Con talleres de carranga, un colectivo de mujeres exalta la cultura boyacense

La asociación ‘Crecemos’ impulsa la riqueza cultural del departamento a través de su género musical más representativo, al tiempo que genera espacios seguros para las mujeres.

En Boyacá, carranga le decían al animal que muere sin ser sacrificado, así como a los desperdicios de las carnicerías. Carranguero era el insulto que usaban para referirse a alguien que vendía carne en mal estado o a quien se dedicaba a recoger los animales muertos y vender su carne.  

Hoy, sin embargo, la carranga es uno de los géneros musicales más representativos y aclamados del departamento de Boyacá.

Sus orígenes no son claros y antes de que el maestro Jorge Velosa la bautizara con su nombre actual, solo se conocía como música campesina, hecha por las personas en las montañas del departamento. 

Cuentan que es una de tantas expresiones culturales que surgieron en época colonial como una burla a las fiestas y los bailes que los españoles llevaban a cabo, y que incluían indígenas y campesinos para su servicio y ocio. 

Fueron Velosa y su agrupación ‘Los carrangueros de Ráquira’ quienes la convirtieron en un género y la llevaron a los escenarios, incluso a los internacionales, celebrando, exaltando y reivindicando la cultura y la tradición del campo boyacense. 

Talleres vivenciales de carranga en Villa de Leyva

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A través de sus talleres, las mujeres de la asociación buscan ampliar el foco turístico tradicional de Villa de Leyva y dar a conocer toda la oferta que hay presente en el municipio. / FOTO: Asociación Crecemos

Con esa misma intención, la asociación de turismo comunitario ‘Crecemos’ creó sus talleres vivenciales de carranga. 

Hacen parte de su ‘Recorrido Acuña‘ que, a través de talleres como este, pero también de trabajo de lana, rutas por museos y caminatas, busca rescatar toda la riqueza histórica y cultural que hay en el municipio de Villa de Leyva.

“La gente cree que Villa de Leyva es solo la plaza, que es lo que más se muestra en la televisión y los medios, pero tiene una riqueza grandísima”, cuenta Trinidad Gutiérrez, integrante de la asociación, que surgió hace 17 años. 

Hoy, ‘Crecemos’ reúne a diez mujeres de Villa de Leyva cuyo propósito es convertir a la provincia del Alto Ricaurte en uno de los mas frecuentados destinos turísticos del país. “Pero no con un turismo avallazador, que llega y acaba con todo, sino uno consciente, que valore la cultura y todas las bondades del territorio”.

Los talleres carrangueros de ‘Crecemos’ comienzan con un relato acerca del género musical: su historia, sus instrumentos, su lugar en la cultura boyacense y por qué es importante en el departamento. 

Además, se abordan aspectos históricos y geográficos del municipio y de Boyacá.  

Luego de esa introducción, se invita a los participantes a bailar carranga “sepa o no sepa”. La meta, cuenta Trinidad, es que las personas aprendan de la cultura boyacense experimentándola por sí mismos mientras pasan un rato agradable.

Más que una asociación 

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En los talleres de carranga, todo el público asistente tiene que bailar luego de escuchar la historia del género / FOTO: Asociación Crecemos

Cuenta Trinidad que antes de que se conformara la asociación, se dieron cuenta de que muchas de las mujeres que hoy la integran “nacidas y viviendo toda la vida aquí, ni siquiera conocían el municipio”.

Por eso, antes de comenzar a trabajar en la venta de sus productos turísticos, tenían que conocerlos ellas mismas. Por ese motivo, la primera fase del proyecto consistió en hacer los recorridos turísticos disponibles en el municipio, así como investigar acerca de él. 

“Recorrimos y estudiamos nuestro municipio, fuimos a cada uno de los lugares representativos e investigamos la importancia de cada uno de ellos”, explica Trinidad.

A raíz de eso, cuenta, se generó un proceso de ‘ombligamiento’, haciendo referencia a la práctica que realizan las comunidades afro del Pacífico en la que entierran el cordón umbilical de los recién nacidos simbolizando que esa persona es parte de eso territorio y viceversa. 

Con eso, se generó un arraigo territorial en las mujeres que integran la asociación, que ahora valoran mucho más su municipio y su historia. Además, la asociación y sus proyectos se convirtieron en espacios seguros para las mujeres. 

“Boyacá tiene un alto índice de violencia intrafamiliar que es muy cultural y por eso no se ve como violencia”, cuenta Trinidad.

Y agrega: “A raíz de la asociación, del involucramiento y empoderamiento, muchas de las mujeres que antes no salían de la casa, se han ido empoderando y dando cuenta de que también ellas necesitan una vida. Son encuentros y círculos de mujeres para sanar todas esas cosas que familiarmente se vienen cargando”.

Por eso, además del turismo, ‘Crecemos’ ha comenzado a realizar talleres de prevención de violencia de género para las mujeres de la comunidad. 



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