La Biblioteca Pública Comunitaria San Basilio de Palenque realiza diversas actividades con la población más joven para preservar uno de los legados más importantes del lugar: la lengua
Para Karina Herrera bibliotecaria en San Basilio de Palenque, conocido por ser ‘el primer pueblo libre de América’, “la lectura es el pilar fundamental de todo lo que uno vaya a hacer”.
Dice que es a través de esta que las personas pueden conseguir y afianzar sus conocimientos y de esa manera convertirse en individuos que aporten a sus comunidades y a sus entornos.
Hace poco menos de diez años que trabaja en la Biblioteca Pública Comunitaria San Basilio de Palenque, un espacio que surgió en el 2008 a raíz de una “profunda necesidad” de la comunidad de tener un espacio como ese “en donde las personas, particularmente los niños, pudieran venir a hacer sus consultas, a leer, a hacer sus tareas y a aprender”.
El único espacio bibliotecario que había antes de esta iniciativa era la biblioteca del colegio, que sin embargo tuvo que ser cerrada pues no había quien la atendiera a causa de la falta de presupuesto para la escuela.
Karina ,que estudió Pedagogía Infantil en la Universidad del Tolima, comenzó siendo voluntaria y apoyando en diversas labores, desde la limpieza hasta realizando lecturas y diversas actividades con las personas que llegaban.
Más tarde la contrataron como auxiliar, cargo en el que estuvo hasta el 2018, cuando dejó la biblioteca por un tiempo pero a comienzos de este año fue designada como bibliotecaria principal.
Desde allí, Karina ha liderado diversas actividades para la población más joven y los visitantes más frecuentes de la biblioteca, con dos objetivos fundamentales: generar cariño por la lectura y su importancia, al tiempo que contribuir a la preservación de la lengua palenquera.
“Una parte de nosotros”
«El dialecto tradicional de San Basilio de Palenque, dice Karina es una parte fundamental de nosotros como palenqueros». Es algo que nos define como tal, una parte muy importante de nuestra identidad y de lo que somos como individuos y como pueblo”.
También cuenta que hace ya algunos años, el palenquero se encontraba en un preocupante proceso de decaimiento y rechazo, “a muchos de nosotros nos daba pena hablar nuestra lengua en distintas ciudades e incluso acá en Palenque y se estaba debilitando”. Y agrega: “si la lengua palenquera llegara a desaparecer, nosotros también desapareceríamos como pueblo”.
De ahí nace su afán y constante insistencia a los niños, niñas y jóvenes por aprender y así arraigar la lengua y su cultura, aunque dice que lo que quiere es funcionar como complemento a lo que ya se enseña en la escuela donde “dictan la materia como si fuera cualquier otra”.
Con eso en mente y queriendo también desarrollar en los niños amor e interés por la lectura, Karina invita constantemente a la niñez a que participe en las actividades que se realizan en el marco de la biblioteca.
Está, por ejemplo, ‘Kandá Kriví’, que traduce ‘Cantando y Escribiendo’ y que se trata de un espacio en donde los niños escuchan diversos ‘arrullos’ y ‘rondas’ tradicionales palenqueras y las transcriben “para desarrollar esa motricidad fina necesaria para la escritura, así como para estimular su creatividad”.
Eso último dado que los niños no solo transcriben las canciones, sino que se les motiva a crear nuevas letras con base en las melodías, las palabras y las historias que hay dentro de ellas.
Por otro lado, para Karina la biblioteca no puede ser un espacio estático y pasivo en su comunidad sino que por el contrario, debe ser un agente activo y dinámico que funcione entendiendo las necesidades y los intereses de las personas y en ese sentido salga a buscarlas sabiendo que hay muchas que, por uno u otro motivo, no pueden acudir al lugar.
En ese sentido, ideó el programa ‘Letúa andi bo ta’ o ‘Lectura donde tú estás’, “se trata de que si tú no llegas a la biblioteca, la biblioteca llega donde estás tú. Hacemos lecturas en las casas, en la plaza principal, en el parque y en otros lugares donde a veces la comunidad se reúne con más facilidad”. Asimismo, cuenta Karina, tienen ya bien identificada a la población que no suele ir a la biblioteca, por lo que también visitan cada una de sus casas para realizar prestamos de libros por ocho días.
“Les llegamos a las personas a sus casas, hacemos lecturas y generamos préstamos. Todo con la idea de generar una curiosidad que motive a acercarse a los procesos de la biblioteca y también para que los padres en sus casas les transmitan el amor por la lectura a sus hijos. Queremos mostrar que la biblioteca es un espacio de crecimiento para los niños”.
En ese mismo sentido, esta bibliotecaria también ha profundizado el proyecto ‘Kutivá Semía’, que en palenquero significa ‘Cultivar Semilla’ y que fundamentalmente consiste en realizar lecturas en voz alta, usualmente en lengua palenquera pero también en español, a niños de primera infancia para “que ellos vayan cogiendo ese interés por la lectura y cuando sean más grandes tengan ganas y capacidad de leer”.
La bibliotecaria: una guía para la niñez y la juventud
Karina cuenta que en Palenque el desempeño escolar es bastante bajo: “los niños están muy pegados a la tecnología y a veces no se enfocan mucho en los estudios, no quieren acercarse a leer”.
Por eso, dice que su principal rol en la comunidad como bibliotecaria es funcionar como una guía para la juventud que sirva para inculcar el amor por el conocimiento y el estudio, específicamente a través de los libros.
“Yo quiero que los niños desarrollen su intelecto, que desarrollen una comprensión lectora integral que les permita tener pensamiento crítico y de esa manera convertirse en personas que aporten a su comunidad”.
Así, además de las actividades que ha pensado para arraigar la lengua palenquera, también ofrece acompañamientos complementarios a los niños que lo requieran o que quieran repasar temas de cualquier materia en el colegio.
“Como yo soy pedagoga a mí me gusta mucho mi arte de educar, de enseñar y qué mejor lugar para hacerlo que la biblioteca de la comunidad. Al tiempo que les ayudo con el colegio, arraigamos nuestra cultura y fortalecemos los lazos entre nosotros”, concluye.