Dos siglos de tradición cafetera en el departamento se ven reflejados en cuatro municipios que se destacan por sus productos y también por la oferta de turismo alrededor del grano.
Primera parada: Arbeláez
Esta ruta cafetera comienza en Arbeláez, un municipio al suroccidente de Fusagasugá con un clima templado que oscila entre los 20 y 23 grados, con 16 marcas de café registradas. Una de ellas, Kafee Catar, abre las puertas de su hacienda para aquellos que quieren aprender sobre el grano.
Kaffee Catar tiene una propuesta de cultivos ecoamigables y en su hacienda “manufacturan el producto final de la mayoría de cafeteros del municipio”, dice José Daniel Pinto, lider del proyecto.
El tour inicia visitando la zona en la que se fabrican los abonos, seguido del proceso de maquila, en donde se pueden ver las máquinas de tostado del café y termina con una cata para probar tres métodos distintos de filtrado: el sifón japonés, chemex y prensa francesa, para identificar cómo la preparación del café influye en el sabor y el color de la bebida.
Además, aquellos que decidan viajar en diciembre podrán asistir a la Apuesta de disfraces, una celebración tradicional en la que las personas del pueblo se disfrazan y compiten en dos bandos para identificar quién es el líder oculto del otro equipo. El equipo perdedor, por lo general, tiene que organizar una fiesta.
Segunda parada: Fusagasugá
A 40 minutos de Arbeláez está Fusagasugá, el municipio donde se encuentra la hacienda Coloma, que ofrece visitas guiadas únicamente con reservación.
En la Hacienda Coloma el tour cafetero dura aproximadamente dos horas y media, y comienza con la experiencia de recolección de granos de café. A los visitantes se les entrega un sombrero y un canasto para luego acompañar a los guías y ayudar en la selección de granos.
Luego, los visitantes van a la zona de máquinas en donde se tuestan los granos de café. Para presencia el proceso de tostado debe visitar la hacienda entre las nueve de la mañana y al mediodía.
La hacienda también es el hogar del Ron Coloma, licor que se caracteriza por tener notas de café. Aquellas personas interesadas en aprender más sobre el proceso de producción y añejamiento del ron pueden hacer a un tour adicional para visitar la cava de la hacienda y catar el producto.
También es posible almorzar en la hacienda. Ofrecen el pollo a la bicicleta, en homenaje a la tradición ciclista de Fusagasugá. Sin embargo, el recomendado de la casa es el ajiaco santafereño.
Tercera parada: Viotá
La tercera parada de esta ruta es Viotá, municipio ubicado al norte de Fusagasugá a una distancia de aproximadamente a dos horas y 15 minutos.
El clima de Viotá es húmedo y cálido. Las temperaturas oscilan entre 21 y 30 grados centígrados y es probablemente uno de los municipios más importantes en la historia cafetera del país.
En este lugar se encuentra la hacienda California, una finca fundada en 1850, en pleno boom cafetero de Colombia que los viotunos describen como una de las pioneras en la industria cafetera.
Los visitantes de la hacienda California no solo verán de primera mano la producción de café, también podrán ver varias máquinas antiguas, como descerezadoras y guardiolas que utilizaban los cafeteros de finales del siglo XIX y principios del XX. Es un recorrido por la historia de la industrialización del café en el país.
*Siga leyendo sobre otros planes turísticos en Viotá aquí.
Cuarta parada: Sasaima
A tres horas y media de Viotá se encuentra la última parada de esta ruta: Sasaima, uno de los principales productores de café en Cundinamarca.
En Sasaima hay 60 fincas que están abiertas al público. Entre ellas hay hoteles, centros vacacionales y haciendas cafeteras.
Acaima Café tiene una de las haciendas más importantes del municipio. Su café lo exportan a Europa y ofrece una experiencia para conocer el proceso desde la siembra hasta la cata del producto.
Esta hacienda se encuentra a 20 minutos del casco urbano de Sasaima, vía a La Vega. Y además de ofrecer la experiencia de producción cafetera, cuentan con hospedaje en la finca.
La hacienda Guane, construida aproximadamente hace 200 años, es otra de las fincas cafeteras que abre sus puertas al público y ofrece un tour que se centra en aprender sobre la historia del café de la región y del país. Entre las colecciones hay una de monedas que circulaban únicamente para el intercambio del café con otros productos.
Por otro lado, Sasaima también es hogar de la Tienda Museo del Café, un lugar donde pueden catarse varias marcas de la región.