En Tibú, Norte de Santanter, Denis Cáceres y Sol Ortega construyen, a través del hip hop, música que habla de reconciliación. En sus composiciones, buscan mostrar la cara positiva del territorio.
Denis Cáceres cuenta que, cuando era niña, años antes de conocer el hip hop, era una apasionada por la poesía. Ella nació y creció en Tibú, uno de los municipios que conforma la región del Catatumbo, en el Norte de Santander.
Se trata de una de las regiones más afectadas por la violencia en Colombia, pues era una zona con gran concentración de grupos armados, particularmente de la extinta guerrilla de las Farc. Crecer en este contexto, influenció su poesía, que posteriormente se convertiría en música de paz.
“En 2008 conocí a un rapero que vino a Tibú, esa fue la primera vez que escuché sobre este género musical. Me llamó mucho la atención y desde entonces comencé a convertir mi poesía en canciones. Durante ese proceso, mi prima, mi hermana, Sol Ortega estuvo a mi lado”, dice Denis.
La joven cuenta que Sol también empezó a escribir canciones, pero que “la música que hacíamos no se la mostrábamos a nadie. El hip hop era algo desconocido en Tibú en ese momento. Lo que escribíamos lo pensábamos como un ejercicio personal”.
Sin embargo, en 2010 decidieron hacer una presentación en su colegio. Como las dos habían escrito sus propias letras, las juntaron en una sola canción para presentarla desde el escenario.
Según Denis, aquel día asistió la mayoría del pueblo. “Sentíamos miedo de exponer nuestras letras y a nosotras mismas”. Sin embargo, las dos jóvenes subieron al escenario, rapearon y, “aunque era probablemente la primera vez que muchos en Tibú escuchaban rap, muchos se sintieron identificados con nuestras letras, pues estábamos hablando sobre nuestra vida en el territorio”, cuenta.
En ese momento decidieron consolidarse como artistas y, en honor al pueblo motilón barí del Norte de Santander, que como describen ellas es “un pueblo guerrero, luchador y resistente”, decidieron llamar a su proyecto musical Motilonas Rap.
Rap para la paz desde el Catatumbo
“En el momento en el que nació Motilonas Rap, Tibú pasaba por un momento muy complejo. El conflicto armado afectaba a la ciudad y nuestras vidas estaban marcadas por esa experiencia. Decidimos narrar lo que vivíamos y resistir desde la música”, señala Denis.
Y aunque estas dos mujeres denuncian la violencia en el Catatumbo, también le apuestan a dar a conocer su región más allá de la violencia. “El Catatumbo es una región campesina y de gente pujante. Muchos de los cultivos que llegan a hogares colombianos se dan acá. Queremos que la gente deje de pensar que aquí lo único que hay es coca”, dice la rapera.
Denis señala que “lastimosamente a los artistas de regiones como el Catatumbo nos estigmatizan. La gente cree que solo somos coca, que somos guerrilleras o guerrilleros. No es así, nosotras estamos en contra de todo acto violento, en contra de las armas. Entonces lo que nosotras queremos mostrar con nuestra música es eso: que aquí hay gente que echada pa’ adelante. Queremos que, con nuestra música, la gente le pierda el miedo al Catatumbo”.
De hecho, El canto de la flecha es un álbum inspirado en la idea de resaltar que hay mujeres y hombres que buscan la transformación de sus territorios. Para Denis «las flechas simbolizan la idea de que la lucha puede llegar a cualquier rincón. Son un símbolo muy potente, precisamente del pueblo motilón barí. En este álbum le apostamos a contar esas historias de paz, junto con artistas de Cuba, Venezuela, Bélgica y de Medellín, aquí en Colombia”.
Hoy, estas artistas siguen rapeando para mostrar la cara positiva del Catatumbo. Sueñan con presentarse en Hip Hop al Parque en Bogotá para llevar un mensaje de paz y reconciliación en el que creen firmemente.
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