Con 1.450 especies, se convierte en el país con mayor diversidad de estas plantas en toda América. Actualmente, un proyecto desarrollará seis expediciones para seguir conociéndolas a profundidad y, además, para alimentar las colecciones de historia naturales nacionales y de Estados Unidos.
“Por su privilegiada posición geográfica, Colombia es un país referente a nivel mundial en cuanto a diversidad de este grupo de plantas, como sucede con las aves. Actualmente tenemos contabilizadas 1.450 especies de helechos, lo cual nos convierte en el territorio con mayor diversidad de especies en América”, explica la botánica Alejandra Vasco, actual líder de ‘Helechos de Colombia’, un proyecto conformado por seis expertos, tanto colombianos como estadounidenses, que con sus más 40 años de experiencia en taxonomía, morfología e historia natural de helechos tropicales quieren seguir dando luces de cómo está el panorama de grupo de plantas en el país a través de expediciones científicas.
Y es que, aunque aparentemente estemos familiarizados con los helechos al admirar su frondosidad, en realidad los ejemplares que solemos ver en los jardines o terrazas de nuestras casas no son colombianos, sino de Asia. En dicho continente, países como Filipinas encabezan la lista de especímenes que son dispuestos para el comercio. Los helechos propios de Colombia tienen un alto potencial como especies ornamentales, pero pocas se cultivan y comercializan. En la actualidad la mayoría de helechos nativos de Colombia realidad, están en zonas extremadamente húmedas, como los bosques de los Andes.
“Las zonas con bosques montanos tiene mayor diversidad de helechos que zonas más planas y secas como la depresión momposina, porque son plantas que necesitan mucha humedad”, explica Vasco, quien se ha especializado en el estudio de helechos, especialmente los del género Elaphoglossum (o helechos ‘lengua de venado’), el cual, si bien está presente en los trópicos de otros continentes, es el que más especies registra en Colombia con aproximadamente 110.
Los helechos son un grupo muy particular dentro de las plantas vasculares pues no poseen flores ni semillas, sino que se dispersan por esporas. En el mundo se conocen 12.000 especies.
Para Alejandra, las expediciones suelen ser muy ‘detectivescas’, pues los helechos no presentan colores llamativos y muchas veces crecen en sitios oscuros. Es decir, se requiere de los ojos de un experto para entender la gran diversidad de este grupo de plantas.
Expediciones que mantienen viva la tradición botánica de Colombia
El proyecto ‘Helechos de Colombia’ —financiado por la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos—, tiene como objetivo desarrollar seis expediciones a través de las cuales esperan obtener una lectura más amplia del panorama actual de los helechos con los que cuenta el país, ya que en muchos de los herbarios hay especímenes mal identificados y, además, aún existen baches en los registros de este grupo de plantas en ciertos territorios donde el conflicto armado históricamente ha impedido el acceso a científicos.
Hasta el momento, el grupo ha logrado realizar dos expediciones: la primera, por ejemplo, se desarrolló a lo largo de la Cordillera Occidental de los Andes, y estuvo enfocada en la Serranía de los Paraguas (Chocó y Valle del Cauca) en Planes de San Rafael y el Cerro Montezuma (Risaralda) dentro del Parque Nacional Tatamá y en el municipio de Peque (Antioquia).
Allí, Alejandra resalta que encontraron especies que no han sido descritas para la ciencia. Es decir, no es que las especies encontradas sean nuevas para la tierra, sino que no habían sido presentadas ante la sociedad científica. Eso le despierta especial emoción, pues significa que aún hay ‘mucha tela por cortar’ no solo en exploraciones botánicas sino en, por ejemplo, la elaboración de libros que ayuden a la identificación de los helechos del país o manuales de conservación que ayuden a apoyar las áreas protegidas.
Otros de los destinos a los que planean ir en los próximos años son el Nevado del Cocuy, el Parque Nacional Tamá y la Serranía de los Yariguies.
Todos los resultados de sus expediciones, además de transformarse en artículos académicos, también arrojarán datos que serán colgados en recursos taxonómicos online que llevarán los registros de especímenes de herbarios identificados previamente. Adicionalmente, su trabajo de recolección de ejemplares enriquecerá las colecciones biológicas de helechos tanto en Colombia como en Estados Unidos.
Para Alejandra Vasco, las colecciones de historia natural son los mayores testigos de todo lo que conocemos. Actualmente es posible verificar que una especie de planta o animal estuvo en cierto territorio gracias a que alguien, en una expedición años atrás, tomó un registro exitoso del ejemplar testigo.
“No se trata solo de prensar la muestra en los periódicos y preservar el material para analizar el material genético después; también nos gusta registrar fotográficamente la planta en su entorno natural”, comenta Vasco.
A través del estudio de las colecciones y de análisis genéticos del material que recolectan, los expertos pueden entender la evolución de los helechos en los distintos territorios y la influencia que ha tenido en su evolución las diferentes condiciones climáticas. También pueden comprender procesos de poliploidía, es decir, por qué esta planta puede doblar su material genético sin poner en riesgo su supervivencia, como si ocurre con los seres humanos.
Aunque el país cuenta con 1.450 especies de helechos y contando, algunos de ellos se destacan por presentar rasgos particulares como la iridiscencia. Esta característica no es un color propio de la hoja, que siempre es verde, sino un efecto de color que aparece en la planta por la forma en como las células están ubicadas para la captación de la luz para realizar la fotosíntesis. Otros, además, pueden sobrevivir en temporadas de sequía con menos del 90% de agua en sus células.
Alejandra, quien actualmente trabaja como botánica en el Instituto de Investigación Botánica de Texas, espera que estas expediciones ayuden a que más personas se interesen por la inmensa cantidad de helechos nativos y, también, a darle más protagonismo a este grupo de plantas cuya diversidad reafirma que Colombia es un país megadiverso.