Tangaras, cotingas, oropéndolas, búhos, carpinteros y barranqueros. La riqueza natural del sur del país gana relevancia con el surgimiento de proyectos que muestran, a locales y extranjeros, las aves que la representan. Un recorrido por Nariño y Putumayo.
La suma de los departamentos de Nariño y Putumayo bien podría ser la representación de algunas de las principales características de Colombia: una serie de cambios geográficos —el piedemonte que conecta a los Andes con la Amazonía y las playas del Pacífico— que traen consigo una serie de ecosistemas riquísimos en fauna y flora.
Así lo descubrimos durante nuestra travesía por ambos territorios en compañía de Manakin Nature Tours, una empresa de aviturismo fundada por el biólogo Luis Urueña y que trabaja con guías locales, entre ellos comunidades de pescadores, campesinos que abandonaron la cacería o la ganadería y soldados retirados, que conocen el territorio y los mejores lugares para encontrar las aves más representativas de cada región.
A continuación le presentamos diez de ellas:
- El atrapamoscas coliblanco (Agriornis montanus) fue quizá uno de los primeros grandes avistamientos de la aventura. En Colombia, cuenta Luis, solo puede observarse en las zonas de Pasto e Ipiales. En la capital de Nariño, por ejemplo, se puede ver en el sector de lomas de Tescual. / FOTO: Shutterstock
- El gorrión montés parduzco (Atlapetes leucopis) es otra de esas aves difíciles de ver, no solo porque su hábitat se limita al bosque nuboso de los Andes de Ecuador y el sur de Colombia, sino porque suele vivir en parejas y en lugares de vegetación densa. / FOTO: Luis Urueña
- El tucán andino pechigris (andigena hypoglauca) apareció en el segundo día de observación en el sector de Santa Clara, a medio camino entre la Laguna de La Cocha y la Cascada Quilinzayaco. Si bien vive en Perú, Ecuador y Colombia, se le considera amenazada por la pérdida de hábitats. / FOTO: Shutterstock
- El colibrí de Herrán o pico espina arcoíris (Chalcostigma herrani) se encuentra entre las aves que marcan la conexión de Nariño y Putumayo, pues se puede ver en ambos departamentos. Se le considera como uno de los colibríes más grandes registrados y se caracteriza por la franja arcoíris bajo el pico, exclusiva de los machos de la especie. / FOTO: Shutterstock
- La familia de las tangaras se puede encontrar, exclusivamente, entre el norte de Colombia y el oeste de Bolivia. La tangara orejinaranja (Chlorochrysa calliparaea), por ejemplo, se puede observar en toda la región y se caracteriza por sus colores brillantes: cuerpo verde esmeralda con puntos naranjas en los costados de la cabeza. / FOTO: Luis Urueña
- La tangara montana enmascarada, o azulejo de Wetmore (Tephrophilus wetmorei) es una de las tangaras más buscadas por los observadores de aves del mundo, pues se mueven en grupos pequeños y no suelen salir de la vegetación. Urueña cuenta que solo pudo observarla después de su sexto viaje a la región. Es posible encontrarla cerca al páramo de Bordoncillo. / FOTO: Luis Urueña
- La tangara orejidorada (Tangara chrysotis), también conocida como tangará pechirrufa es, de acuerdo con eBird, única en las zonas que habita. Con esto, la plataforma se refiere a la combinación de colores verde azulado en los costados, cara anaranjada, vientre cobrizo y marcas negras. Suele moverse entre las copas más altas de los árboles y en bandadas mixtas, de más de una especie. / FOTO: Luis Urueña
- La tangara coronidorada o musguerito paramuno (Iridosornis rufivertex) también es considerada como una especie poco común, aunque se puede observar tanto en Colombia como en Ecuador, Perú y Venezuela, especialmente en regiones de piedemonte y selvatropical. Se mueven solas y en pareja. / FOTO: Luis Urueña
- El picaflor ojiamarillo (Diglossa glauca) se destaca, valga la redundancia, por ser la única especie de picaflor con ojos amarillos en el mundo. A diferencia de otros de su familia, no depende del néctar de las flores, pues también consume insectos y frutas pequeñas. / FOTO: Luis Urueña
- Por último está la Cotinga Buchicastaña (Doliornis remseni), quizá el avistamiento más importante de toda la expedición, pues de acuerdo con Luis "es un pájaro extremadamente raro, que se conoce en pocas localidades en Ecuador, Perú y Colombia". En este caso, la primera vez para todos los observadores del recorrido, se le pudo ver en el páramo de Bordoncillo. / FOTO: Luis Urueña
Necesita saber:
Si quiere observar estas aves puede comenzar en Pasto, visitando lugares como lomas de Tescual, para después dirigirse hacia la Laguna de La Cocha y, desde allí, al Páramo de Bordoncillo. Valga señalar que, de acuerdo con el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia), en el departamento de Nariño se registran 1.048 especies de aves, que incluyen 155 con algún tipo de migración y «un alto número de especies endémicas».
Tenga en cuenta que la observación de aves en Nariño está comenzando a crecer. De acuerdo con eBird, fue el cuarto departamento del país con más registros de especies durante el Global Big Day de 2022. Encuentre más datos sobre las aves del territorio, aquí.
Una vez finalice esa parte del recorrido, puede visitar el Trampolín de la Biodiversidad, haciendo paradas para ver tangaras entre otras especies que usualmente se observan en bandadas mixtas, hasta llegar a Mocoa, Putumayo. Una vez allí, puede visitar lugares como la reserva El Escondite o tomar una lancha que le lleve hasta Playa Rica. Tenga en cuenta que según el SiB, en el departamento se registran 750 especies de aves, 69 especies que realizan algún tipo de migración y dos endémicas.
Putumayo fue, además, el octavo departamento con más especies registradas durante el Global Big Day de 2022 con un total de 529 tipos de aves diferentes. Puede encontrar más información sobre estas, aquí.
Para el caso de esta travesía en particular, la lista de avistamientos asciende hasta 209 observadas. Puede conocerlas todas en este enlace.
Un consejo

La observación de aves es una actividad de «muchas expectativas, pocas garantías y bastante satisfacción». Recuerde ser paciente y que lo importante es disfrutar de una experiencia que le llena de nuevos aprendizajes y promueve la defensa de los ecosistemas habitados por estas y otras especies.
Necesita llevar:

Aparte de la paciencia que se requiere para observar aves, sobre todo si busca alguna especie en particular, Urueña señala que todo viaje de aviturismo requiere:
– Bloqueador de sol
– Gafas de sol
– Botella de agua
– Libros de referencia para identificar especies
– Binoculares, telescopios o miras
– Botas de montaña
– Chaqueta rompevientos o para la lluvia
– Ropa acorde al clima del territorio a visitar