Por medio de herramientas hechas con materiales reciclables, Zorro Conejo crea experiencias artísticas con los jóvenes.
Zorro conejo una iniciativa que surgió hace 13 años con la intención de generar espacios de encuentro con los niños, por medio del lenguaje del diseño y el arte, porque consideraron que esa era la manera adecuada de acercarse a ellos.
“Los niños se expresan a través de distintos lenguajes, así que abordarlos desde diferentes frentes artísticos nos permite hablarles y aportarles a sus saberes y experiencias”, aclara Alejandra Forero Alvarado, integrante de Zorro Conejo.
La iniciativa, conformada por John Vela, diseñador industrial, y Forero, artista plástica y visual, nació por el deseo que tenían ambos de unir sus conocimientos y, a través de ellos, procurar encuentros con los niños que se diferenciaran de los que se dan usualmente de manera institucional, por ejemplo.
“Dichos encuentros se destacan porque, generalmente, son mediados por instrucciones y elementos metodológicos muy orientados a realizar talleres. Pero nosotros queríamos generar un espacio en el entorno público, abierto para niñas y niños, desde el concepto de un laboratorio, un lugar donde pudieran explorar, dialogar, intercambiar conocimientos, experimentar y crear de manera colectiva”, explica Forero.
Por eso dicen que desde Zorro Conejo no se desarrollan actividades, sino experiencias, las cuales se mueven bajo cuatro líneas.
“Primero la línea de los laboratorios, que son los espacios de creación colectiva y de participación de los niños y niñas. Estos se realizan en lugares públicos, cerrados e incluso a través del entorno virtual. Estos laboratorios los hemos desarrollado desde hace 13 años, de manera no regular, y en ciudades como Bogotá, entre otras”, comenta Forero, resaltando que esta es su línea principal y desde la que parten para crear las demás.
Por medio de la segunda línea buscan promover la formación y cualificación de maestros y personas adultas que acompañen a niños en entornos culturales, como lo son los bibliotecarios, promotores de lectura, museógrafos, artistas o docentes.
“Esta formación o cualificación está muy atada a lo que desarrollamos en los laboratorios, donde más que hacer un proceso académico, claramente sustentado en unos elementos conceptuales y teóricos, hablamos desde la experiencia misma del compartir con los niños y niñas y desde ese ejercicio de colectividad con ellos”, dice Forero.
La siguiente línea es la del diseño de espacios, productos y mobiliarios para niños, en el que se crean elementos, dispositivos y artefactos en conjunto con los jóvenes o con las comunidades, que terminan en lugares lúdicos o culturales.
Y la última línea es la de producción de contenidos con niños, en donde la iniciativa hace el trabajo de producción, sin alterar absolutamente nada de lo que los niños proponen, ya que “el objetivo es hacer un ejercicio de escucha, diálogo y creación con ellos, desde el respeto por lo que cada uno aporta y lo que quieren comunicar”, aclara Forero.
Zorro conejo ve el arte como una herramienta y un camino para seguir educando y cultivando la creatividad. / FOTO: tomada del Instagram de Zorro conejo
Por medio de estas experiencias Zorro conejo busca dar eco a la voz de los jóvenes, porque consideran que entre los adultos no hay un reconocimiento o una escucha real hacia ellos y sienten que sería más beneficioso para la sociedad si se les prestara atención a los jóvenes.
“Los niños se expresan a través de la oralidad, las gráficas, el dibujo, el cuerpo o el movimiento. Pero desafortunadamente la sociedad es sorda ante esas manifestaciones. Nosotros consideramos que la comunidad necesita oír a los niños de manera genuina y trascender esa escucha hasta llegar a una incidencia, a una transformación real de nuestra vida cotidiana, nuestras prácticas como familias y como sociedad, incluso en el entorno político”, asevera ella.
Es por eso que procuran tener relaciones horizontales con los jóvenes, a quienes no ven como “vasos vacíos” que tengan que llenar o “seres en construcción”, sino como personas con experiencias de vida y saberes propios que les permiten tener una mirada nueva y renovada del mundo.
“Si nosotros realmente nos encontramos con ellos desde sus diversos lenguajes, podríamos ver que sus comprensiones del medioambiente, de su entorno cercano y del mundo le aportarían muchísimo a este universo tan adulto”.
El compromiso con el medioambiente
Todos los diseños para las máquinas y los elementos de Zorro conejo surgen por medio de un trabajo de co-creación junto con los niños. / FOTO: tomada del Instagram de Zorro conejo
Cuando Zorro Conejo comenzó, no tenía entre sus objetivos el cuidar el medioambiente, pero siempre tuvo la intención, de manera indirecta, ya que promovían que todos los artefactos fueran producidos con materiales desechables.
“El cartón, por ejemplo, es un elemento que utilizamos mucho, no solo por sus condiciones estéticas y sus características como material, sino también porque este puede ser hecho de manera artesanal o conseguido a través del reciclaje. Todos tenemos cajas de cartón en la casa o tubos de cartón, por el papel higiénico”, señala Forero.
Con esos materiales crear las herramientas con las que pueden mediar experiencias artísticas, estéticas o de escucha con los niños, como máquinas para narrar, para dibujar, para contar historias, para jugar o para crear.
Esto lo hacen con el objetivo de alargar la vida útil de los materiales y evitar que lleguen directo a los vertederos.
“También nos movilizamos mucho con nuestro hashtag “hazlo tú mismo”, en el que promovemos que no se compren tantos juguetes, sino que estos se construyan con los niños, con materiales que tengan a la mano. Hay que reflexionar sobre el consumo de juguetes y entender que el construirlos en casa propicia espacios de encuentro en familia”, considera Forero.