En la Sierra, campesinos e indígenas se unieron para rescatar los saberes caficultores

Estos 79 campesinos e indígenas pertenecientes a la Asociación de Productores Orgánicos Arhuacos y Campesinos Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía del Perijá (Asoprocasines) quieren ser un ejemplo de cómo introducir los conocimientos ancestrales en la caficultura a través de su producto Café Nacer.

Durante 25 años, un grupo campesinos e indígenas pertenecientes a la Asociación de Productores Orgánicos Arhuacos y Campesinos Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía del Perijá (Asoprocasines) han encontrado en la siembra y comercialización del café una herramienta para fortalecer la producción agrícola en los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar.

Los cultivos están ubicados en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Serranía del Perijá. En 1998, más de 32 familias acordaron que utilizarían el grano como puente para obtener ingresos adicionales y, al mismo tiempo, enviar un mensaje de conservación pues, según ellos, a través del paladar una persona puede ‘cogerle aprecio’ tanto a un producto local como a la tierra donde crece.

El café se llama Café Nacer. Explican que debe su nombre porque, al tomarlo, la persona se conecta con antiguas tradiciones de la cultura indígena. «Para nosotros es una experiencia culinaria que le permite volver a nacer, pero con el compromiso de conservar la Sierra Nevada de Santa Marta”. Así lo explica Roberto Robles, actual representante de Asoprocasines, que cuenta con indígenas arhuacos, kamkuamos, campesinos y colonos víctimas de la violencia.  

A través del Café Nacer, este grupo de 79 campesinos e indígenas quieren que el café sembrado en el Caribe tenga mayor reconocimiento no solo por su sabor, sino por la riqueza que puede generar un trabajo pluriétnico. /FOTO: Asoprocasines

Dicen que este trabajo pluriétnico es el que ha garantizado el buen recibimiento de la marca en comunidades aledañas e, incluso, en otros países. En 2003, por ejemplo, Roberto cuenta que lograron establecer las primeras relaciones comerciales con el exterior, más específicamente con la compañía Specialty tropical coffee, en Suiza. 

Ese fue, según ellos, uno de los mayores logros en cuanto a desarrollo rural en esta zona del país, sobre todo para poblaciones que se encuentran “en estos dos corredores que históricamente han sido marginados y estigmatizados a causa del conflicto armado, al ser permeados por la bonanza marimbera”, explica, y también aprovecha para destacar el hecho de que este grupo se haya animado a iniciar procesos de transformación de materia prima, logrando tener un producto con mayor valor agregado en el mercado cafetero del Caribe. 

El Café Nacer ha logrado trascender las fronteras comerciales de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá para servirse en Francia, Suiza, Finlandia y Estados Unidos. /FOTO: Shutterstock.

Aunque no cuentan con una gran difusión del producto en redes sociales, la asociación quiere consolidarse como un ejemplo de buenas prácticas para Colombia, pues buscan promover una agricultura con enfoque ancestral y un desarrollo rural que prioriza la conservación ambiental. 

Actualmente hay 79 personas vinculadas a la Asociación, pero Roberto espera que con el tiempo se puedan vincular otros campesinos de la zona para lograr fortalecer la red de caficultores de La Guajira, Cesar y Magdalena, tres departamentos que, hasta 2012, según un estudio oficial de USAID, contaban con alrededor de 42.000 hectáreas de café.

El Café Nacer tiene una acidez media con notas de nuez y chocolate. Su sabor ha sido tan bien recibido que, en 2022, con el Apoyo del Ministerio del Trabajo, Somos Rurales y la OEI, lograron exhibir su producto en el llamado ´rincón del experto’ en la ciudad de Metz, Francia.