Así se preparó Tunja para el regreso a la presencialidad en sus colegios

El 24 de enero los colegios de Tunja recibieron a todos sus estudiantes presencialmente, por primera vez luego del comienzo de la pandemia. La comunidad fue clave en el proceso de preparación.

Después de cerca de dos años desde el inicio de la pandemia del coronavirus, el 24 de enero de 2022, los colegios de Tunja, Boyacá, recibieron de nuevo a todos sus estudiantes. Aunque desde el segundo semestre del año pasado estaba funcionando el modelo de alternancia, ese lunes se empezó a implementar el 100% de presencialidad.

No se trató de una iniciativa hecha al azar. Mauricio Fonseca y César Carvajal, rectores de la Escuela Normal Superior Santiago de Tunja y la Institución Educativa Julius Sieber, respectivamente, coinciden en que esa preparación inició con la alternancia y contó con un trabajo conjunto entre los colegios, las familias de los estudiantes y la administración municipal.

La importancia de la presencialidad

Presencialidad en colegios de Tunja
Entre los protocolos para los alumnos está la obligatoriedad del uso del tapabocas y del lavado de manos, así como el distanciamiento de un metro. / FOTO: Alcaldía de Tunja

Fonseca es enfático en que, aunque la virtualidad fue inevitable por la pandemia de covid-19, también tuvo un efecto adverso. “La falta de actividad hacía mella en la salud mental, emocional y física de nuestros chicos. Eso se evidenció en su alegría al volver con la alternancia”, explica.

Y recuerda que, en ese primer día de presencialidad, “los estudiantes llegaron con una alegría desbordante por compartir y departir con sus pares. Pero así también estaban los padres de familia, de los cuales muchos acompañaron a sus hijos, con la satisfacción de verlos salir de nuevo”.

Por su parte, Carvajal indica que la importancia de volver a esa presencialidad radica en que “la parte humana no la puede reemplazar la virtualidad ni los computadores”. Y agrega: “La parte humana es más importante que la cognitiva. Y aunque el conocimiento lo encontramos en las máquinas, la parte humana no. La formación integral no la puede dar el computador”.

Todo esto, como se dijo, en el marco de una preparación de protocolos, guiados por las indicaciones del Gobierno Nacional, a través de los ministerios de Educación y de Salud, y con el apoyo de las Secretarías también de Educación y Salud de la Alcaldía de Tunja.

Adicional a esos protocolos, explica Fonseca, “la inmensa mayoría de instituciones estamos adecuadas, lo que ha dado una confianza absoluta para que el regreso sea seguro y las actividades escolares se puedan llevar a cabo sin traumatismo”.

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Así se prepararon los colegios

Presencialidad en colegios de Tunja
Los protocolos fueron socializados con estudiantes así como con docentes, personal de los colegios y familias. / FOTO: Alcaldía de Tunja

Fonseca explica que el trabajo fue mancomunado con las autoridades locales desde el comienzo de la pandemia. En esa época, “se establecieron estrategias direccionadas por la Secretaría de Educación para evitar la deserción”, explica.

Entre esos trabajos, por ejemplo, solicitaron que los padres de los estudiantes de preescolar y primaria de la Normal Santiago de Tunja recogieran los talleres de manera física. Los niños los desarrollaban en sus casas y luego los enviaban de vuelta a la institución.

Después, con la alternancia, “pusimos internet en todos los salones para que todos los niños tuvieran la misma clase”. Lo anterior, les sirvió de preparación para el regreso total. Para esto, además, la Alcaldía dotó a los colegios con elementos de bioseguridad como gel antibacterial, tapabocas y alcohol, así como con la instalación de lavamanos portátiles.

Es similar en el caso de la I.E. Julius Sieber. Carvajal, su rector, indica que en la institución los estudiantes deben mantener un distanciamiento de un metro, así como usar continuamente el tapabocas y, para ingresar al salón, deben lavarse las manos. “Adicionalmente, traen alcohol en spray y una toalla para el aseo de limpieza de su sitio de trabajo. Cada uno tiene su puesto de trabajo y no se puede cambiar”, señala.

El trabajo ha sido también con la comunidad. En ambas instituciones se realizaron charlas con docentes, personal administrativo y con las familias de los estudiantes para explicar el proceso. Al final, dice Fonseca, “es un tema de confianza”.

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