Los páramos son espacios vitales para el ecosistema y sagrados para las comunidades. Con la ayuda de Juan Camilo Rodríguez, creador de la iniciativa Guardianes del Páramo, le contamos cómo puede recorrerlos sin causar ningún efecto negativo en el entorno.
1. Investigar previamente sobre el páramo al que se irá
El primer consejo de Rodríguez es el de hacer una investigación previa del páramo que va a visitar: su historia, su ubicación, las especies que pueden habitar en él, su importancia para el ecosistema y para las comunidades que lo habitan.
Además, algunos páramos tienen el acceso denegado o restringido.
Por eso, siempre yendo con respeto, lo más indicado es preguntar si es posible recorrer este espacio, según las pautas establecidas por políticas ambientales o por indicaciones de quienes habitan ahí.
«Si es de Parques Nacionales hay que hacer una reserva. Hay algunos, como el páramo del Verjón, que son privados y en ellos hay que pagar entrada, otros donde se debe contratar guía local e intérprete, como en Chingaza, y otros simplemente están cerrados por razones ambientales, como Sumapaz«, explica Pérez.
Rodríguez recalca que, como los páramos son lugares sagrados para muchas culturas, «hay que llevar la mente abierta. Por ejemplo, si dicen que hay que pedirle permiso a la montaña para poder entrar allí, hay que hacerlo”.
2. Buscar guías locales
No llegar solo al páramo, hablar siempre con la comunidad o un guía que esté trabajando con proyectos de recuperación o conservación, que tenga experiencia e interés en llevar personas al páramo y que trabaje de forma sostenible con el ecosistema.
“La visión del páramo ha ido cambiando poco a poco. En 1970 se empezó a regular más la entrada a algunos páramos delimitándolos. Ahora también se dice que estos ecosistemas son espacios culturales y una zona donde lo biológico coexiste. Por eso el consejo es tener muy en cuenta a las comunidades, para poder acercarse”, expresa Rodríguez.
Pero ese no es el único motivo por el cual se recomienda ir con guía a recorrer el páramo. Según explica Alex Pérez, creador de la agencia de viaje Aventruz, estos espacios pueden ser tan grandes que, si las personas no están preparadas, pueden perderse con facilidad.
«Por ejemplo, en el páramo de Guatanfur, cerca de Guatavita, una vez alguien entró con un guía para rescatar un dron y duraron perdidos 15 días. Sobrevivió, pero es un ejemplo de lo peligroso que puede ser ingresar a un páramo, por eso se recomienda ir con alguien especializado», aclara Pérez.
El páramo es un ecosistema que no es constante. De un momento para otro puede aparecer neblina o empezar a llover, lo cual dificulta la visibilidad y el movimiento.
3. No ingresar plásticos de un solo uso
Desde abril del 2020 entró a regir una resolución que prohíbe el ingreso y la utilización de plásticos de un solo uso (con excepción de los elementos plásticos médicos) en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales con vocación ecoturística, como lo son los páramos.
Los plásticos de un solo uso, como las bolsas, los cubiertos o las botellas, se caracterizan por ser elementos que se utilizan un promedio de 5 a 20 minutos, para después ser desechados.
El problema con estos elementos es que pueden pasar 500 años contaminando el ecosistema, porque no son biodegradables en condiciones naturales.
También se solicita a los visitantes que procuren no dejar ningún elemento durante su visita y si encuentran algún residuo en el camino; recogerlo, guardarlo junto al resto de la basura y sacarlo cuando se deje el área, incluyendo los materiales que son biodegradables.
«Hay que buscar transitar por los senderos autorizados sin dejar rastro. Irse liviano, llevar pocas cosas y procurar que todo lo que uno entre al páramo también regrese con uno. Cualquier afectación a un ecosistema, por mínima que sea, tiene consecuencias, porque son muy frágiles», aclara Pérez.
4. Una buena alimentación e hidratación
La organización Colparques, entre sus recomendaciones para visitar el páramo de Santurbán sugiere a los turistas llevar buena alimentación e hidratación.
Pérez considera que como snacks, lo mejor es llevar alimentos que brinden energía, como el chocolate, la granola, el banano, algo de dulce y mucha hidratación.
Es preferible llevar todos estos elementos en una mochila especial que tenga cinturón de descarga, para evitar que la espalda termine lastimada, y buscar que el equipaje no pese más de 4 kilos.
5. Llevar la vestimenta adecuada para el recorrido
Para poder tener un recorrido seguro, Pérez recomienda utilizar la típica vestimenta de montaña, que consta de tres capas: la primera para que expulse el sudor, la segunda que es con la que se abriga y la tercera que sirva para cortar el viento o repliegue la brisa y la lluvia.
«El jean está prohibido, porque cuando hay lluvias este pesa tres veces más que las prendas de secado rápido. Esto entorpecería la caminata. La ropa que uses en el páramo puede salvarte la vida, o no», explica Pérez.
En cuanto al calzado es preferible ir con botas de ‘trekking’, ya que si algún sendero se empoza un zapato normal podría quedarse enterrado.
También aconseja llevar bloqueador, porque los vientos del páramo pueden lastimar la piel, y utilizar una gorra si está haciendo sol, «porque la combinación de viento y sol en páramo es mortal», comenta él.