alfonso Ortega y Alexander Cortés, esta diminuta ave, con su gorguera violácea y patas cubiertas de plumas blancas, es un símbolo de la riqueza natural de Colombia y de su fragilidad.

“Lo más impactante fue saber que esta especie no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Es endémica de esta región y su existencia depende completamente de estos ecosistemas”, explica Liliana Paz, directora de la Fundación Ecohabitats, organización que lidera su conservación.

Un paraíso amenazado

Zamarrito del Pinche.
Eriocnemis isabellae, zamarrito del pinche. Según la Fundación Ecohabitats, son más de 20 especies de Colibrí las que habitan la Serranía junto a él. I Foto: Colprensa.

La conservación de esta especie no sería posible sin el compromiso de las comunidades campesinas. Desde Santa Clara hasta El Naranjal, 22 veredas del departamento han establecido acuerdos de conservación que protegen cerca de 22,000 hectáreas. “Ellos son los verdaderos héroes. Decidieron limitar la frontera agropecuaria por voluntad propia y trabajan día a día para cuidar estos bosques”, afirma Ortega, cofundador de Ecohabitats.

Además, los campesinos se han convertido en monitores comunitarios, aprendiendo a identificar y registrar las aves del territorio. “Ver cómo manos acostumbradas al machete ahora manipulan con delicadeza un colibrí es algo realmente especial”, reflexiona Paz.

Más allá de su belleza, el Zamarrito del Pinche desempeña un papel crucial como polinizador en los ecosistemas altoandinos. Su gorguera azul profundo y su vuelo ágil lo convierten en un emblema de la biodiversidad. “Es un símbolo de resistencia, no solo por su fragilidad, sino porque ha unido a las comunidades en torno a su conservación”, añade Luis Alfonso.

Esperanza en medio del conflicto

Zamarrito del Pinche
La Fundación Ecohabitats realiza capacitaciones en monitoreo comunitario de especies y cuidado del ecosistema. Esto les ha permitido crear más de 15 corredores de fauna preservando el territorio. I Foto Cortesía: Fundación Ecohabitats.

Aunque la región enfrenta desafíos derivados del conflicto armado y la expansión agrícola, Ecohabitats y las comunidades han logrado avances significativos. Desde la declaración de la Reserva Forestal Protectora Regional Serranía del Pinche hasta la implementación de programas de educación ambiental en colegios, la labor conjunta ha dado frutos.

“Es un territorio de esperanza. Aunque las condiciones sean difíciles, las comunidades están comprometidas con la protección de su hogar y de esta especie única”, dice Paz.

Un llamado a la acción

Fundación Ecohabitats
La Fundación Ecohabitats trabaja en promedio con 30 mujeres y 90 hombres por año en sus distintos proyectos. I Foto Cortesía: Fundación Eciohabitats.

La historia del Zamarrito del Pinche es un recordatorio de que la conservación es un esfuerzo colectivo. Desde pequeñas acciones en las ciudades, como el uso responsable del agua, hasta el voluntariado en proyectos como el de Ecohabitats, todos pueden contribuir.

“Cualquier aporte cuenta, desde aprender sobre estas especies hasta apoyar económicamente los programas de conservación. Este colibrí, aunque pequeño, nos enseña que aún hay razones para creer en un futuro más verde”, concluye Ortega.

Latidos Silvestres, la voz del bosque

El Zamarrito del Pinche es el protagonista del segundo episodio de Latidos Silvestres, una miniserie de Colombia Visible que da voz a las iniciativas que protegen especies amenazadas y resalta la conexión entre las comunidades locales y su entorno.

Siga leyendo: