D’ Hylos fue creada, en 1995, por una pareja de San Jacinto que quería elaborar hamacas con técnicas ancestrales de los sinú. Hoy, los jóvenes del municipio se capacitan para mantener la tradición.
En 1995, Edwin Pájaro y Yaneth Vásquez crearon un taller para vender hamacas en San Jacinto, Bolívar. Eran solo ellos dos. 27 años después, más de 100 personas trabajan con D’ Hylos, una empresa que ha llevado por toda Colombia, y a países como España y Francia, el arte de las hamacas, tradición que viene de los indígenas sinú desde tiempos precolombinos.
María Victoria Pájaro, la mayor de los tres hijos que tuvieron Edwin y Janeth, se encarga de las ventas en línea de D’ Hylos y, aunque sus padres siguen al frente del negocio, se encarga de contar esa historia que han construido durante cerca de tres décadas y se ha centrado en “mantener viva la tradición al tiempo que generamos empleo”.
Conocimiento ancestral
“Se trata de lo que hacían nuestros ancestros. La tejeduría artesanal empieza con los indígenas sinú, fueron las primeras personas en traer esta tradición. Desde allí nace todo: la forma de tejer, los tejidos, los patrones. Son técnicas muy antiguas”, explica María Victoria.
Ese mismo carácter artesanal les trajo, en un principio, un desafío.
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María Victoria reconoce lo apetecidos que llegan a ser sus productos en la actualidad gracias al valor que se le otorga a la tradición, pero no fue siempre así: “Muchas veces nos cerraron las puertas, muchas personas no valoraban el trabajo artesanal. Alguna vez en Cartagena alguien me dijo: ‘Esto me parece feo, patético’”.
Sin embargo, el tiempo les ha dado la razón. “D’ Hylos ha ayudado a conservar nuestras tradiciones”, agrega.
Metas a futuro
Después de 27 años, pareciera que el camino está claro. Sin embargo, al hablar de lo que sigue para D’ Hylos, María Victoria se muestra ambiciosa.
“La meta más grande que tengo, y en la que vengo trabajando, es conquistar un país como Estados Unidos. Allá el producto premium de nosotros, la hamaca, es muy apetecido, pero allá prima la versión industrial y es difícil entender que esto es hecho a mano”.
Sin embargo, más allá de esas proyecciones, María Victoria ve en D’ Hylos un lugar que se ha vuelto un centro para los artesanos de San Jacinto. “Creamos un taller donde van directamente a trabajar. Lo veíamos imposible porque en un momento se dijo que nuestra técnica se estaba perdiendo, que los jóvenes no querían continuar; pero, si vienes, es diferente. La mayoría somos jóvenes entre 18 y 25 años”, concluye.
La historia detrás de una hamaca
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