Una ruta por el patrimonio arquitectónico de Soacha, en cinco paradas

Estaciones de tren convertidas en museo, la primera hidroeléctrica de Bogotá y haciendas rurales. Conozca cinco lugares emblemáticos que probablemente no conocía del municipio de Soacha.

Casa Museo Tequendama

La Casa Museo Tequendama fue primero una estación de tren. / FOTO: Casa Museo Tequendama

A finales del siglo XIX, el entonces presidente de Colombia, Pedro Nel Ospina, ordenó la construcción de la línea sur del ferrocarril hasta el Salto del Tequendama. Originalmente, la edificación, que hoy es un museo, fue concebida para servir como estación de tren con servicio de hotel con vista al Salto. 

La Terminal del Sur, como se le conoció, fue construida entre 1923 y 1927 y operó hasta mediados del siglo XX. Luego comenzó a ser un restaurante al que acudía la alta sociedad bogotana, pero en 1980 cerró definitivamente a causa de la contaminación del río Bogotá. 

La edificación permaneció abandonada hasta que, en el 2011, la Fundación Granja Ecológica el Porvenir compró y restauró la casa en un proyecto liderado por la arquitecta restauradora Claudia Hernández y el ingeniero Luis Guillermo Aycardi

Actualmente, funciona como un museo cuyo propósito principal es generar conciencia ambiental alrededor de la biodiversidad del territorio y su importancia, particularmente del río Bogotá. 

Desde el 2019 es Bien de Interés Cultural de Colombia.  

Planta Hidroeléctrica y Termoeléctrica El Charquito

Hidroeléctrica Soacha
Esta fue la primera hidroeléctrica de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá. / FOTO: Banco de La República

Se encuentra en la vía que conduce de El Charquito, en Soacha, al municipio de Mesitas de El Colegio, a 2,5km de la salida del primero. 

Fue construida a finales del siglo XIX, siendo la primera hidroeléctrica de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá y así, la primera hidroeléctrica que abasteció de energía a Bogotá. 

Su estructura está inspirada por la arquitectura industrial europea, particularmente en la inglesa. 

El Parque Principal

Soacha parque principal
El Parque Principal fue el punto de partida para el primer trazado del municipio. / FOTO: Alcaldía de Soacha

Ubicado entre las carreras séptima y octava y las calles 13 y 14, es el punto desde donde se originó el primer entramado urbano del municipio. En otras palabras, fue aquel lugar desde donde se realizó la primera planeación urbanística inicial para trazar las primeras vías y así la estructura original de Soacha.

Es, en ese sentido, el hilo central de Soacha. Un espacio que se ha consolidado como punto de encuentro y reunión de la comunidad que, a su vez, se ha apropiado de él para convertirlo en un espacio para la realización de actividades culturales y comunitarias. De la misma manera, es el punto principal de relación con la institucionalidad y punto clave de la historia y la tradición del municipio.

Hacienda La Chucuita

La hacienda perteneció originalmente a Manuelita Sáenz, heroína de las independencias de América del Sur. / FOTO: German Cuesta

Ubicada en el sector de Ciudad Verde, originalmente perteneció a Manuelita Saenz de Vergara, heroína de las independencias de América del Sur, oriunda de Ecuador y pareja de Simón Bolívar, quien, según cuentan, se alojó varias veces allí. 

La casa, que tiene más de 300 años de construcción, conserva varias paredes originales, así como algunos fogones y otros elementos de la época. De la misma manera, la iglesia de la hacienda, que fue construida hace 261 años, continúa en pie. Hoy pertenece a la Universidad Minuto de Dios, que realiza allí actividades con los estudiantes del Colegio Minuto de Dios.

Hacienda Las Huertas

Construida en 1950, se encuentra sobre la avenida San Marón y combina la arquitectura moderna con la tradicional y rural. 

El lugar tiene hoy una particular relevancia comunitaria, pues allí se desarrollan talleres artísticos y de diversas manualidades y oficios para niños, jóvenes y adultos, y funciona, además, como escenario deportivo. De la misma manera, es un espacio al que los adultos mayores acuden para mantener contacto con la naturaleza, precisamente, por ser un espacio rural.

Siga leyendo: