Con maquetas, este artista quiere que las personas ciegas conozcan las formas de los grandes monumentos de Barranquilla

En Barranquilla, un artista plástico quiere que la oferta cultural de la ciudad sea accesible para personas con discapacidad visual y auditiva, al tiempo que sensibiliza acerca de la falta de material disponible para esa población.  

Con representaciones en maquetas a escala, Espaciarte busca acercar algunos de los elementos representativos de la ciudad a la población con discapacidad visual. / FOTO: Expaciarte

John Fredy Atencia comenzó a trabajar con población con discapacidad visual y auditiva cuando estudiaba psicología en la Universidad del Atlántico: allí fue docente en el centro de rehabilitación Creciendo Juntos, en Barranquilla, por tres años.  

Y aunque se retiró de la carrera, esa experiencia le sirvió para conocer las necesidades de dicha población, las mecanismos más efectivos para comunicarse con ella, los mejores canales de aprendizaje y las problemáticas en términos de educación.  

Más tarde, mientras estudiaba artes plásticas en la misma institución, retomó el trabajo con esa población a través de un semillero de investigación. Desde allí, y junto con Mariela Filo, una de sus compañeras, comenzó a investigar la relación entre la discapacidad visual y auditiva, y el arte y la oferta cultural en general.  

A partir de allí, identificó que en Barranquilla, al igual que en el Caribe, existe una falta de oferta cultural amigable para personas que no ven o no oyen, y eso, a su vez, lo llevó a preguntarse cómo podían estas personas tener una identidad cultural sin contar con el acceso a los elementos a partir de los cuales esta se edifica.  

Con eso en mente decidió crear Expaciarte, un proyecto “con el objetivo de buscar alternativas para suplir la falta de material accesible para la construcción de una identidad cultural de la población con discapacidad”, comenta John.  

Espacios artísticos y culturales 

La organización ofrece tres tipos de actividades principales, que realiza de manera itinerante en colegios, universidades y barrios de Barranquilla y otras ciudades del caribe.   

Por un lado, tienen su ‘taller de hojas secas’ en el que participan personas con, y sin discapacidad, en el que se recolectan hojas de árboles del entorno para construir un collage.  

Por otra parte, Expaciarte construyó una maqueta de La Ventana del Mundo, uno de los lugares más representativos de Barranquilla, con el propósito de acercar la arquitectura de la ciudad a las personas con discapacidad visual. Asimismo, están proceso de construir otras para representar el Malecón, la Aleta de Tiburón y la Plaza de la Paz

“A través del tacto exploran la arquitectura, porque muchos chicos nos decían que todo el mundo hablaba de eso de la Ventana del Mundo y que ellos no sabían qué era, ni que era tan grande». 

En tercer lugar, buscan acercar a la población con discapacidad visual el elemento más representativo de la cultura barranquillera: su carnaval.  

A través de estos muñecos de trapo, hechos con los materiales de los vestuarios de sus personajes tradicionales, la organización da a conocer el carnaval a las personas con discapacidad sensorial. / FOTO: Espaciarte.

Eso, también, a través del tacto y específicamente con muñecos de trapo hechos con materiales de los vestuarios de personajes del Carnaval como la marimonda, así como con representaciones pequeñas de instrumentos como la tambora o el acordeón, cuyos sonidos tienen guardados en una tableta en caso de que no los conozcan.  

Lugares para la inclusión 

Aunque Expaciarte le apunta fundamentalmente a generar espacios y elementos a través de los cuales las personas con discapacidad puedan fortalecer su acceso a la oferta cultural, y con eso forjar su identidad, también buscan que las personas sin discapacidad comiencen a ser conscientes de la falta de material accesible a esa población.  

Así, y cuando comenzó la pandemia, Expaciarte empezó a ofrecer espacios virtuales para personas sin discapacidad, pero que en su entorno conviven con una persona ciega o sorda.  

Allí se reúnen alrededor de 150 personas con las que realizan talleres de lenguaje de señas y braille, así como sensibilizaciones acerca de cómo llevar una mejor convivencia en casa.  

Asimismo, reciben información sobre alternativas que existen para que esta población adquiera habilidades prácticas para un desarrollo personal más autónomo, como, por ejemplo, aprender a usar un computador a través de programas específicamente diseñados para personas ciegas o sordas.  

Y es que a través de los talleres que han realizado, cuenta John, “nos hemos dado cuenta de que para ellos es más importante ser los artistas e interactuar en actividades con otras personas, con y sin discapacidad, que hablarles de esta u otra obra que ya existe. Entonces lo que queremos, al final, es crear comunidad alrededor de la construcción de la identidad cultural». 

De esa manera, Expaciarte busca construir una oferta artística que no solo sea accesible para las personas con discapacidad, sino que también las incluya dentro de su formulación

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