Desde el Programa de Bienestar Animal, la Alcaldía de Tunja, asociada con la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, rescatan animales callejeros. Han atendido a 500 y alrededor de 200 han sido adoptados.
Durante varios meses de 2021, Laura Valentina Vela buscaba una mascota. Había tomado la decisión de adoptar, pero no había tenido éxito. A comienzos de diciembre del año pasado, vio una publicidad: el 3 de ese mes se realizaría una jornada de adopción de animales, organizada por la Alcaldía de Tunja en asocio con la Fundación Universitaria Juan de Castellanos.
Laura quería un perro. “Voy a ver si puedo adoptar y si no, está bien”, se dijo. Cuando llegó al parque El Bosque, la mayoría de los animales eran gatos. Sin embargo, estando allí empezó a hablar con una funcionaria, quien le contó la historia de Morgana.
Meses antes, un concejal de la ciudad encontró a Morgana en un parqueadero. No se sabe si había sido abandonada, si la maltrataban o si había sido atropellada; pero uno de sus ojos estaba afectado por una infección y, si no era retirado, podría afectar otros órganos hasta poner en riesgo su vida.
Morgana (un nombre inspirado en el pirata Morgan) fue atendida por los profesionales de la alianza entre la Alcaldía y la Fundación Universitaria y, después de operarla, fue puesta en adopción. Ese 3 de diciembre el camino de Morgana y de Laura se cruzó.
“La vi y dije ‘me la llevo’, sin pensarlo mucho. Llamé a mis papás, les mandé fotos y me la traje. La adopté hace casi dos meses”, cuenta Laura.
Y añade que fue la decisión acertada: “Estoy feliz, porque es una perrita que de verdad transmite muchísimo amor. Al principio fue complicado, era muy miedosa: temblaba y lloraba mucho. Todavía se esconde si llega algún desconocido; pero es muy juguetona, traviesa, ¡es hermosa!”.
Así funciona el programa de Bienestar Animal
Como el de Morgana, en Tunja hay varios cientos de casos similares. Desde 2015, se creó el Programa de Bienestar Animal que busca atender a la población de gatos y perros en la calle o en situación de vulnerabilidad por distintos motivos.
En 2020 la Alcaldía, la Fundación Universitaria Juan de Castellanos y la Clínica Veterinaria Francisco de Asís, que pertenece a la institución, firmaron un convenio para ampliar el impacto del Programa de Bienestar Animal.
Al frente de este se encuentra la veterinaria Adriana Guerrero. Ella cuenta que el convenio se realizó para brindar una atención más completa a los animales que estuvieran en riesgo.
Gracias a esto, pueden realizar recorridos por la ciudad y atender a animales que han sido víctimas de maltrato, atropellamientos o abandono, que estén enfermos o que necesiten ser esterilizados para controlar la población.
Puede leer: Así se preparó Tunja para el regreso a la presencialidad en sus colegios
También realizan jornadas de adopción como en la que Morgana encontró un hogar. En 2021 se realizaron cuatro y esperan retomarlas, en 2022, a partir de febrero.
Si hay casos de maltrato, se verifica la situación para tomar decisiones respecto a lo que se debe hacer. Además, si es con intención, se interviene con acompañamiento de la Policía para rescatar al animal. “Pero si es por omisión o por falta de conocimiento de los propietarios, se realizan visitas, se hace un plan de mejoramiento y se da un plazo para que se mejoren las condiciones”, explica. En el caso de que no se cumplan esas condiciones en el periodo establecido, se recupera al animal.
“En estos dos años hemos atendido a alrededor de unos 500 animales en diferentes condiciones y hemos entregado en adopción a unos 200. Se han realizado diferentes campañas, además de las jornadas de adopción, y hemos esterilizado a unos 9.000 animales”, resume Adriana.
Para qué rescatar animales
La principal intención del programa es que los animales rescatados sean adoptados y consigan un hogar permanente, cuenta Guerrero. Por supuesto, no se trata de entregar los animales sin verificar las condiciones a las que llegará, sino que el programa promueve una adopción responsable.
Si una persona quiere adoptar, recibe una charla en la que resaltan las obligaciones de los propietarios en asuntos como tiempo, dinero, espacio y responsabilidades diarias. Además, entre los requisitos para hacerlo están que el adoptante sea mayor de edad y que entregue una copia de la factura de los servicios públicos. Luego de que se adopta el animal, “hacemos seguimiento con llamadas o con visitas al azar”, explica Adriana.
Sobre cuál es el objetivo del programa, la veterinaria asegura que “es necesaria una articulación entre los entes del Estado y la comunidad para garantizar los derechos de los animales y su bienestar. Si no trabajamos de la mano, no terminarán la sobrepoblación, el abandono, la condición de calle y la vulnerabilidad”.
Una opinión que resume Laura, quien, al hablar de la importancia de esfuerzos como el del Programa de Bienestar Animal, concluye: “Las personas pueden ver que hay perritos y gaticos que necesitan amor, y han estado en las mismas condiciones de Morgana. Las personas piensan que porque tienen dificultades o les falta un ojo o una patica no son buenos, pero son animales con muchísimo amor”.
Le puede interesar: Con puestos de salud renovados y telemedicina se impacta a las veredas de Tunja