El Área Metropolitana del Valle de Aburrá ha creado 69 ‘Parches Verdes’, microbosques urbanos que buscan mejorar las condiciones medioambientales de la región.
En medio de la densidad urbana del área metropolitana del Valle de Aburrá, 69 ‘microbosques’, distribuidos en nueve de los diez municipios, visten de verde el territorio y buscan ser una solución a los problemas ambientales.
Estos pequeños bosques hacen parte del proyecto ‘Parches Verdes: pulmones para la vida’ del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, entidad encargada de mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes, humanos y no humanos, y que trabaja en medio de un contexto complejo en términos ambientales.
Es que, debido a que se ubica en medio de una depresión geológica estrecha, densamente poblada, el territorio enfrenta retos que, al ser comparados con otras áreas metropolitanas densas, son mucho más grandes.
Andrés Felipe Álvarez Grajales, subdirector de planeación del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, explica que “aquí las montañas juegan un papel importante porque dificultan la dispersión de gases a través del viento, a diferencia de otras ciudades como Bogotá”.
Además de ello, factores como la densidad poblacional y el área construida en el territorio, generan que el Valle de Aburrá atraviese un proceso de impermeabilización del suelo. Eso significa que el agua que se precipita deja de cumplir su ciclo natural para llegar al subsuelo.
Debido a ello, desde 2020 la entidad decidió afrontar el problema renaturalizando el espacio, sembrando distintos tipos de árboles, arbustos y otras plantas que generen bosques en medio de zonas urbanas.
Renaturalizar el Valle de Aburrá
Con la construcción de Parches Verdes, el Área Metropolitana no solo busca mejorar la calidad de vida de los seres humanos, sino también del resto de habitantes del valle, como mamíferos, aves o insectos.
Alberto Peña Castro, supervisor del proyecto, explica que “buscamos constituir pequeños bosques dentro del contexto urbano con especies nativas del valle. Estas especies, que son tanto grandes árboles como especies menores, son hospedaje y alimento para insectos y pequeñas aves. Los microbosques no son solo un conjunto de árboles en la ciudad, sino un ecosistema que cumplirá diferentes servicios ambientales en el territorio”.
Debido a la diversidad de especies de flora que componen los bosques, estos pueden cumplir una serie de funciones ambientales que actualmente necesita el Valle de Aburrá.
“Con la permeabilización de los suelos que permite los ‘Parches Verdes’, el agua podrá llegar a los acuíferos subterráneos. Eso es importante no solo para que cumpla su ciclo y llegue a otras fuentes, sino porque quizás ese recurso lo vamos a necesitar en el futuro”, señala Peña.
Otras funciones de los ‘Parches Verdes’, que tienen un área de por lo menos 100 metros cuadrados, son las de lograr que algunas especies de fauna regresen a la ciudad, controlar islas de calor, regular el clima y mejorar paulatinamente la calidad del aire de todo el Valle de Aburrá.
Parches verdes para todos los habitantes
Ahora bien, de acuerdo con los expertos, la función de estos microbosques trasciende la barrera de lo ambiental.
“Debido a que simulamos un bosque rural en las zonas urbanas, esto permite la llegada avifauna a la ciudad y que tengamos más espacios para la educación ambiental dentro del área metropolitana. También es importante porque es una forma de mitigar la contaminación visual, pues cuando crezcan los bosques vestirán de verde el territorio”, señala el subdirector Álvarez.
Hoy, varios de estos bosques han sido sembrados en espacios deportivos y entidades educativas, lo que permite que puedan ser utilizados para algunas actividades recreativas. En el futuro también serán un insumo para la investigación científica.
“Cuando pensamos en el proyecto sabíamos que queríamos hacer mucho más que arborizar ciertos espacios. Por eso usamos una expresión paisa y cercana: los ‘Parches Verdes’. El parque es un lugar de encuentro, en este caso un encuentro de toda la naturaleza: la flora, la fauna y los ciudadanos”, concluye Álvarez.