En los diez municipios del Valle de Aburrá es posible encontrar la cuarta parte de especies de aves que hay en todo el país. Colombia Visible presenta una guía de zonas de avistamiento.
De las 1.954 especies de aves que hay en Colombia, según el Sistema de Información sobre Biodiversidad en Colombia (SiB), alrededor de 458 están en el Valle de Aburrá, por lo que es un destino ideal para el avistamiento.
Esa biodiversidad, justamente, ha hecho que expertos y aficionados de los 10 municipios ubicados en el Valle dediquen sus horas a la observación de las aves. Tanto así que ya existen herramientas digitales que facilitan este trabajo.
Una de ellas es la app Área 24/7 del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que permite reportar los avistamientos y tiene un registro de las especies vistas por los usuarios de la aplicación móvil.
Colombia Visible reúne, con ayuda de Víctor Vélez, biólogo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, y Rodrigo Gaviria, director de la Sociedad Antioqueña de Ornitología (SAO), una guía de algunos de los lugares más emblemáticos de los diez municipios del Valle de Aburrá para el avistamiento.
Zona norte
En las zonas conocidas como las Antenas del Padre Amaya y las Antenas de San Félix, que están entre los puntos más altos del Valle de Aburrá, se puede hacer avistamiento de aves que no se encuentran en otras partes de la región.
Gaviria explica que esto se debe a que allí hay “unos reductos de bosque que ya son prepáramos, incluso en las antenas hay frailejones”. Es posible, dice, encontrar distintas especies de pájaros carpinteros, así como tángaras y mieleros.
Mientras tanto, en Barbosa, señala Gaviria, hay aves de tierra caliente. “Son sitios muy interesantes para el avistamiento, hay fincas que se dedican al cuidado de los bosques, por lo que llega una amplia cantidad de especies”, explica.
Cerros tutelares de Medellín
En total, en Medellín hay siete cerros dentro de la ciudad: Picacho, Nutibara, Volador, Asomadera, Tres Cruces, Pan de Azúcar y Santo Domingo. Tanto Vélez como Gaviria coinciden en que estos son perfectos para hacer recorridos de avistamiento. Vélez resalta, por ejemplo, que allí es común “encontrar dos especies insignias: el cacique candela y la guacharaca, que son especies casi que endémicas de nuestra área”.
Por su parte, Gaviria da cuenta de uno de esos afortunados avistamientos en estas zonas de la ciudad: “Hace unos meses en el cerro de El Volador se encontró a una especie de colibrí que hace casi 40 años no se veía, que es absolutamente precioso, porque cuando le dan los rayos de luz, su plumaje se ilumina y lo refleja”.
Puede leer: En fotos: una segunda vida para animales rescatados en el Valle de Aburrá
Jardín Botánico e inmediaciones
Aunque está cerca del centro de Medellín, el Jardín Botánico es, para Gaviria, un sitio de interés para el avistamiento de aves. Lo mismo que otros espacios que quedan en las inmediaciones del Jardín como el Parque Norte y el Parque Explora.
El Parque Norte es un sitio, según Vélez, de anidación de garzas. Y explica que allí y en el Jardín Botánico se pueden ver especies que están asociadas a ecosistemas acuáticos. Gaviria complementa que al Jardín Botánico llegan aves migratorias: “Se puede hacer avistamiento de especies muy bonitas que van de paso”.
Zona sur
El director de la Sociedad Antioqueña de Ornitología resalta la alta variedad de especies de aves que hay en los municipios del sur del Valle de Aburrá, principalmente, en Itagüí, Sabaneta y Caldas.
En el Alto de San Miguel, en Caldas, gracias a la cantidad de bosques, es posible el avistamiento del cacique candela de pecho rojo. Una especie que, cuenta Gaviria, “estuvo casi al borde de la extinción. El cacique es un animal gregario, que anda en grupo de 10 a 15 individuos y se ve con relativa frecuencia en esta zona”. También se pueden observar águilas como la crestada de montaña (que está en riesgo de extinción) y la iguanera.
En La Romera, en Sabaneta, se puede observar una especie particular de quetzal, que tiene características similares al ave con el mismo nombre, endémica de Centroamérica, como el plumaje y el pecho rojo, “pero que no tiene plumas largas en la cola”. Además de esta, se calculan entre 150 y 200 especies diferentes en la zona.
Y en Itagüí, el Alto del Chuscal, que queda cerca al cruce de la carretera hacia el municipio de Heliconia, se destacan distintas especies de búhos, así como la tucaneta esmeralda.