Aumentar la competitividad de los territorios, descentralizar la gestión de proyectos de infraestructura, mejorar la conexión de las áreas rurales con las urbanas y facilitar el transporte diario de los quindianos son algunos de los impactos positivos que traerá la intervención de vías terciarias en los 12 municipios del Quindío.
En las veredas del Quindío, las trochas que antes eran intransitables están siendo intervenidas para mejorar la conectividad de los municipios más apartados de las cabeceras urbanas. La totalidad de estos acogen las obras de construcción de placas huella con el fin de “reactivar el sector agrícola y brindarles bienestar a las familias campesinas, lo que reactiva la economía y genera oportunidades de empleo a los quindianos”, aseguró el gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas.
Esta intervención en las vías terciarias beneficiará a 5 mil habitantes de la ruralidad que comenzarán a sacar sus cosechas con mayor facilidad y verán un mejoramiento notable en su calidad de vida. Por ejemplo, ahora les será más cómodo transportar a los turistas que deseen acceder a las zonas rurales y podrán garantizar el desplazamiento de los jóvenes a las instituciones educativas o a personas que deban salir a recibir atención médica. Hay que recordar que este tipo de proyectos resultan cruciales para mejorar la competitividad agrícola y son, de hecho, una de las exigencias de las comunidades en la reforma rural integral.
En total, el departamento entregará 10.200 metros lineales de placas huella financiados con una inversión de más de $25 mil millones provenientes del Sistema General de Regalías.
Actualmente, el país no cuenta con información oficial de la cantidad exacta de kilómetros pavimentados en vías terciarias, puesto que la gestión depende de los municipios. Sin embargo el Ministerio de Transporte estima que la red terciaria tiene una longitud de alrededor de 150 mil kilómetros, superando en extensión a las primarias y secundarias.
La vereda El Vergel, ubicada en el municipio de Filandia, fue uno de los territorios intervenidos por la Gobernación. Allí, Leonor Ruíz ha acompañado el proceso de instalación del sistema de placas huella desde la vicepresidencia de su Junta de Acción Comunal. Su trabajo ha consistido en supervisar los trabajos y servir como puente de comunicación entre lo que quieren los campesinos y las entidades estatales. A lo largo de los más de 40 años que lleva viviendo en la vereda, ha sido testigo de los cambios que ésta ha tenido, desde el momento en el que llegó allí, con tan solo cuatro casas.
A medida que fueron llegando más pobladores, la propia comunidad se vio obligada a abrir caminos entre los pastizales. En ese entonces, las calles enlodadas provocaban que, por ejemplo, los camiones de ganado quedaran atollados en el lodo. Ahora, con esta intervención, la comunidad no tendrá problemas como ese. “Este contrato nos va a traer mucho progreso. Ya hay un hotel con alto voltaje de turistas. La gente está contenta”, comenta, señalando el Mirador que se erige a sus espaldas, mientras que familias de visitantes avistan desde la torre, regiones enteras del Quindío, Valle del Cauca y Risaralda.
Las placas huella de la Gobernación -a diferencia de las tradicionales que solo cuentan con dos cintas de concreto simple-, se complementan con canales de desagüe que garantizan la evacuación de aguas en épocas de invierno, estructuras de sostén conocidas como riostras, y cunetas para el parqueo temporal, haciendo que la estructura sea mucho más completa. Las placas son construidas con concreto reforzado, logrando que tengan mayor resistencia y durabilidad, ideales para trayectos de baja concurrencia vehicular por donde transitan pocos camiones.
Para Jaramillo Cárdenas este proyecto es un logro de la unión de los quindianos, al vincular a los miembros de los organismos comunales en un ejercicio de descentralización. Los alcaldes cuentan con la opinión de la comunidad para priorizar los trayectos a intervenir, llevando a que las comunidades rurales se conviertan en agentes promotores de su propio desarrollo.
“El Quindío siempre ha tenido una vocación agropecuaria y ha jalonado nuestra economía. Si tenemos buenas vías, nuestros productores rurales tendrán mayores facilidades para vender sus productos, los niños podrán acceder a las escuelas y podremos trabajar para que exista un empalme generacional. Por eso, desde que inicie mi campaña, una de mis propuestas fue la recuperación de las áreas rurales y el incremento de la competitividad; en respuesta, avanzamos con esta solución a la movilidad, que se ha ejecutado en tres módulos simultáneos: un primer frente en los municipios de Salento, Filandia, Circasia y Armenia, con un 96% de ejecución actual; un segundo, encargado de Quimbaya, Montenegro y La Tebaida, con un 70%; y el tercero, con Calarcá, Córdoba, Buenavista, Pijao y Génova, y ejecución del 70% a la fecha”.
Y para lograrlo, la Gobernación ha acudido al talento local, generando cerca de 250 empleos directos a lo largo de año y medio de trabajos. Plazas de empleo que son ocupadas en gran parte por vecinos de las mismas placas huella, por vecinos de doña Leonor, que no duda en reconocer que este tipo de proyectos “le dan vida a las veredas”.