De la mano de la población local, adaptándose a espacios no convencionales y llegando a veredas rurales, estos cinco grupos le apuestan a las artes escénicas en sus regiones.
Grupo La Cigarra – Mesitas de El Colegio, Cundinamarca
La Cigarra surgió hace cinco años con el objetivo de ampliar los referentes estéticos y artísticos de los habitantes del municipio de Mesitas del Colegio.
En ese sentido, cuenta Rosario Vergara, directora del colectivo, su sala abre únicamente los lunes y, desde 2022, los martes. Durante esos días llevan a cabo su temporada, que comienza en marzo y finaliza en diciembre, y después de cada función realizan el “Café Concert”, un pequeño evento en donde hay música en vivo a cargo de algún artista local y la gente se queda para conversar.
El colectivo, que está conformado por siete actrices y otras cuatro personas que ayudan en la producción, no cobra por la entrada.
“Todo lo hacemos con un proceso de trueque, las personas pueden traer lo que quieran para entrar: mercado, dinero, los niños traen dibujos, libros. También estamos comenzando un proyecto de periódico que se va a hacer en papel reciclado, entonces también las personas pueden traer papel».
Eso, explica Rosario, es posible porque hacen parte del Programa Nacional de Concertación, en el que las funciones que realizan ellas y otros colectivos que van al municipio son financiadas en su mayoría por el Ministerio de Cultura.
Por otra parte, además de presentarse en tarima, La Cigarra tiene un programa en articulación con la escuela municipal, en el que dan clases de teatro a través de la de la emisora comunitaria de Mesitas del Colegio.
Las clases, comenta Rosario, tienen tres momentos: “Los maestros dan los temas, las actrices montan el diseño del programa y los niños lo ejecutan en sus casas. Entonces, por ejemplo, se hace un ejercicio de mímesis en donde se le dice a los niños que se posicionen frente a un espejo y hagan lo que la actriz les dice a través de la radio».
Luego, los niños deben presentar lo que hicieron en el proceso como una asignatura escolar más.
En el municipio, la radio continúa siendo muy vigente, y más desde que comenzó la pandemia. Por eso, además de su escuela teatral radial, también quieren comenzar, este año, a hacer radio-teatro.
Asimismo, el siete de enero, estrenaron una nueva obra, la última de la temporada que habían tenido que posponer debido a la pandemia del coronavirus. Se llama Caballo y cuenta la historia de “un caballo inútil que es poeta y rechazado porque la gente le dice que la poesía no es importante, pero al final se da cuenta de que el mundo no puede vivir sin él, y sin la poesía».
Grupo de Teatro Experimental de Boyacá (TEB) – Tunja, Boyacá
El TEB nació en noviembre de 1998, en el barrio El Carmen, muy cerca del centro histórico de la ciudad de Tunja. En los 23 años que lleva operando, se ha especializado en producciones en espacios abiertos de pequeño, mediano y gran formato.
En la Casa TEB, que es la sede actual del colectivo, a pocas cuadras de la original, llevan a cabo desde hace 13 años funciones semanales que hacen parte de su programación permanente, qua cual inicia en marzo y termina en diciembre.
Entre ellas hay montajes propios y adaptaciones de otros autores, nacionales e internacionales, que tratan, en buena medida, temas políticos como el conflicto armando y la memoria histórica, la seguridad alimentaria y la participación de las mujeres.
Todos los años, además, realizan ‘La Parada del Teatro’, a la cual invitan a grupos locales, nacionales e internacionales, a presentarse en las calles, los parques y las plazas de los barrios de la ciudad, así como en sus veredas rurales. Eso con el objetivo, cuenta John William Daza, director del grupo, “de que la comunidad tenga acceso a espectáculos y experiencias teatrales de calidad dentro de su contexto comunitario».
Además, el grupo desarrolla el programa ‘Actores para la Vida’, que, a través del teatro y las artes en general, busca generar procesos de formación social, cultural, artística y demás, para así crear “personas con capacidad crítica, que conozcan los mecanismos de participación ciudadana y se conviertan en actores sociales vitales dentro de sus contextos».
Teatro Girante de Marinilla – Marinilla, Antioquia
La Corporación Teatro Girante surgió luego de que varios amigos apasionados por el teatro comenzaran, en 2004, con un grupo independiente e itinerante y “solamente reuniéndonos a jugar al teatro”, comenta Javier Gómez, cofundador y director de la corporación.
En diciembre de 2008 tomaron en alquiler el antiguo Teatro Parroquial de Marinilla, que se convirtió en su sede. Con eso decidieron constituirse como una corporación y entidad sin ánimo de lucro, que lleva 13 años y que hoy tiene una planta de 17 actores.
El grupo ha llevado al escenario cerca de 60 trabajos teatrales, entre obras locales, nacionales e internacionales, de las cuales alrededor de diez han sido producciones originales.
En su sala ofrecen una programación permanente que se desarrolla de manera semanal durante cada viernes, sábado y domingo, desde febrero hasta noviembre. Se especializan en teatro de sala, en el que acuden a formatos íntimos con obras de comedia, drama, del absurdo, y monólogos, entre otras.
Además, son los responsables de coordinar el Festival Internacional de Teatro de Marinilla, que se hace de manera bianual y que este año va para su tercera edición.
Este, cuenta Javier, “se creó como una excusa para encontrase dentro del ámbito teatral y colocar a Marinilla en una especie vitrina o de referente poco convencional como es el teatro. Es un espacio que tiene muchas expresiones de artes escénicas, y que ha proporcionado la oportunidad para que la gente conozca todo eso».
También se encargan de la organización del Festival de Teatro Infantil, que se realiza en el municipio desde hace más de 40 años.
Asimismo, constituyeron la Escuela de Teatro de Marinilla, que hoy cuenta con 30 estudiantes, urbanos y rurales, que tienen entre los 12 hasta los 50 años.
Taller Grupo Experimental de Soacha – Soacha, Cundinamarca
Oficialmente surgió hace 28 años, pero en la práctica llevan 30. Su historia comienza en las jornadas nocturnas del Colegio Bolívar de Soacha, donde Fredy Benavides, cofundador y director, terminó su bachillerato.
“Comenzamos porque un compañero que había llegado de otro colegio trajo la espinita del teatro, le seguimos la cuerda y nos gustó mucho como herramienta para conectarnos y para comunicar muchos mensajes”, cuenta Benavides.
Así, crearon el Festival de Teatro Bolivariano en el que participaban los estudiantes de la institución y con el que surgió el grupo Saguán Machica, como primero se llamó el Taller Grupo Experimental. Su nombre hacía referencia a uno de los caciques que durante tiempos precolombinos habitó el territorio y cuya resistencia a los conquistadores españoles fue particularmente feroz.
El grupo, sin embargo, se transformó en 1993, cuando las sesiones nocturnas del colegio se acabaron y, con ellas, el festival. Ese año recibió su nombre actual.
Continuaron como grupo teatral y en el 2011 se convirtieron en una fundación cultural que comenzó a desarrollar procesos formativos en artes escénicas, no solo en teatro, sino en temas circenses así como en batucada. En el momento, trabajan de manera comunitaria con 50 jóvenes, que tienen entre los 12 y los 26 años, pero en el tiempo que llevan han formado a alrededor de 400 personas.
Hoy tienen sede en el centro del municipio, en un espacio que llamaron el Centro Cultural Taller Teatro. Allí, ofrecen una programación permanente de la que hacen parte un cine club, conversatorios, centros musicales y, por supuesto, funciones teatrales de producciones adaptadas y unas cuantas propias también.
Corporación Teatro Origen – Yopal, Casanare
Originalmente surgió en Tunja, de donde es también su director y cofundador, Ricardo Matta. En el 2008 y con un grupo de amigos conformaron la Corporación, que por 12 años funcionó en la capital boyacense.
Luego a Ricardo, quien es licenciado de teatro de la Universidad de Antioquia, le ofrecieron un trabajo en el Sena, seccional Casanare, y se trasladó a Yopal, a donde se llevó también el proyecto.
“Es una región donde el teatro es muy nuevo, no hay salas, y aunque hay grupos que vienen realizando unos trabajos, no hay nada a nivel profesional”, cuenta Ricardo.
Su intención es hacer teatro de sala; pero al no existir espacios para hacerlo han tenido que crear montajes en espacios no convencionales y adaptarse a lo que hay: canchas de fútbol, polideportivos, centros comerciales y pequeños auditorios de bibliotecas públicas.
Aun así, cuenta, desde hace dos años vienen trabajando con un grupo de 12 jóvenes locales egresados del Sena, técnicos en teatro. Con ellos, bajo su dirección y la de una colega, han tenido gran acogida.
Tanto así que para las funciones con las que cerraron 2021, las personas se quedaban por fuera del lugar y hacían largas filas para ver la siguiente. Con eso, las administraciones municipal y departamental se han dado cuenta del impacto que tiene el teatro en una región que nunca lo ha visto, y menos con producciones con actores, música, escenografía y vestuarios locales, por lo que han comenzado a invertir recursos en el tema.
Debido a ello están evaluando la posibilidad de restaurar un teatro abandonado para que comience a funcionar como sede del grupo. Asimismo, esperan para 2022 adaptar un pequeño polideportivo en el barrio Llano Lindo, donde quieren realizar una temporada.
De acuerdo con Ricardo, “lo más importante es que en Casanare se empieza a hablar de teatro. Sabemos que es un proceso nuevo y que será largo, hay que construir redes y buscar intercambios, pero ya llegó el teatro a la región».