El Hotel Magüipi convierte los plásticos y desechos orgánicos que produce y recoge en las playas de Buenaventura en muebles y compostaje. Un proceso que impacta tanto a naturaleza como a la comunidad local.
Ubicado a 30 minutos en lancha desde la bahía de Buenaventura, el Hotel Magüipi, enclavado frente a la playa homónima, se ha consolidado como un referente ecoturístico a través de la labor de su fundación, Yo Soy Magüipi. Si bien la organización venía trabajando temas de reciclaje desde hace seis años, en los últimos 2 ha redoblado esfuerzos apostándole a la transformación de esos residuos, alcanzando, en el proceso, reconocimientos internacionales para el territorio.
Todo comenzó en 2022, cuando la fundación selló su alianza con EcoWorks, una empresa con enfoque social que trabaja en reciclaje desde hace 14 años, para diseñar Pacífico sin Plástico, un programa de manejo de residuos sólidos y líquidos que recolecta plásticos y desechos en las playas y comunidades ribereñas, para transformarlos en, por ejemplo, mobiliario que luego es utilizado en las instalaciones del hotel.
En el 2023 realizaron las primeras recolecciones y en 2024 consolidaron el proyecto al recolectar 900 toneladas de residuos en comunidades del Litoral Pacífico como Bahía Málaga, Juanchaco, Ladrilleros y La Barra, trasladando esos materiales para su transformación en ciudades como Cali.
Playa Magüipi, que ya había hecho historia en 2019 al convertirse en la primera de Colombia certificada con la distinción internacional Blue Flag o Bandera Azul, un reconocimiento que avala su calidad, seguridad, accesibilidad y apuesta por la educación ambiental, se convirtió entonces en el epicentro de una transformación que ya llega a varios lugares de Buenaventura.
Es el caso de Playa Dorada, que gracias a la iniciativa obtuvo la misma certificación, en 2022 y 2024. Ambas han sido destacadas en el país, encontrándose dentro del grupo de las nueve en Colombia que ostentan el reconocimiento otorgado por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE).
Con un enfoque centrado en la clasificación, transformación y disposición responsable de los residuos, Magüipi ha logrado minimizar su impacto ambiental, al mismo tiempo que contribuye al desarrollo de una economía circular.
El proceso de manejo de residuos incluye varias etapas, comenzando por la clasificación de los materiales. Los residuos orgánicos, como cáscaras de vegetales, frutas, restos de alimentos no procesados y podas de árboles, son recolectados y sometidos a un proceso de compostaje. Este, que se utiliza para enriquecer el suelo de la isla sobre la que se levanta el alojamiento, contribuye a la regeneración de la biodiversidad local.
Por otro lado, los residuos plásticos, que representan un desafío significativo para la mayoría de los hoteles y destinos turísticos, son recolectados y transformados en madera plástica. Posteriormente, EcoWorks recoge el material para que terceros fabriquen sillas, mesas, camas para tomar el sol, entre otros, cerrando así el ciclo de reciclaje. De esta forma, no solo se reduce la cantidad de plástico desechado, sino que también se crea un producto útil que contribuye a la infraestructura del hotel y otros establecimientos en Buenaventura.
Magüipi asegura que parte de su éxito se debe al trabajo el llave con la comunidad en pro de la inclusión social y la equidad de género. El hotel no ve el reciclaje y la gestión de residuos como una tarea aislada, sino como una oportunidad para involucrar a las comunidades cercanas y generar un cambio positivo en el entorno.
Yo soy Magüipi organiza jornadas de limpieza en las playas cercanas y los turistas también se involucran, como lo expresa César Gómez, quien lleva 16 años trabajando en el hotel: «La gente que ha venido ya hace muchos años les impacta y les parece muy bonito nuestro proyecto, es más, ellos piden bolsas y ayudan a hacer el proceso de reciclaje».
Además, han implementado políticas laborales que buscan garantizar una distribución equitativa de empleos entre hombres, mujeres y jóvenes de la región, promoviendo así el empoderamiento económico y social de las comunidades locales. Este enfoque contribuye al desarrollo sostenible de la zona, al tiempo que mejora las condiciones de vida de quienes dependen del turismo y las actividades económicas relacionadas.
Efraín Rodas, uno de los recicladores del hotel, señala que “trabajamos con los colegios motivando a los estudiantes a recolectar botellas plásticas, vidrios y latas. A cambio, les damos uniformes de fútbol y balones. Es nuestra manera de incentivar la participación y crear conciencia desde temprana edad sobre el impacto que pueden tener en el medio ambiente”.
Gómez también destaca el impacto de este esfuerzo: «reciclamos todo lo posible, hacemos mesas, tablas, y llevamos cobre y otros materiales a Buenaventura para su comercialización. Desde que comenzamos este proceso hace seis años, hemos visto un cambio positivo, no solo en el medio ambiente, sino también en la mentalidad de las personas que ahora tratan de reciclar con más conciencia».
Pacífico sin Plástico, ya ha recolectado cerca de 1.000 toneladas de ese material, reduciendo significativamente la contaminación en una de las regiones más biodiversas y vulnerables del país. Este esfuerzo ha permitido que esos residuos sean trasladados para reciclaje, evitando métodos perjudiciales como la quema o el vertimiento al mar.
Asimismo, el tratamiento adecuado de los residuos líquidos generados en el servicio de alimentación ha permitido que el hotel minimice la contaminación del recurso hídrico, protegiendo tanto la vida submarina como el ecosistema marino. Por eso, el Documento de Sistematización de Experiencias Exitosas de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), señala que proyectos como este incentivan la creación y desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, mejorando la calidad de vida y la salud ambiental en la región.
Actualmente, el hotel busca llevar su programa de reciclaje a otras playas cercanas, y mejorar las capacidades de su centro de acopio para optimizar la transformación de los residuos. Además, planea incorporar nuevas tecnologías que permitan reducir aún más su huella ecológica.
Un primer paso es la adquisición de una lancha de uso exclusivo para la recolección de residuos en comunidades costeras, un logro significativo, alcanzado con el apoyo de fondos internacionales para proyectos de impacto medioambiental y social de Alliance to end plastic Waste. De esta forma, minimizan la dependencia de lanchas dedicadas a actividades de turismo.
Con todo, el Hotel Magüipi es una prueba de cómo el turismo puede ser un motor para la conservación y el desarrollo sostenible. A través de su enfoque integral, siembra bases para un futuro más verde y más justo para las próximas generaciones.