Estudiantes del Colegio José Félix Restrepo impulsan la renaturalización del río Fucha

En la institución técnica, ubicada en el sur de Bogotá, los muros no solo contienen aulas, también ideas como “Fucha te reconecta”, una iniciativa que trabaja por la restauración de la cuenca alta de ese río. Sus esfuerzos los llevaron a ganar el Premio Escuelas Sostenibles.

Todo comenzó con una caminata en el 2013, cuando Hammes Reineth Garavito, docente del colegio Técnico José Félix Restrepo IED ubicado en la localidad de San Cristobal, junto a un grupo de estudiantes, observó cómo el río Fucha estaba siendo consumido por la contaminación. “Vimos cómo la desidia de la sociedad estaba convirtiendo esto en un botadero”, recuerda. Aquel recorrido, que empezó como una excusa para “capar clase con sentido”, se transformó en el proyecto Fucha Te Reconecta, el punto de partida para replantear la relación entre la institución y su entorno.

Comenzaron recolectando los desechos en las inmediaciones del río; para 2014 se convirtieron en un servicio social avalado por la Secretaría de Educación, permitiendo que los estudiantes cumplan sus horas de servicio obligatorias, pero además se certifiquen como gestores ambientales gracias a la alianza con diferentes entidades como la Secretaría de Ambiente, el Jardín Botánico y el IDRD.

Desde entonces, cada año al menos 34 estudiantes de grado décimo realizan su servicio social en esta actividad, además se suman alumnos de todos los grados de las diferentes jornadas (mañana, tarde y noche). Acompañados de docentes, semanalmente recorren más de dos kilómetros de la cuenca alta del río Fucha recogiendo la basura que encuentran.

El proyecto, que ha recolectado más de cinco toneladas de desperdicios, no solo es herramienta de concientización para los jóvenes, también para la comunidad, ya que, como afirma el docente, ”la mayoría de los padres ven a sus hijos recoger la basura que ellos botan, lo que les hace replantearse: ¿para qué boto la basura, si es mi hijo el que la va a sacar?”.

Entre otras cosas, el colegio recoge cada mes cerca de 7.000 colillas de cigarrillo, que son entregadas a la organización No Más Colillas, evitando así la contaminación de miles de litros de agua, ya que una sola puede afectar hasta 50 litros

El IED José Félix Restrepo fue fundado por acuerdo No. 014 del 4 de mayo de 1982 por la Junta Administradora del Fondo Educativo Regional de Bogotá. | Foto: Pedro Camelo - Colombia Visible

A partir de esa experiencia al interior del colegio han ido surgiendo otras iniciativas ambientales como un sistema de huertas escolares y comunitarias. Una de las más significativas, la Huerta Maranta, es un espacio de encuentro para estudiantes y vecinos de la cuenca alta que cultivan plantas nativas. Esta conexión con la tierra se ha convertido en una herramienta pedagógica. «Nuestros estudiantes dicen que sembrar árboles es sembrar agua, y sembrar agua es sembrar vida», relata el docente.

Estas acciones se articulan con la creatividad a través del colectivo ReconectArte, donde los estudiantes expresan su relación con la naturaleza por medio de murales, graffiti, música y fotografía. Estas expresiones han servido para resignificar el entorno del río, involucrar a la comunidad y promover el arte como medio de transformación.

De las manos de al menos 750 participantes, entre los que se encuentran maestros, alumnos y habitantes del sector, se han sembrado más de 5.400 plantas nativas, constituyendo un ecocorredor que hoy se encuentra al servicio de la comunidad.

Hoy, estos proyectos  forman parte de un programa más amplio llamado Ecologismo Colectivo Ambiental, que articula más de 15 iniciativas como Cambio por el cambio climático y Pajareando, un proyecto de avistamiento de aves en el que los estudiantes se convierten en fotógrafos, escritores y observadores de la biodiversidad.

Según la alcaldía de Bogotá, cerca de 324 toneladas de colillas de cigarrillo se recogen anualmente de las calles de la capital, es decir que al día los ciudadanos arrojan más de 5 millones de estos desechos al suelo. | Foto: Pedro Camelo - Colombia Visible

En paralelo, la institución lidera un programa de inclusión social llamado “Iguales por la diferencia”, que trabaja en atención a personas en situación de calle, inclusión de estudiantes con discapacidad, niñas gestantes, cuidadores, entre otros. Según comenta el docente, la institución ha sido pionera en acoger población invidente en aulas regulares y nocturnas, labor que realizan desde hace más de 40 años.

“Queremos que todos retomen procesos, que se mantengan alejados de la violencia, que reduzcan sus tiempos de permanencia en esos espacios y transformen sus proyectos de vida”, afirma Reineth.

Para el 2022, según la Secretaría Distrital de Ambiente, el tramo 1 del río Fucha obtuvo un WQI de 94 sobre 100, posicionando la calidad de sus aguas como buena. | Foto: Pedro Camelo - Colombia Visible

La tercera gran apuesta del colegio es la educación técnica de calidad como herramienta para combatir la pobreza. A través del proyecto Tejiendo Saberes Interdisciplinarios, que agrupa más de 50 proyectos de aula, los estudiantes se forman en áreas como robótica y programación.

Anualmente, alrededor de 40 jóvenes se gradúan en formación técnica gracias a su alianza con el SENA. “Nuestros estudiantes están proyectándose al futuro, salen técnicos. Y si un chico sale técnico, ya es más fácil porque puede conseguir un empleo y continuar su proyecto de vida”.

“Formamos líderes en transformación social”, lema de la institución, no se queda en el papel. Estudiantes como Angie Briñez, actual personera, lo confirman: “Al principio uno cree que esto es solo ir a recoger basura, pero en serio te cambia la mente. Hoy lideramos campañas para instalar canecas en el colegio y enseñar a los niños dónde se deben botar los residuos”.

Todo el trabajo realizado los ha llevado a obtener distinciones nacionales e internacionales, como seis reconocimientos en los premios ‘Latinoamérica Verde’, cuatro diplomas otorgados por el Concejo de Bogotá y, el Premio Nacional de Escuelas Sostenibles en la categoría secundaria, otorgado el tres de octubre del 2024 por Santillana, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Fundación Santillana. La convocatoria para la edición 2025 de este último premio ya está abierta.

Tambien le puede interesar: