Se llama Débora Arango y la denuncia social. Está conformada por 18 piezas (11 acuarelas y 7 óleos), dos de ellas nunca expuestas.
En 1987, Débora Arango (1907 – 2005) donó, sin ninguna condición, más de 200 piezas al Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) que había abierto sus puertas 7 años atrás. Lo hizo argumentando que su obra decía más junta que por separado. 35 años después, una nueva exposición de la artista antioqueña –una de las más reconocidas del departamento– será expuesta en el museo.
Con motivo de la inauguración de la Sala D J. Mario Aristizábal, se hizo esta exposición creada por el mismo museo. De esa determinación surgió Débora Arango y la denuncia social, que, compuesta por 18 piezas (11 acuarelas y 7 óleos), recorre parte de su trabajo entre 1940 y 1958. Dos de las pinturas expuestas, Paternidad y Patrimonio (ver al final), se expondrán por primera vez en el MAMM.
María Adelaida Arango, directora de Educación y Programas para Públicos del Museo, explica que la decisión de abrir al público esta nueva sala, a la que se puede asistir desde el 6 de julio, se da, justamente, por lo que representa Débora Arango. “Para su época, hablaba más allá de su tiempo. Fue incomprendida, pero su obra es muy vigente y tiene un carácter muy contemporáneo. Lo que ella retrató y pintó nos sigue hablando hoy”.
Mostrar la realidad
En 1940, explica María Adelaida, Arango visitó un manicomio en compañía de un hermano que era médico. En una de las salas, una mujer gritaba. Arango, inquieta, pidió verla, pero el guarda no lo permitió alegando motivos de seguridad, diciéndole que pasara de largo y que lo que viera en ese momento, sería lo único.
“A partir de esa obra”, dice la directiva del MAMM, “ella retrata a una mujer en una situación fuera de sí (ver Esquizofrenia en la cárcel al final). Y luego de esa obra, hace otros retratos de mujeres, de hombres y de grupos sociales. Al saber que era algo cronológico y hablando de la denuncia social, Esquizofrenia marca el punto de partida”.
Con ese punto de partida y tras un proceso investigativo, el equipo curatorial del museo diseñó la exposición, mostrando las problemáticas sociales que veía la artista en Medellín, “no solo en general, sino también desde su perspectiva como mujer”. La exposición se dividió en dos grupos, cada uno representando una perspectiva: lo individual (que es esas problemáticas vistas desde el individuo, la psicología, los cambios en el cuerpo de las mujeres) y lo colectivo (que revisa asuntos como la precariedad y la pobreza, haciéndose tangibles en los cuerpos desnudos).
También hay una preocupación por la relevancia en la actualidad del trabajo artístico de Arango. María Adelaida asevera que “el arte contemporáneo hace denuncia, muestra la realidad tal y como es. Ella lo representa. Apunta a la visibilidad, que situaciones que existen en nuestra sociedad no se vuelvan paisaje. Hablamos de violencia, desigualdad de género, hambre, que todavía existen, y a veces se nos olvida a quienes somos blancos heteronormados que somos muchos y que hay muchas brechas. Que las hemos disminuido, pero aún existen”.
Las otras exposiciones en el nuevo ciclo del MAMM
Además de Débora Arango y la denuncia social, el Museo de Arte Moderno de Medellín preparó otras tres exposiciones temporales. Se trata de exposiciones que, a juicio de María Adelaida, conversan entre sí por varias coincidencias en el discurso, tejiendo un diálogo.
La primera es la exposición Ensayo sobre pandillas, videojuegos, internet y palmeras de Johan Samboní, un artista caleño de Puerto Resistencia (Siloé). “Él busca retratar, de una manera contemporánea, cómo los videojuegos y las pandillas ayudan a la construcción de identidad de los jóvenes, recrea ese universo en el que él creció y crecen sus vecinos”, indica María Adelaida. Está curada por Helena Producciones.
La segunda es Tiempo para escucharnos, manifestaciones del arte indígena en Colombia. Que, según señala la directora de Educación y Programas del Museo, “reúne obras de personas que habitan territorios y que son de pueblos indígenas. Tenemos representación de 20 pueblos indígenas exponiendo temáticas que apuntan a la identidad. Es la primera vez en el MAMM que se presenta una exposición de este tipo, y ha sido muy interesante porque es entender formas no hegemónicas de pensamiento”.
Por último y conversando desde la contraposición con la anterior exposición, está Medir el espacio, modelar el territorio de John Mario Ortiz, quien, a juicio de María Adelaida, “tiene un marcado pensamiento occidental, planteando algo opuesto a lo que dirían los indígenas. Él se preocupa por esa manera en la que hemos modelado el territorio, por el urbanismo, el paisaje, la ciudad”. Es una exposición antológica que recoge los 18 años de trayectoria artística de Ortiz.
Estas tres exposiciones estarán hasta el 30 de octubre. La de Débora Arango se extenderá hasta marzo de 2023.