Con las hormigas no se puede hablar de endemismo. Sin embargo, Colombia es el segundo país con más variedad después de Brasil, con alrededor de 1.300 especies. Conozca cuáles son y cómo se ven las más emblemáticas.
Los insectos tienen una historia de 400 millones de años en el planeta, y el grupo de los himenópteros (integrado por abejas, hormigas y avispas), comenzó a desarrollarse hace 200 millones de años, al tiempo que los dinosaurios.
El fósil de la hormiga más vieja de la que se tiene registro data de hace 100 millones de años, durante el cretáceo, período geológico cuyo punto final fue la extinción de los dinosaurios. Ambas especies llegaron a compartir ecosistemas. Irónicamente, la más diminuta fue la que sobrevivió en el tiempo.
Fernando Fernández, mirmecólogo y profesor de la Universidad Nacional, es uno de los tres expertos que editó la guía de especies de hormigas presentes Colombia más completa publicada hasta el momento. Tomó cuatro años de trabajó, y contó con investigaciones de 64 especialistas de 8 países (Colombia, Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Argentina, Francia, Bélgica y Alemania).
Recuerda que su gusto comenzó cuando, de niño, leyó los relatos de ‘el poeta de los insectos’ (apodo que recibía el naturalista francés J.H. Fabre) en el libro Recuerdos Entomológicos: la vida maravillosa de los insectos. Sus libros lo llevaron a ser considerado el padre de la etología (comportamiento) de insectos.
“Todo lo decía de una forma poética. Es decir, un científico diría ‘la abeja se aproxima a la flor para consumir néctar’, pero Fabre diría algo como ‘la abeja se levanta en la mañana y mira cómo está el clima. Para alimentar a sus hermanas, explora las flores; escoge la de mejor aroma, se extasía’. Eso me atrapó, porque la ciencia es muy fría”, explica Fernando.
Pero su primer acercamiento formal a los himenópteros llegó años después, mientras estudiaba Biología en la Universidad Nacional. Cuando comenzaron las expediciones en campo, mientras todos miraban hacia el frente buscando insectos voladores, Fernando agachó su cabeza y se dejó fascinar por esos diminutos y veloces puntos que recorren el suelo en fila india: las hormigas.
Aunque para la mayoría de personas pasen desapercibidas, hace poco se publicó un estudio donde se menciona que en el planeta hay 12 megatones de masa de hormigas. Según los científicos, el peso de la biomasa de las hormigas supera al de los mamíferos y las aves juntos (quitando a los seres humanos).
Sin embargo, si las comparamos con la biomasa de los humanos, vendrían a representar un 20% de ese total, un porcentaje demasiado alto teniendo en cuenta que una hormiga pesa unos cuantos miligramos.
Fernando fue uno de los expertos que inició la colección de insectos con la que cuenta el Instituto Von Humbolt, en Villa de Leyva, donde trabajó durante siete años. De ahí pasó al Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, donde actualmente cuenta con un laboratorio de hormigas que le permite «sembrar el gusto por la especie en otros biólogos», dice.
Allí, luego de editar un libro llamado ‘Introducción a las hormigas de la región Neotropical’, cuenta que se despertó en él la necesidad de redactar un manual de especies de hormigas de Colombia. Fue hasta 2019 cuando su idea se materializó con la publicación de la guía ‘Hormigas de Colombia’, que tiene 1.200 páginas.
“Las hormigas presentes en Colombia nunca se habían estudiado con tanta profundidad. El libro del Neotrópico llegó a nivel de género, pero Hormigas de Colombia se editó a nivel de especie”, explica Fernando.
La región Neotropical, que va desde el sur de México hasta Argentina, es donde se concentra la mayor cantidad de especies de hormigas del planeta, con alrededor de 3.300 especies conocidas, casi un tercio de lo que se conoce en todo el mundo: más de 14 mil especies.
Colombia hace parte de esa región Neotropical, y además está ubicada en un lugar estratégico que propicia la diversidad geográfica, lo que facilita la presencia de una buena cantidad de especies de aves y de mariposas, con las que encabeza la lista de mayor variedad a nivel internacional.
«Las hormigas son avispas modificadas»
Actualmente se calcula que hay alrededor de 20 cuatrillones de hormigas. Los expertos creen que la expansión de las hormigas se dio en el Eoceno, cuando el planeta se hizo más frío y las sabanas comenzaron a surgir en medio de los bosques.
Con respecto a su origen, Fernando sostiene que una hormiga es una avispa modificada, al igual que una abeja, que dejó de ser depredadora para comer néctar y polen.
En el caso de la hormigas, su ancestro era solitario, es decir, la hembra -después del apareamiento- buscaba un insecto al cual ponerle el huevo y luego lo escondía. Sin embargo, según Fernando, en algún momento esa hembra cooperó con otra, construyeron un nido común, lo defendieron de enemigos y lo aprovisionaron. Fue entonces cuando se volvió ‘social’. Posteriormente, en algún otro momento de la historia, esa hembra asumió una posición reproductiva (reina) mientras las demás renunciaron a ella y se dedicaron solo a la colaboración (obreras).
Las colonias de las hormigas son sociedades matriarcales, donde los machos solo cumplen una función: aparearse y morir. En las hormigas, los machos son como espermatozoides con alas.
En el caso de esta especie, el sexo de un individuo no lo determina la combinación de los cromosomas, como sí pasa con los humanos. Lo determina el número: si los cromosomas están completos, nace una hembra; si es la mitad, un macho. Y es la reina quien decide el sexo de sus hijos. “Si quiere tener una hija, coloca un huevo fecundado, y si quiere un macho, uno no fecundado. De esta manera regula la colonia que, si está próspera, se puede dar ‘el lujo’ de tener machos, pero si está en mal estado, la reina produce hembras, que son las que trabajan”, explica el biólogo
Colombia es el segundo país más rico en especies de hormigas después de Brasil
Fernando y sus colegas creen que Colombia puede tener alrededor de 1.300 especies conocidas, haciendo que el país se ubique de segundo en la lista, siendo Brasil el que la encabeza con 2.600 especies. “Si uno hace relación de número, especies y área, Colombia sería el más rico porque es más pequeño que Brasil. Acá la diversidad es alta, pero aún se desconocen muchas regiones, como la Bota Caucana, Sucre, Chocó, entre otras”, comenta Fernando.
No se puede hablar con certeza de endemismosm pues el rango de distribución de esta especie es muy grande. En ese sentido, los humanos –con o sin intención- son los principales responsables de la dispersión de hormigas, con algunas excepciones, como las Islas Galápagos, en la que la corriente de viento pudo haberlas arrastrado hasta allá.
En Colombia, la cuenca del Amazonas y el Chocó biogeográfico son dos de las zonas más ricas en hormigas, gracias a sus bosques tropicales. Allí, los insectos encuentran muchas opciones para vivir, comer y asociarse. “El Neotrópico tiene una riqueza impresionante. Por ejemplo, en un solo árbol en Perú se encontraron 43 especies de hormigas, superior a todas las que se conocen el Inglaterra”, explica Fernando.
Esta es una lista con algunas de las especies de hormigas más comunes en Colombia, y los datos que las hacen ser de las más curiosas entre todas:
1) La hormiga culona de Santander: fue la que ‘inventó’ la agricultura (Athas cephalotes)
Algunas colonias de hormigas culonas pueden ser del tamaño de una casa.
El especialista Edward O. Wilson, quien fue la mayor autoridad de hormigas del mundo, catalogó a la hormiga culona como el insecto social más complejo del planeta, pues es una hormiga que se alimenta de hongos.
La hormiga corta la hoja no para comérsela, sino para dársela al hongo: “Lo que hacen es cultivar el hongo, le echan un antibiótico para que no se contamine, alimentan a sus crías de este hongo y no permiten que tenga estructuras reproductivas”, explica Fernando quien, entre risas, bromea con que fueron ellas las que inventaron la agricultura hace millones de años.
La hormiga culona es un alimento insignia para la cultura santandereana, y Fernando aclara que su consumo ni es perjudicial para la salud ni pone en riesgo la especie. Sin embargo, como suelen cortar hojas, pueden llegar a convertirse en plagas para los campesinos.
2) Hormiga bala: su dolorosa picadura se usa para rituales en el Amazonas (Paraponera clavata)
La hormiga bala vive en colonias pequeñas dentro de los bosques tropicales. En Amazonas la utilizan como un reto para que los hombres pasen de la juventud a la adultez: les colocan unos guantes llenos de hormigas y, si soportan el dolor, sin expresarlo tanto, significa que ‘ya son hombres’, según las creencias de esa comunidad.
También en Amazonas, los indígenas dicen que, cuando la hormiga muere, le crece una palma. “Lo que le crece a la hormiga no es una planta sino un hongo. Hay hongos especializados en atacar insectos. Cuando esta especie se trepa, se aferra al árbol con la mandíbula y muere, nace el hongo”, explica Fernando desde su punto de vista científico. Sin embargo, la mitología indígena dice que es una recompensa de la naturaleza hacia los indígenas que son picados por ella.
3) Hormiga legionaria: su nombre científico, leído al revés, hace honor a los periodistas (Eciton burchelli)
«Eciton (‘notice’ leído al revés) burchelli rinde honor a los periodistas, los que difunden las noticias todos los días», dice Fernando, entre risas.
Son hormigas muy depredadoras, tanto que no tienen casa fija, sino que la forman con sus propios cuerpos, con cavidades para sus crías y su reina, que puede ser madre de 300 mil hijas.
En La Vorágine, de José Eustasio Rivera, hay dos escenas donde las hormigas atacan al poeta y a sus amigos en sus desventuras por la selva. En esa obra literaria la llaman las ‘tambochas’, y corresponden a esta especie, según Fernando.
Un estudio reciente reveló que tienen casi 300 especies asociadas. Por ejemplo, otros insectos las siguen para recoger los desechos alimenticios que dejan a su paso.
4) La hormiga de fuego: una ayuda para la formación del veneno de las ranas (Solenopsis geminata)
Fernando explica que para una hormiga es imposible cruzar un río porque se ahogan, sin embargo, la hormiga de fuego puede hacer masas flotantes. Consisten en que se agarran entre ellas y forman una bola con aire por dentro.
“Así flotan y van rotando: las que están debajo del agua después pasan arriba y viceversa, hasta llegar al sitio donde quieren iniciar una nueva colonia”, comenta el biólogo con fascinación.
Muchas ranas se alimentan de estas hormigas que tienen alcaloides. El veneno de esas ranas es usado por comunidades indígenas en el Cauca para ponerlo en la punta de sus flechas y hacerlas más mortales. Ese veneno no sería posible si las ranas no comieran estas hormigas.
¿Qué hacen las hormigas en los ecosistemas?
Las hormigas, con sus diferentes tareas como ‘bioingenieras’, también cumplen funciones importantes para la conservación del equilibrio de los ecosistemas. Estas son algunas de ellas:
- Airean el suelo: sus excavaciones concentran nutrientes y ayudan a que el suelo reciba mayor oxígeno, haciendo que sea más fértil.
- Dispersan semillas.
- Sirven de alimento para animales especializados, como los osos hormigueros.
- Son excelentes a la hora de hacer mutualismo con otro grupo de organismos, por ejemplo, defender una planta.
- Son protagonistas en la estructura dinámica de los bosques: algunos grupos de hormigas son dominantes en los bosques, y pueden decidir a qué especie le ceden una subdominancia, con qué plantas se asocian, qué otros artrópodos pueden haber, entre otros.