Con las nuevas obras e inversiones en curso, el Valle de Aburrá le apuesta a la movilidad sostenible. Esto, a su vez, impacta la competitividad del área metropolitana.
Gracias al Plan Maestro de Movilidad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, los municipios del territorio se transforman en zonas más amigables para los peatones y biciusuarios.
Con una inversión de aproximadamente 25.000 millones de pesos, esta es una apuesta por disminuir las externalidades negativas del sistema de movilidad y poner como eje central a los peatones.
“Con este instrumento de planificación, nosotros establecemos que existen muchos actores en la vía y que debemos darle prioridad a los peatones y ciclistas para hacer el territorio más competitivo en términos socioeconómicos, así como más sostenible en materia ambiental”, señala Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
De hecho, hasta la fecha, más de 10.000 millones de pesos han sido invertidos en transformar espacios de circulación vehicular en zonas de peatones y biciusuarios, y más de 12.000 en el mejoramiento y construcción de andenes en los 10 municipios de la región.
Cambiar el carro y transformar el Valle de Aburrá
En el Valle de Aburrá, el 27 % de la población realiza sus viajes a pie, según los datos consolidados en la encuesta Origen Destino del Área Metropolitana de 2017. Sin embargo, se considera que “debido al aumento de automotores y rodantes en la ciudad, la cifra de habitantes que realizan sus viajes a pie disminuirá para la medición que adelantamos en 2022 “, señala Palacio.
Y agrega, al respecto: “Si nosotros seguimos bajo las dinámicas actuales podemos estar estableciendo que cada año va a incrementar el número de rodantes entre 40.000 y 100.000 anualmente. El territorio es insuficiente para soportar este incremento constante, por ello hemos pensado en estrategias para que los viajes en carro se hagan cuando son estrictamente necesarios”. Esto, a la vez que se promueve el uso de la bicicleta y los viajes a pie.
Uno de los sitios que será intervenido es el Parque Lleras de Medellín, uno de los más turísticos de la ciudad, que contará con 500 metros cuadrados nuevos de zonas verdes y tendrá una adecuación de 1.600 metros cuadrados de andenes.
Pronto, los ciudadanos del Valle de Aburrá podrán atravesar Medellín desde la Universidad Eafit hasta la frontera del municipio de Envigado, a través de la ciclorruta de la avenida Las Vegas, para la que el Área Metropolitana aportó más de 1.500 millones de pesos. Y, aunque este sea un espacio principalmente para los ciclistas, «también se convierte en un espacio caminable para los habitantes”, según Palacio.
Pero no solo Medellín ha sido epicentro de estas transformaciones. “Por ejemplo, en Envigado, un municipio de gran trascendencia social, económica y política del territorio metropolitano, se va a peatonalizar el sector comercial de la Calle de la Buena Mesa. Al convertir el espacio expuesto para vehículos en uno peatonal, el sector podrá ser más competitivo y accesible”, señala el director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. En Copacabana, Sabaneta e Itagüí también se han ejecutado obras de mejoramiento de la infraestructura vial enfocada en las necesidades de los peatones, como el mejoramiento de andenes. De hecho, las obras adelantadas hasta el momento permiten caminar, por ejemplo, desde Bello hasta Itagüí, o desde Sabaneta hasta Copacabana.
Hacia un territorio sostenible y competitivo
“Un territorio que está contaminado y congestionado está llamado a fracasar. En ese sentido, la movilidad es un tema que pasa por muchísimos factores. Uno de ellos es la competitividad: si un territorio está congestionado, los ejercicios logísticos de la economía se hacen más costosos y difíciles, lo que genera incentivos para la industria de migrar a otros territorios”, expresa Palacio.
Igualmente, la movilidad afecta la calidad de vida, pues en Medellín, por ejemplo, un habitante pasa alrededor de 66 horas al año en medio del tráfico, lo que implica que pasa menor tiempo con sus familias u ocupado en actividades de ocio y entretenimiento.
Por último, la movilidad en los territorios tiene implicaciones ambientales significativas. En el caso del Valle de Aburrá, “cerca del 92 % de las emisiones de gases de efecto invernadero son producto de fuentes móviles como automotores”, señala Palacio.
Como respuesta a esta última problemática, el director concluye que “en los 10 años de historia del programa EnCicla, que adelanta el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, hemos logrado reducir cerca de 1.500 toneladas de CO2”.
Los esfuerzos, justamente, van encaminados a impactar la sostenibilidad y la competitividad del área metropolitana y, específicamente, la calidad de vida de todos sus habitantes. Con esta política, el Valle de Aburrá se propone sumarse a iniciativas desarrolladas en otras partes del mundo como Hong Kong, Londres y Moscú, ciudades que lideran los índices de caminabilidad del Instituto de Políticas de Transporte y Desarrollo.
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