La mujer que sorprendió a Barú con un libro que rescata la cultura popular y su historia personal

Ante las miradas de incredulidad, Rocío Rodríguez comenzó a escribir ‘La perseverancia de Rocío’ porque quería contar su historia como víctima de violencia intrafamiliar. Con el tiempo, también se interesó en rescatar la cultura popular de Barú para hacerle frente al olvido. Hoy, busca lectores interesados en conocer su vida y la del territorio.

La escritora francesa Marguerite Duras decía que no se puede escribir sin la fuerza del cuerpo, pues es esta la que, al final, da forma al concepto de ‘perseverancia’. Para escribir un libro, además de ser constante, se necesita resistir; imponerse a las tormentas internas y también al caos de la vida cotidiana. 

Rocío Rodríguez lo sabe muy bien: “Derramé muchas lágrimas. En la isla nunca me dieron la oportunidad de mostrar el trabajo que estaba haciendo”, dice. 

Su trabajo le tomó 25 años. Sola y en silencio, se sentaba en una esquina de su habitación, con lápiz y papel que pedía regalado -pues no tenía dinero para comprar un cuaderno-, a plasmar, en palabras, algunas de sus más dolorosas y profundas vivencias: “Fui víctima de violencia intrafamiliar y comencé a escribir mi testimonio para que la gente conociera mi caso”, recuerda.

Vive en Barú, a unos 45 minutos en lancha desde Cartagena. Tiene 55 años, cuatro hijos y un libro mitad autobiográfico mitad patrimonial, titulado ‘la perseverancia de Rocío’. Graduarse de quinto de primaria fue uno de sus mayores logros, sobre todo, en un territorio en el que las personas se ven obligadas a priorizar el trabajo por encima del estudio. 

Y aunque no es bachiller, logró escribir una obra de 130 páginas en las que, además de contar las necesidades que ha atravesado durante su vida, también explora el territorio que la vio crecer. Es un recorrido por las costumbres que han forjado, con los años, la identidad de los isleños y, por eso mismo, está alimentado con las voces de personajes locales. 

Barú, desde adentro

Rocío Rodríguez manifiesta sentirse orgullosa por ser, hasta donde conoce, la primera persona nativa en dedicarse a escribir un libro sobre la cultura popular y costumbres de Barú. /FOTO: Mathew Saunders

“A las camas le llamaban tijera y reina. Mi abuela me consiguió una. Compraba tela de lienzo y la pegaba con engrudo de almidón que ella hacía con yuca rallada. Le sacaba el líquido y la ponía a hervir haciendo una especie de goma (…) Para transportarse a otros lugares los nativos utilizaban bote de vela y chalupa de remo; duraban dos días o más para llegar a la ciudad de Cartagena” (Fragmentos del libro ‘La perseverancia de Rocío’)

Rocío Rodríguez

Con su trabajo, esta nativa de Barú desea ser vista como la persona que sirvió de interlocutora entre la memoria de los adultos mayores que presenciaron las transformaciones de la isla y todos los foráneos que, espera, se interesen por la historia que guarda este pedazo de tierra bañado por el mar Caribe. 

En el libro, Rocío rememora cómo fue que los nativos se las ingeniaron para armar las primeras casas o qué remedios naturales y rezos utilizaban para hacerle frente a las enfermedades. “Hice una investigación con los adultos mayores sobre las vivencias, costumbres y elementos culturales que fueron quedando en el olvido con el paso del tiempo”, comenta con orgullo esta mujer que, cada tarde, llegaba con sus hojas sueltas a las casas de los ancianos para preguntarles sobre la isla. 

En ese ejercicio aprendió que, cada comunidad, por más pequeña que sea, tiene su propia historia. Ella quería ser la persona que dejara un registro escrito sobre la historia popular de Barú.

“Yo quiero que cuando los turistas vengan a Barú se interesen por el libro para que aprendan un poquito de nuestro pasado. También quiero que muchas personas se edifiquen a través de mi testimonio, porque este libro fue una profecía que me dio Dios”.
Rocío Barú 4
Rocío Rodríguez
Autora de 'La perserverancia de Rocío'.

A veces, al ver apilados los casi 50 ejemplares que imprimió, se llena de alegría al saber que pudo escribirlos y publicarlos, pues reconoce su déficit en ortografía y gramática, sumándole el gran esfuerzo que le implicaba llevar los registros a mano. Resalta que, así como recibió indiferencia, también encontró personas que decidieron involucrarse en el proyecto luego de conocer su resiliente historia de vida. “Me ayudaron a transcribir, editar y organizar la información a computador”, comenta.

Uno de ellos fue Mathew Saunders, un fotógrafo inglés que hace seis años llegó a Barú y montó un negocio justo en la casa de en frente. Ambos terminaron forjando una gran amistad y Mathew se ofreció realizar el registro fotográfico. Recorrieron Barú buscando elementos de interés que se relacionaran con lo que aparecía en las páginas, como las fachadas de las casas más antiguas, los platos típicos y la moda. En total capturaron 80 fotos.

“Lo más gratificante fue poder sacar adelante un proyecto de más de 20 años», cuenta el fotógrafo quien, además, espera que el libro se convierta en una puerta de entrada a la cultura buruense, incluso para las generaciones futuras.

La literatura como una herramienta de denuncia

Rocío Rodríguez espera poder hacer el lanzamiento de su libro en una ciudad. Se encuentra en la búsqueda de los recursos para hacerlo. /FOTO: Mathew Saunders.

“En el pueblo veía en muchas mujeres el sufrimiento de sus vidas, muchas callaban, por miedo y el hábito de aguantar”, se lee en el apartado final del prólogo. Sus relatos dan cuenta también de la fuerza que tuvo que encontrar para darle a conocer su dolor al pueblo. 

Espera que, así como las palabras le sirvieron como canalizadoras de emociones, también puedan llegar a serlo para que otras mujeres se animen a escribir sus propias historias. 

Para la gente de la isla no era normal que una nativa sin educación dijera que quería ser escritora. Sé que mi experiencia enriquecerá a muchos. He comprobado que solo quien persevera, alcanza», comenta. 

Pese a los años, ese estigma aún sigue vivo. Cuando realizó el lanzamiento en noviembre, por ejemplo, la asistencia fue escasa; solo logró vender dos ejemplares. “Fui rechazada muchas veces por mi aspecto, por como vestía. Para muchas personas fui ‘la loca del libro’, pero aún con todos esos rechazos, no me di por vencida”, agrega. 

Pese a que desconoce quién es Virginia Woolf, hace casi cien años la autora inglesa publicaba ‘Una habitación propia’, el ensayo en el que abordaba, precisamente, la perpetua amonestación que reciben las mujeres interesadas en el arte de escribir: «Pero para la mujer (…) el mundo le decía con una risotada: ‘¿Escribir? ¿Para qué quieres tú escribir?».

Hoy, Rocío quiere sumarse a todas esas escritoras que, sin importar los desaires, confiaron en el valor de sus historias y encontraron en la literatura un espacio seguro para despertar nuevas sensibilidades a partir de sus historias de vida y, también, para denunciar sus opresiones.

Para comprar el libro de Rocío, o conocer más de su historia, puede comunicarse al teléfono (+57) 318 2846 499 o a través del correo electrónico perseveranciaderocio@gmail.com.