Un legado rescatado por Cesar Morales, 'Paragüita', es hoy una de las comparsas más grandes del Carnaval de Barranquilla. Su identidad ha trascendido generaciones y representa a los caribeños, con creatividad, autenticidad y alegría.
La historia de las marimondas tiene un origen humilde. Según diferentes fuentes, el personaje surgió con los inicios del Carnaval de Barranquilla, como una respuesta sarcástica de las clases populares hacia las élites, utilizando disfraces improvisados con pantalones al revés, camisas viejas, corbatas extravagantes y la característica máscara con una trompa alargada. Precisamente, por ser considerado como una burla, fue desapareciendo con el pasar de los años.
Fue Cesar Morales, ‘Paragüita’, quien comenzó a darle, por su amor e íntima conexión con el Carnaval, una identidad más organizada a las Marimondas.
“Mi abuela embarazada, pipona, fue a ver un 20 de enero la Lectura del Bando, porque antiguamente sin importar el día, la lectura se celebraba en esa fecha. Entonces mi papa dice que eso lo lleva desde la barriga, porque él nació un 25 de enero”, recuerda Leslie Morales, hija de ‘Paragüita’ y actual líder de la comparsa.
La idea de revivir a las marimondas, recuerda, surgió en los años 70, cuando ‘Paragüita’ notó con nostalgia que el disfraz había desaparecido de los carnavales.
A diferencia de otros iconos como el Congo o el Garabato, que tienen influencias africanas y españolas, se trata del único disfraz que representa exclusivamente a Barranquilla.
Fue, finalmente, un 7 de diciembre de 1984 cuando, junto a 60 amigos del Barrio Abajo, el epicentro geográfico y cultural del Carnaval, cuando ‘Paragüita’ decidió organizar la primera comparsa de marimondas. Esa pequeña agrupación marcaría el inicio de un movimiento que hoy es considerado como uno de los más grandes y representativos del encuentro.
“’Paragüita’ es el tesoro más grande que tenemos los barranquilleros y tanto mi persona como todos los que hacemos parte del Carnaval tenemos que pretender cuidar nuestro patrimonio que no solo es nuestro, sino también de la humanidad”, añade Leslie.
La agrupación liderada por ‘Paragüita’ ganó reconocimiento tanto por su energía vibrante como por el mensaje que transmitía: una celebración de la creatividad y la autenticidad del pueblo barranquillero.
“Yo que tengo el honor de representar a mi cultura, al Carnaval de Barranquilla desde los dos años, escuchar un fandango me llena de mucho orgullo y qué bueno es que todos los jóvenes, así como yo, llevemos esos ritmos autóctonos de nuestra región”, añade Adrián Betancourt bailarín «de cuna» de la comparsa.
Por eso, la muerte de Paragüita en 2018 fue un golpe duro para la ciudad. Desde entonces, Leslie asumió el liderazgo de las marimondas, manteniendo viva su esencia, consolidando su presencia y fortaleciendo el legado de su padre.
Con el tiempo, lo que comenzó como una tradición de barrio ha cruzado fronteras. Las Marimondas de Barrio Abajo han desfilado en ciudades como París, Nueva York y Washington, llevando el espíritu del Carnaval de Barranquilla a escenarios internacionales.
Su impacto ha llegado a lugares como Bangladés, donde un grupo de estudiantes recreó a mano uno de sus trajes típicos, expresando su deseo de algún día visitar Colombia y vivir el Carnaval.
También han recibido imágenes y videos de personas en Canadá, Alemania y Francia, quienes se identifican con este símbolo cultural y han adoptado la tradición.
Hoy en día, más de 1.000 personas desfilan en la comparsa de las Marimondas de Barrio Abajo por la emblemática Vía 40. Incluso personajes como Juan Manuel Santos, Eduardo Verano de la Rosa, Elsa Noguera, Teófilo Gutiérrez y Pablo Obregón se han sumado al desfile en distintas ocasiones, portando la icónica máscara y disfrutando de la fiesta.
Valga agregar que al menos 400 de ellas son originarias del barrio donde inició todo. Para ellas, el disfraz es un símbolo de unidad y alegría, por eso, adelantan acciones durante todo el año para mantenerlo vivo.
“Además de salir en nuestro Carnaval de Barranquilla, viajamos por todo el mundo llevando nuestra cultura a todas partes, por ejemplo, al reinado nacional de Neiva, a fiestas de Sincelejo, en Bogotá al desfile de la solidaridad. También a las fiestas de Santa Marta, hemos ido a los grandes desfiles en New York y otras fiestas folclóricas de nuestro país”, comenta Betancourt, que ha hecho parte de la comparsa desde los dos años de edad.
Paralelamente, cuentan con un semillero que lleva la tradición a más de 100 niños del barrio y la ciudad; sostienen encuentros periódicos para adelantar talleres de creación de disfraces y, desde noviembre, abren las puertas a los ensayos para todos los interesados en aprender las piruetas propias del baile de la comparsa.
“Todos aquellos que quieran hacer parte de las Marimondas se pueden contactar con nuestras redes sociales o directamente a la página web, y eso los va a llevar a un link, yo los atiendo todo es muy personal porque no somos una máquina. Cuando las personas preguntan, no solamente es venir, pagar un aporte o inscripción y bailo y me emborracho. Aquí tratamos de inculcar ese sentido de pertenencia a los nuevos y a los viejos, para que se apropien del disfraz y para que nos vean como una familia”, añade Leslie.
Para ella, cada salto y giro exagerado en los desfiles del Carnaval es una celebración de la vida y un homenaje a ‘Paragüita’.