Es recordado por haber sido, durante algunas décadas, el epicentro de la producción de tabaco. Décadas después, los principales escenarios de aquella época se mantienen en pie como parte de la oferta de turismo del lugar.
El periodista Germán Santamaría, en su crónica Ambalema: la grandeza que el tiempo se llevó, narra que “mientras en Santa Fe de Bogotá se pulían leyes, poemas y oraciones, en Ambalema se fabricaban fortunas incalculables, se creaban haciendas sin límites, no se podía andar por las calles atosigadas de gente comprándolo todo, se hablaba inglés y francés, se hacían planes para viajar a Londres».
Entre el siglo XVIII y el XX, el nombre de Ambalema (Tolima) se situó en el centro de la economía nacional gracias a la producción de tabaco, un artículo que, además de acompañar a las tropas durante la época independentista, llegó a ser exportado hacia tierras lejanas como Inglaterra y Francia, y consumido por la aristocracia de aquellos países.
Se dice que una vez fueron autorizadas las exportaciones, en 1835, los envíos internacionales de hoja de tabaco en el país pasaron de 18.000 a 200.000 pesos anuales aproximadamente. Tal cifra necesitó de la creación de un banco propio que llevara control de toda esa bonanza económica que, incluso, logró atraer capital extranjero.
Sin embargo, con el tiempo varios factores influyeron para que este progreso se marchitara poco a poco: las afectaciones en el comercio por la Primera Guerra Mundial, las nuevas cosechas de tabaco emergentes en otros lugares del mundo, la aparición de la caña de azúcar como el nuevo producto estrella y el incendio provocado por la locomotora Cucaracha que arrasó con la mitad del pueblo en 1926, así como otro en 1993 que dejó en cenizas el Palacio de Ambalema (donde funcionaban la Registraduría, la Alcaldía, los juzgados y la Tesorería, entre otros ) fueron algunos de ellos.
Y aunque hoy Ambalema no aporta a la economía nacional en las mismas proporciones que en esa época, aún conserva las estructuras que protagonizaron tal progreso. El edificio donde funcionó el primer banco del país todavía está en pie. La fábrica donde se producía el tabaco y el ferrocarril que lo transportaba a otras regiones de Colombia, también.
Por ese motivo, en Colombia Visible les traemos estos cinco destinos que ‘La ciudad de las 1.000 columnas’ (como es conocida Ambalema) tiene para ofrecer a sus visitantes.
Estación del Ferrocarril
Esta primera parada en Ambalema es ideal para quienes deseen conocer cómo lucía la infraestructura a través de la cual se introdujo la industrialización a estas zonas rurales del país.
Los visitantes tienen la posibilidad de caminar por encima de los rieles por los que alguna vez Ambalema logró conectarse con Caldas a través de la red ferroviaria La Dorada
La Casa Inglesa
En este lugar vivían los dueños de la Fábrica La Patria. Fue construido por la poderosa compañía inglesa Fruhling & Goschen luego de absorber el patrono de Montoya, Sáenz & Cía, grupo antioqueño que en 1809 llegó al municipio a montar su monopolio de tabaco.
Aunque actualmente los ciudadanos reclaman una nueva restauración, los visitantes aún pueden llegar y apreciar su fachada, cuyo diseño e historia contribuyó a que en 1980 Ambalema fuese declarada Monumento Histórico Nacional.
La Casa Inglesa, con sus dos dos pisos con techos y barandas de madera que resaltan su estilo colonial y una extensión de 17.000 metros cuadrados, transmite toda la imponencia que hace cientos de años provocaba en el pueblo.
Malecón turístico
Este malecón ofrece a los turistas una vista hacia el río Magdalena y las montañas que están atravesando el municipio. Fue en dicha orilla donde arribaron las primeras embarcaciones por las que se transportaba mercancía desde Tolima hasta el Caribe y viceversa, marcando una de las rutas cruciales para el desarrollo de la economía marítima del país.
Se dice que al puerto de Ambalema llegaron barcos de europeos interesados en conocer uno de los lugares más famosos en la producción de tabaco del mundo.
Quienes visiten al puerto podrán disfrutar de paseos en lancha para transportarse a otros municipios cercanos o para hacer una ruta bajando por el río. A los alrededores del lugar también se encuentran varios restaurantes que ofrecen una gran variedad de pescados de la zona, ideales para el almuerzo a mitad del recorrido.
Factoría La Patria
Ambalema hace parte del triángulo dorado del Tolima junto con Honda y Mariquita, y otra de las edificaciones que más recuerda a la época tabacalera es la Fábrica La Patria, en ella se guardan herramientas (como la prensa) que llegaron a utilizar más de 500 empleados para la fabricación del tabaco. Era allí donde se realizaba el control de calidad del producto y se dividían para ser comercializados según su composición entre los de primera y segunda clase.
Está ubicada en la Calle 7a No. 2-25 del Barrio Campoalegre. Esta casa, que inicialmente estuvo conformada por 52 habitaciones, fue consumida por un incendio en 1928 (luego del incendio provocado por la locomotora La Cucaracha), pero tiempo después fue restaurada y ahora funciona como sede de un colegio.
Existe una leyenda dentro de la tradición oral en la que se dice que debajo de la fábrica hay unos túneles que conectan con la Casa Inglesa y que se construyeron junto a la fábrica en 1846.
Los visitantes sí tienen la posibilidad de entrar al lugar, con el acompañamiento de un guía turístico.
La Casona
También construida en bahareque, alrededor de 1845, se dice que en este lugar funcionó el primer banco del país, además de uno de los primeros telégrafos de Colombia.
Su fachada posee un estilo muy común con gran parte de las demás edificaciones del centro de la ciudad: pintura mitad blanca, mitad verde, techo de paja y varias columnas en la terraza.
En sus alrededores también se pueden encontrar otros atractivos turísticos del municipio como las iglesias, el parque central y los edificios administrativos.