En la capital colombiana se encuentran más de 300 esculturas y monumentos al aire libre. Con la ayuda de la historiadora del arte Violeta Parra De Moya trazamos un recorrido por siete de las más emblemáticas.
Bogotá es una ciudad de esculturas. Hay cerca de 350 monumentos conmemorativos y obras de arte, que se ubican en el espacio público. Entre estos, se incluyen desde las primeras estatuas instaladas en la ciudad, como de Simón Bolívar por Pietro Tenerani en la Plaza de Bolívar, hasta los ejemplos de artistas como Édgar Negret, Feliza Bursztyn y Eduardo Ramírez Villamizar, entre otros.
Horizontes, por Édgar Negret
Esta obra del escultor payanés Édgar Negret, bautizada como ‘Horizontes’, data de 1994. La producción de este artista está basada en combinar temas de la naturaleza con mitos precolombinos. Se trata de una escultura realizada en láminas de hierro, cortadas, ensambladas con tornillos y tuercas, junto con un acabado en pintura mate de colores negro, rojo, azul y magenta.
Se encuentra a la altura de la Avenida El Dorado con carrera 108, junto al cruce del ferrocarril. Esta obra fue restaurada, luego de haber sido instalada hace 24 años como parte del Museo Vial de la Avenida El Dorado.
Homenaje a Ghandi, por Feliza Bursztyn
En uno de los puntos más transitados de la ciudad, en el costado oriental de la carrera séptima, justo en la oreja del puente de la calle 100, está la escultura ‘Homenaje a Gandhi’, instalada en el año 1971. De cuatro toneladas de hierro y chatarra con 13 metros de altura, esta obra está inspirada en el líder de India, que logró la independencia de su país con un movimiento de desobediencia civil no violento.
Su autora, Feliza Bursztyn, una de las figuras más destacadas del arte colombiano en los años 60 y 70, trabajó con chatarra, motores eléctricos y acero, entre otros materiales poco convencionales. «Su obra fue muy disruptiva, controversial, dio mucho de qué hablar. Algunos decían que militaba políticamente, entonces sí había tensión alrededor de su figura, pero no era algo muy directo», explica Violeta.
Anillo de Inducción Cromática, por Carlos Cruz-Diez
Concebida especialmente para los espacios públicos de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, ubicada en el centro de Bogotá, esta obra consta de 408.000 colores.
Su creador es el venezolano Carlos Cruz-Diez, que ha dedicado su vida a investigar el color y la geometría, y se encuentra en la plazoleta principal de acceso y punto de encuentro de estudiantes de la institución educativa.
Este lugar también cuenta con una galería adicional en la que los visitantes pueden conocer algunas de las obras del artista, que están expuestas alrededor del mundo.
Rita 5:30, por Enrique Grau
En las inmediaciones del Parque Nacional, donde se cruza la carrera séptima con avenida 39, se encuentra la escultura Rita 5:30. Enrique Grau, su creador, moldeó en cinco metros de altura una silueta femenina con un cuerpo forjado en acero. Con aspecto minimalista, esta escultura está conformada por dos placas que se cruzan y dan una sensación tridimensional.
Para la historiadora Violeta Parra De Moya, «esta es una obra que invita al transeúnte a parar y preguntarse por la obra. Es uno de estos pequeños gestos que tiene la ciudad de invitar al público en general a interesarse por este tipo de piezas y por el arte en general».
En 2018, la Pontificia Universidad Javeriana hizo parte del programa del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural denominado ‘Adopta un Monumento’, con el que buscan crear alianzas con entidades para rescatar obras como esta.
La Rebecca
La Rebeca es una escultura que marcó la historia de Bogotá, ya que fue el primer desnudo femenino representado en una escultura que se expuso el espacio público de la cuidad. En principio, se ubicó en el antiguo Parque Centenario, pero actualmente el monumento se encuentra en el barrio San Diego, en la calle 25, entre la carrera 12 y 13.
Existen varias historias de cómo llegó La Rebecca a Bogotá. Algunas cuentan que Laureano Gómez trajo la estatua desde París, Francia. También hay quienes aseguran que fue obra de Roberto Henao Buriticá; pero la versión más popularizada dice que esta obra fue hecha por la Marmolería Italiana de Bogotá en 1926.
La obra está constituida por dos piezas: la estatua de la mujer y la fuente de Neptuno.
La Gran Mariposa, por Édgar Negret
La Gran Mariposa, del maestro Édgar Negret, fue construida el año 2000. Es una escultura abstracta, hecha a partir de láminas de acero ensamblado, soldado y pintado. Este artista colombiano, según Violeta, «se tomó como propio un nuevo lenguaje que buscaba mostrar en el arte».
La escultura, que es una de las más representativas de Negret, está ubicada en el centro de Bogotá, más exactamente en la plaza del barrio San Victorino, y fue entregada a la ciudad en el año 2000 como parte del programa de renovación urbana adelantado por la administración de entonces.
En la última etapa del artista, «elaboró piezas de formas simétricas y la mariposa había sido permanente fuente de inspiración por la alusión a un animal sagrado para algunas culturas prehispánicas», explica la Alcaldía de Bogotá en su página web.
Eclipse, por Ángela Gurría
La obra Eclipse es una obra de la artista mexicana Ángela Gurría, considerada una de las escultoras más representativas no solo de su país, sino de Latinoamérica. Está obra de arte fue donada por la artista a la capital en 1992 para la inauguración del Museo Vial de la avenida El Dorado. La obra representa, entre otros, la irrupción de lo urbano en los ambientes naturales.
Por otro lado, hace parte del programa de restauración de esculturas que están ubicadas en el espacio público de Bogotá y serán entregadas antes de finalizar el año.