Estos recicladores organizan recorridos para mostrar el patrimonio rural de Ciudad Bolívar

30 recicladores de Mochuelo Bajo, en Ciudad Bolívar, se organizaron para crear recorridos guiados con los que buscan visibilizar cómo es y qué se hace en la zona rural de la localidad a favor del ambiente.

En Ciudad Bolívar, entre las veredas Quiba Alta y Mochuelo Bajo, se encuentra la Piedra del Mohán, un tesoro ambiental poco conocido que un grupo de 30 recicladores de la localidad quieren dar a conocer a través de sus recorridos guiados.

Y es que, aunque de entrada parezca que Ciudad Bolívar no cuenta con atractivos turísticos, desde hace un tiempo se vienen gestando iniciativas comunitarias para que los no residentes conozcan cambien su visión del lugar. Tal es el caso de La Ruta de la Esperanza, un proyecto que ofrece cuatro recorridos por la localidad, y también los procesos de huertas comunitarias que tienen lugar en su zona rural.

Precisamente, otra de las iniciativas que ha tenido gran impacto en las poblaciones rurales de Ciudad Bolívar ha sido Sineambore (Sinergia para un ambiente sano con bogotanos reciclando), un proyecto de reciclaje que ya acumula catorce años de trabajo.

Sineambore se enfoca en mitigar los impactos del relleno Doña Juana en Mochuelos a través de dos frentes de acción principales: reducir y reutilizar los residuos orgánicos de la propia comunidad y, además, visibilizar la riqueza ambiental de Ciudad Bolívar. 

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Sonia Osorio, responsable de la dirección pedagógica de la Sineambore, menciona que fue tras varios años de trabajo que vieron la necesidad de implementar líneas de acción más dinámicas. Líneas que, además de concientizar a los visitantes sobre los problemas sociales y de salud que acarrea el relleno, los hiciera percatarse de sus impactos en los «patrimonios ambientales» que posee la localidad, como la Piedra del Mohán.

La piedra ha sido el núcleo de esta puesta de turismo comunitario y ambiental. De hecho, la asociación hasta realizó una “investigación comunitaria” para conocer qué tiene por decir la tradición oral de Ciudad Bolívar de la misma.

“Como la piedra pertenece al ecosistema subxerofítico, alrededor de ella nace un liquen que cambia de color de acuerdo al clima. Ese liquen crece alrededor de la piedra y las personas afirman que son las barbas del Mohán. La comunidad muisca también hablaba de un gran sabio llamado Tibaquin, que tenía que llegar a la parte más alta, o sea esta piedra, para analizar el territorio y reflexionar”, explica Sonia. 

Otra de las historias que se escuchan sobre la Piedra del Mohán en Ciudad Bolívar es que, hace años, un señor ermitaño decidió construir su casa en ese lugar. Por su aspecto misterioso, lo asociaron al Mohán del río Magdalena. / FOTO: cortesía Sineambore

Los recorridos están a cargo de treinta recicladores que viven, en su mayoría, en Ciudad Bolívar. Ellos, además de guiar a los no residentes, también se encargan de la gestión de residuos y actividades pedagógicas. Además, abanderan la implementación de una economía solidaria en el territorio. Es decir, en los recorridos aprovechan para llevar a los visitantes a conocer emprendimientos locales, que van desde artesanías hasta productos cultivados y procesados por la misma comunidad.

Tienen dos recorridos: el primero se llama ‘Recorrido reciclador’. Inicia en el transmicable e incluye una caminata por las veredas de Ciudad Bolívar, una visita a la Piedra del Mohán y termina en la planta de residuos orgánicos, donde las personas puedes presenciar cómo se hace la separación de residuos. La planta es pública y comunitaria. Sonia menciona que cualquier persona interesada en mitigar los impactos ambientales del relleno Doña Juana y construir tejido comunitario es bienvenida a participar en ella.

Por otro lado, el segundo recorrido se llama ‘La ruta fuerte’. En él, los recicladores caminan alrededor de 2 a 3 kilómetros recolectando residuos orgánicos con carros de tracción humana, que pueden llegar a pesar hasta 250 kilogramos. Esta ruta cuenta con la participación de 750 comunidades, que fueron dotadas con canecas diferenciales para separar residuos. 

Hasta el momento, desde 2018, han recuperado 900 toneladas de residuos orgánicos, que luego utilizan para compostaje.  

Gracias a la participación de 750 familias de Mochuelos, el grupo de treinta recicladores de Sineambore ha logrado recolectar 900 toneladas de residuos orgánicos. / FOTO: cortesía Sineambore

“Ruta fuerte es el nombre que le dimos a la primera ruta de recolección de residuos orgánicos dirigido por recicladores y de esquema gratuito en Mochuelo Bajo. Inicio siendo una idea de separación domiciliaria”, agrega Sonia, quien aclara que, en un primer momento, el proyecto se llamó ‘Basura Cero en Mochuelo’, pero en 2014 se convirtió en Sineambore.

Para esta asociación, el reciclaje ha sido la base para replantear el imaginario ambiental que el resto de la población de Bogotá tiene sobre Ciudad Bolívar. Su trabajo, además de haber convertido a la comunidad en agentes activos de cambio, también ha contribuido a visibilizar la importancia de apreciar aún más esos elementos que para la comunidad son sagrados, como la Piedra del Mohán, y que se terminan convirtiendo en excusas para atraer a los visitantes a conocer la otra cara de Ciudad Bolívar.