‘Compramos tu Cosecha’ es una apuesta de la Gobernación de Cundinamarca por aumentar la rentabilidad de los productos del campo. Hasta el momento se han beneficiado 5.000 campesinos.
Como parte de su misión, la Agencia de Comercialización e Innovación del Departamento identificó todas las ineficiencias de abastecimiento del departamento y la falta de rentabilidad de los negocios agrícolas de los campesinos, y también la disminución en las ventas de los comerciantes. Ante ello, idearon una estrategia para aumentar los ingresos de los agricultores.
Se trata de ‘Compramos tu Cosecha’, un programa que arrancó el pasado 19 de septiembre de 2022 con una inversión de $20 mil millones. Pese a que comenzó hace un año, el proyecto ya tenía su foco poblacional a intervenir desde que se formuló el Plan de Desarrollo de la gobernación de Nicolás García Bustos.
El actual gerente de la Agencia, Cesar Carrillo, comenta que durante esas jornadas de diseño del Plan se establecieron diálogos municipales donde se recogieron las inquietudes y necesidades prioritarias para los agricultores.
El balance, hasta el momento, deja 5.000 beneficiarios. “Son campesinos que han logrado vender a mejor precio, mayores encadenamientos productivos, unir oferta con demanda, participar en la prestación de servicios logísticos y demás”, explica Carrillo, quien además menciona que en la Agencia cuentan con una flota de 19 camiones de logística gratis y al servicio de los campesinos.
Esta estrategia es pionera en Colombia en cuanto a compra directa de una entidad a productores agrícolas, en la que se le paga al campesino de contado y garantizándole, además, un producto con entre el 20 y el 60% más de valor.
Para llegar a las poblaciones, Carrillo explica que tienen dos rutas, una por la demanda y otra por la oferta.
En ocasiones, los Programas de Alimentación Escolar (PAES) o las grandes cadenas de hoteles y restaurantes piden ciertos productos. Con base en eso, se estructura la demanda y se busca en qué lugar de Cundinamarca está. Para eso cuentan con un equipo en terreno de 150 personas que tienen identificadas las zonas producción. “Tenemos un equipo encargado de organizar la oferta, hacer acompañamiento y rastreo de los productos en el territorio”. añade Carrillo.
Las primeras órdenes de compra que se entregaron a las asociaciones de productores Agropujanza del Guavio y Asoagrisol fue el 19 de septiembre del presente año. A ellos, la Agencia les compró 31 toneladas de papa gruesa, 1,65 toneladas de tomate chonto, 2,25 toneladas de ahuyama y 8 toneladas de papa pareja.
Con respecto a la ruta por oferta, el gerente de la Agencia menciona que normalmente son productos de asociaciones campesinas y productores, que los ofrecen en pequeños volúmenes, y la Agencia se los compra y los vende en tiendas de barrio, plazas de mercado, compras públicas, PAES y fruvers.
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“Hay una ley de compras públicas, la Ley 2046, que dice que el 30% de lo que compre el estado debe hacerse a los pequeños productores, pero eso es solo un ‘saludo a la bandera’”, agrega Carrillo. Para él, el campesino muchas veces no tiene la capacidad de cumplir con los requisitos que le pide el estado.
El programa también incluye un componente social con la capacidad de atender a 12 mil familias vulnerables a través de mercados con productos de origen cundinamarqués, a través de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social.
“Si uno no logra rentabilizar el negocio de los pequeños productores, es decir, que les llegue mayor plata, simplemente no van a salir del círculo de desgaste económico en el que está el campesinado”, comenta Carrillo. Desde la gobernación interiorizaron, para el desarrollo de sus políticas, que Cundinamarca tiene la responsabilidad de ayudarlos en logística y en ventas.
Desde la Agencia esperan que los impactos positivos del proyecto incrementen la cantidad de personas que se dedican a los cultivos y la calidad de los productos, con la reinversión a partir del porcentaje de ganancias adicionales que están recibiendo por las compras a mayor precio.
Por otro lado, en la Agencia explican que la exportación es uno de los ejes centrales para el futuro del proyecto. En las exportaciones, según Carrillo, es donde están los mejores precios. Aguacate hass, arándanos, tomate de árbol y limón Tahití, son algunos de los productos de Cundinamarca más apetecidos en el mercado internacional.
La arquitectura internacional cambió después de la pandemia. La crisis de los contenedores es un ejemplo de ello pues provocó que los fletes aumentaran, “eso hace inviable que vengan muchos productos desde lejos, pero habilita la posibilidad de que Latinoamérica aparezca con una mayor participación en suministro de productos”, agrega Carrillo.
Para lograr esa rentabilidad del proyecto, explica Carrillo que cuentan con un modelo que parte de los precios de los productos que pueden vender. Es decir, el cliente final paga y a eso le descuentan un porcentaje por logística, impuestos, fondos de sostenibilidad, que tiene la Gobernación, y ese precio, el cual ellos pueden pagarle al productor, está por encima del 20 o 30% de lo que un intermediario les pagaría en condiciones normales.
Pero los precios son diferenciales dependiendo de hasta dónde acompañe el campesino la comercialización del producto.
“Tenemos un sistema de precios que premia a los productores que llegan más lejos en la cadena productiva. Es decir, si cosecha el cultivo y la Agencia lo recoge, tiene un precio. Pero si lo trae hasta Bogotá, el precio es otro”, explica Carillo. Para él, eso hace que el proyecto ‘Compramos tu Cosecha’ no sea un programa asistencial, sino de transferencia de conocimiento y capacidades.