Con los programas Valle Agro y Seguridad Alimentaria, la Gobernación de Valle del Cauca espera invertir 17.643 millones de pesos para fortalecer iniciativas rurales en todo el departamento.
Desde 1995, la Asociación de Sordos de Tuluá (Asortul) agremia a pequeños productores con discapacidad auditiva, incluyendo a jóvenes y personas LGBTI, como una forma de incluir a esta población en actividades económicas. Recientemente, esta asociación se convirtió en una de las organizaciones beneficiarias del Programa de Seguridad Alimentaria de la Gobernación de Valle del Cauca.
Lo hicieron a través de su postulación con un proyecto para la creación de huertas. “Este proyecto ha permitido que los beneficiarios puedan iniciar un emprendimiento, porque por algún tipo de discriminación, si se puede decir así, ha sido difícil conseguir empleo para ellos”, explica Harley Alexander Moreno, productor con discapacidad auditiva y representante legal de Asortul.
Como esa, hay otras 150 iniciativas productivas beneficiarias del Programa de Seguridad Alimentaria, liderado por la Secretaría de Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del departamento. Y no es el único. Desde la Gobernación también se adelanta el Programa Valle Agro, que busca fortalecer distintas líneas de producción en zona rural de Valle del Cauca.
“A nuestros campesinos hay que apoyarlos, hay que darles las herramientas para que continúen ese extraordinario trabajo que nos permite ser la despensa de Colombia. Por eso, estamos entregando a las asociaciones campesinas insumos, equipos y asistencia técnica a través de estos programas ‘Valle Agro’ y ‘Asistencia Alimentaria’ para que sus procesos sean exitosos”, dice la gobernadora del departamento, Clara Luz Roldán.
Garantizar la seguridad alimentaria
«El proyecto cuenta con profesores e instructores del Sena que inician con la siembra de alimentos como cilantro, cebolla, pepino y pimentón. Todo esto va a servir para hacer a futuro un proceso de transformación como antipastos, conserva de verduras, producción de plantas medicinales, mermeladas, lo que va a servir para que a futuro ellos puedan tener una fuente de ingreso”, cuenta Moreno.
Para la construcción de las huertas, que estarán en la institución de educación superior Unidad Central del Valle, se entregarán insumos como palas, machetes, balines, semillas, bombas de espalda y agroquímicos. Pero, más allá de esa ayuda, el vocero de Asoltur resalta la construcción de las huertas como la oportunidad de darle espacio en la sociedad a personas que han sido discriminadas:
“Por medio de este emprendimiento podrán tener ingresos y, obviamente, seguridad alimentaria para sus familias. Ellos (los beneficiarios) han estado muy contentos por todo este apoyo”.
La población con discapacidad hace parte de la priorizada por el programa, que también favorece a población escolar rural, comunidades afrodescendientes, jóvenes y mujeres rurales, adulto mayor, pequeños agricultores campesinos y organizaciones potencialmente proveedoras al Programa de Alimentación Escolar (PAE).
En total, se invertirán 2.422 millones de pesos en insumos, beneficiando a 10.128 familias del campo vallecaucano en 36 municipios. En Pradera, Bolívar, Toro, San Pedro, Tuluá, Roldanillo, Bugalagrande, Sevilla, El Dovio y Caicedonia ya se entregaron incentivos.
“Estas ayudas significan muchísimo. Como productor, teniendo en cuenta cómo están los costos de los insumos, esto es una enorme ayuda”, relata Lina Vanessa Urueña, vocera de Asoproacam, una asociación dedicada al cultivo de plátano en zona rural de Buga.
Urueña agrega que están apoyando a un emprendimiento que produce ‘platanitos’ en tostadas al proveerles la materia prima a precio fijo. Gracias al Programa de Seguridad Alimentaria recibieron un embolsador que “nos ayuda a proteger los plátanos, cubriéndolos para evitar que insectos y aves los dañen. Agradecimiento total con la gobernadora”.
Por el agro
El Programa Valle Agro, por su parte, se financia a través del Sistema General de Regalías y apuesta por llegar a 1.150 familias, representadas en 39 asociaciones de 18 municipios de Valle del Cauca, con una inversión de 15.221 millones de pesos.
El 30 % de dichas asociaciones debe cumplir con el componente de población jóvenes rurales. Los beneficiarios reciben insumos, equipos y materias primas que les permitirá fortalecer sus emprendimientos rurales y unidades de negocio.
Uno de los beneficiarios será el Hogar Campesino Juvenil La Hondura, ubicado en zona rural de El Dovio. Allí se hospedan, de lunes a viernes, jóvenes de la zona rural del cañón del río Garrapatas, mientras terminan su formación en primaria, media o secundaria. Luego de las jornadas de clases, los estudiantes realizan distintas actividades en temas ecológicos y culturales.
“Estamos desde 1998 como franquicia de hogares campesinos juveniles de Colombia. Nos entregaron cinco bovinos e insumos para el manejo bovino. Este proyecto nos ayuda muchísimo, porque estamos en busca de una autosostenibilidad del hogar para atender a los jóvenes de mejor manera en todo el sector agropecuario”, dice Emily Muñoz Barreto, directora del hogar, sobre el impacto del Programa Valle Agro.
Otra institución educativa beneficiada por esta iniciativa es la José María Falla, también en El Dovio. En este colegio se creó una asociación de futuros agricultores, conformada por estudiantes, padres de familia, egresados y docentes. El objetivo es que los estudiantes aprendan a trabajar asociados.
El profesor José David Anaya indica que, en el marco de Valle Agro, recibieron “una máquina para picar pasto, que nos va a ayudar para mantener los animales. Tenemos 12 bovinos del proyecto de los futuros agricultores de Colombia que los mantenemos en el establo y durante todo el día se les da pasto picado y otros follajes”.