El bailarín migrante que formó un grupo de danza con jóvenes venezolanos y colombianos en Riohacha

Aldemaro Romero vio que la danza y el teatro eran formas únicas de expresión, así creó Talento de Calle, un colectivo en el que niños, jóvenes y adultos se comunican a través del performance y la música.

Aldemaro Romero baila desde que tenía 4 años, actualmente tiene 26 y desde hace 6 vive en La Guajira, aunque nació en Venezuela. Además, es realizador audiovisual, artista contemporáneo y le gusta la expresión oral como forma de comunicación.

La situación económica de su país y el fallecimiento de su papá hicieron que Aldemaro decidiera emigrar. “Consideré que era el momento de empezar otra historia y así me fui, sin tener conocidos, sin ver un horizonte claro o saber si alguien me recibiría”.

Luego de varias situaciones negativas de las que fue víctima, como robo, trata de personas y xenofobia, Aldemaro cuenta que encontró en la danza una forma de resignificación propia.

“Empecé mi proceso en las calles de Riohacha, solo tenía un bafle pequeñito y me iba a los restaurantes y centros comerciales a bailar. A la gente le llamaba la atención porque era muy profesional y al final me pedían que les diera clases”, cuenta.

Talento de Calle
Para Aldemaro, Talento de Calle busca inspirar a niños, jóvenes y adultos con el fin de que creen sus propias realidades por medio de la danza. / FOTO: Talento de Calle

Esos fueron los inicios de Talento de Calle, su proyecto de vida en el que formó un grupo de jóvenes venezolanos y colombianos en situación de calle que encontraron en el teatro y la danza una forma de vida. De acuerdo con el artista, Talento de Calle no solo le ayudó a los jóvenes de la región, también a sí mismo porque lo encaminó a un propósito de acción en el territorio.

“Para mí es muy importante el tema de la inclusión, de las oportunidades que hay para migrantes y personas retornadas a Colombia, para que, por medio de la danza, pueda realizar su proyecto de vida”.

Talento de Calle existe hace cuatro años y actualmente hacen parte 75 niñas, niños, jóvenes y adultos que utilizan el teatro musical y la danza como una forma de salir adelante. “No vemos edades, sino dinamismo. Dentro del grupo he tenido participantes desde los 4 años hasta los 48, no tengo límites, es un proceso que va de la mano de las emociones”.

Talento de Calle
Aldemaro dicta clases de danza clásica, música urbana, ritmos latinos y géneros que hacen parte del territorio, como cumbia y mapalé. / FOTO: Talento de Calle

Aldemaro cuenta que al principio no fue fácil hacer sus presentaciones, el tema de la xenofobia estaba muy presente, “nos apagaban el bafle y nos denigraban, entonces empezamos a crear mensajes sugestivos a lo que hacíamos, o sea, si las personas se sentían molestas, creábamos un mensaje que tuviera que ver con la libertad de expresión, ir más allá de solo un baile”.

Desde hace dos semanas que Talento de Calle es oficialmente una corporación y su estrategia se basa en hacer tomas en las zonas comunas de Riohacha. “Yo voy a los parques y doy clases gratuitas para integrar a todas las personas que están en el lugar, desde ese momento empiezo a cambiar la dinámica del territorio”, dice Aldemaro y cuenta que va a los parques La Esperanza y Los Olivos, así como a la comuna 10.

“En las presentaciones combinamos el baile, el canto, la actuación, pero siempre nos basamos en dar un mensaje concreto”.

Talento de Calle tiene tres lemas que los definen: ‘trabaja por tus sueños’, ‘donde hay estilo, no hay competencia’ y ‘hacer la danza tu mayor expresión’. Además, para la corporación, el objetivo es claro: mostrar la danza como una herramienta de transformación social

Talento de Calle
Además de su proyecto, Aldemaro es activista y líder de la comunidad LGBTIQ+, se identifica como una persona no binaria. / FOTO: Talento de Calle

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