A lo largo de 15 años, la Corporación Mahavir Kmina ha donado prótesis y tratamientos a personas que no pueden acceder a estos servicios médicos. Su objetivo, dicen, está en conceder «la posibilidad de volver a empezar”.
“Se me vuelve a arreglar la vida, porque volveré a caminar”. Así resume Héctor Sánchez, un agricultor de Quebradanegra, Cundinamarca, el recibir una prótesis para su pierna derecha.
Héctor es una de las personas que, en un periodo de cerca de 15 años, ha recibido una prótesis por parte de Mahavir Kmina, una corporación que dona este tipo de elementos a pacientes de todo el país.
Mahavir Kmina fue una idea que tuvo el empresario Alfredo José Díez en 2005 y que se materializó el 19 de julio de 2007, cuando entregaron la primera prótesis. Desde ese momento, han entregado 5.296 prótesis a 5.138 personas (la diferencia de cifras se entiende en que varios de ellos tienen una segunda prótesis o son amputados bilaterales).
Prótesis que transforman
En la pierna de Héctor se formó una vena varicosa por la presión en su extremidad. Hace cuatro años, llegó un médico a su pueblo para hacer el año rural, quien lo envió a realizarse una biopsia.
“Al mes llegó el resultado”, recuerda Héctor, “el doctor, que se llamaba Nicolás, me mandó a llamar y me dio la noticia: tenía un tumor pegado al hueso”. La solución fue amputar la pierna para evitar que la masa afectara otras partes de su cuerpo.
A pesar de que, en el papel, las Empresas Promotoras de Salud (EPS) cubren la entrega de las prótesis, en el caso de Héctor no fue así. Sin embargo, él debía seguir trabajando en la agricultura, en el cultivo de café, maíz, tomate y otros productos, por lo que empezó a moverse con muletas: “Yo quería volver a caminar para dejar las muletas y llegué al sitio preciso que es la corporación Mahavir Kmina”.
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En enero de 2022, Héctor llegó a la sede de Mahavir Kmina en Medellín para el desarrollo de su prótesis. El proceso es el siguiente: para solicitar una prótesis la persona debe llenar un formulario en la página de la corporación, responder preguntas asociadas a la amputación (como por qué ocurrió, cuándo y si es sobre la rodilla o debajo de ella) y si utiliza algún tipo de apoyo para caminar.
El doctor Jesús Alberto Plata, quien trabaja como director médico y especialista en rehabilitación de Mahavir Kmina, explica que si la persona se mueve en silla de ruedas, “no es posible (darle una prótesis de inmediato), requiere antes hacer fisioterapia”.
Acabar mitos
Más allá de esos detalles, sin embargo, Plata resume el trabajo de la corporación en que “damos la posibilidad de volver a empezar. Una prótesis significa sentirse de nuevo útil en la familia, tener las manos libres, ver su cuerpo completo frente a un espejo. Brindamos una ayuda para volver a empezar”.
El médico también indica que el objetivo de la corporación es acabar con temores y mitos que hay alrededor del proceso. Para eso, luego de que una persona hace una solicitud, llega a una cita médica en el que se hace una evaluación, pero también en la que se explica todos los detalles sobre las prótesis.
Uno de los ejemplos que pone es el del peso de estas. “Nuestras prótesis no representan el peso de una extremidad, que es de un promedio de entre cuatro y seis kilogramos. El peso final de una prótesis es de 1 kg. Pero mientras se acostumbran a usarla, sí hay una sensación de peso”, señala.
Lo anterior, implica que desde la fundación se haga un acompañamiento. Luego de recibir la prótesis, la persona puede asistir a la fundación para practicar sobre diferentes superficies: plana, inclinada y en escaleras. Esto, porque, de acuerdo con el doctor Plata, “el promedio de las personas que usan la prótesis al recibirla es del 51% en los primeros tres años”.
En ese sentido, Héctor concluye que “con las muletas uno camina, pero no puede hacer todas las cosas que quiere, porque las manos no están libres. Mientras ahorita, si Dios me ayuda, todo cambiará y se arreglará mi situación”.
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