A 111 años de su natalicio, recordamos estos ocho lugares del Caribe que el músico, compositor y arreglista carmero Lucho Bermúdez, autor de mil composiciones, inmortalizó a través del embrujo de su clarinete, el instrumento que le hizo compañía durante sus 82 años de vida.
El maestro Lucho Bermúdez, a quien hoy se le atribuye la internacionalización de la cumbia y el porro colombiano, descubrió su talento musical de la manera más trivial: doblando como flauta las hojitas de naranja, limón y laurel que tanto abundaban en la vegetación de su tierra, el Carmen de Bolívar, cuando apenas era un niño.
Aunque en ese entonces su familia ya reconocía que ‘Lucho’ estaba marcando por un talento musical, nadie se imaginaba que su creatividad sonora lo llevaría a convertirse en ‘el rey del clarinete’ ni, tampoco, que a la corta edad de diez años ya sabría tocar trompeta, barítono, flautín, gaita, flauta de millo, trombón y saxofón alto. Pese a sus habilidades como multiinstrumentista, fueron las notas del clarinete las que mejor encajaron en el pentagrama de su espíritu musical, ese que le regaló al país temas como ‘Colombia tierra querida’, ‘Salsipuedes’ y ‘Prende la vela’.
‘Lucho’ dio su primer ‘grito de cumbia’ un 25 de enero de 1912 en tierras montemarianas, donde recibió sus primeras influencias artísticas a través de sus tíos, quienes le contagiaron el amor por los ritmos tradicionales de la región. Y aunque el lamento de las gaitas indígenas de El Carmen y los tambores africanos del porro tapao de Córdoba siempre estuvieron presentes en sus composiciones, la vida le deparaba estancias en una gran cantidad de destinos colombianos e internacionales, pasando por Santa Marta y haciendo escala en Bogotá hasta llegar a La Habana, Cuba, donde forjó amistad con otros grandes como Celia Cruz.
Precisamente, él fue quien, como director de la Orquesta del Caribe, logró que en el interior del país sonara la música popular de la región norte de Colombia, durante la inauguración del Club Nocturno Metropolitan en 1943, frente al mismísimo Jorge Eliécer Gaitán. El éxito de la presentación fue tal que Manuel Zapata Olivella, quien en ese entonces trabajaba como reportero para la revista Cromos, tituló el encuentro “El porro conquista Bogotá”. Fue todo un acontecimiento que una sociedad de individuos forrados hasta el cuello, con varias capas de tela negra encima, bailase agitando los hombros al ritmo de una flauta de millos y tambores africanos.
En Bogotá, tiempo después, Lucho también conocería la inconfundible voz de su vocalista predilecta, Matilde Díaz, con quien se casaría más adelante. Además, volvería a encontrarse con el ya adulto Gabriel García Márquez, quien de niño, agarrando la mano de su abuelo el coronel Nicolas Márquez Mejía, iba a principios de los años 20 a la plaza de Aracataca a escuchar al joven prodigio Luis Eduardo Bermúdez Acosta tocar el clarinete.
Aracataca fue uno de los tantos destinos donde estuvo Lucho Bermúdez, quien es considerado la personificación de la memoria musical del Caribe. El periodista cartagenero Gustavo Tatis Guerra en su libro ‘Lucho Bermúdez, el genio prende la vela’, dice: “Lucho Bermúdez no pensaba en música regional, sino en un arte que pudiera abarcar y traspasar el país. Lo suyo no era componer para un punto cardinal de Colombia, sino para todos los cuatro puntos cardinales, más allá de las tres cordilleras y los dos océanos, el interior, el llano o la selva. Una melodía que rebasara la noción de fronteras y sonara sin límites en los horizontes impredecibles del mudo. Fue así como surgió ‘Colombia tierra querida’, himno, poema y antídoto contra todas las nostalgias y los desarraigos de los colombianos errantes por el planeta”.
Durante sus años como colombiano errante, Lucho logró llevar la música regional a países como Cuba, México y Argentina a través de su trabajo como arreglista y compositor. Y aunque también le prestó su oído a la música clásica, el jazz fusion, las bandas militares y los danzones cubanos, nunca se desprendió de los sonidos ancestrales que escuchó durante sus primeros años en el Caribe.
Es por eso que desde la redacción de Colombia Visible le rendimos un homenaje con esta selección musical de ocho lugares caribeños que inmortalizó a través de sus melodías:
1. Caracolí (Bolívar y Atlántico)
‘Caracolí’ es un porro lanzado en 1982 e interpretado por Matilde Díaz. Existen dos lugares caribeños con este nombre: el caserío ubicado en el Carmen de Bolívar y el corregimiento perteneciente al municipio de Malambo, en el departamento del Atlántico.
2. Carmen de Bolívar (Bolívar)
El Carmen de Bolívar fue la tierra donde Lucho recibió sus primeras influencias musicales. Allí también se casó con su primera esposa, Leda Montes. Este porro es una de sus composiciones más famosas. La escribió en 1944 y se la dio a interpretar, también, a Matilde Díaz. Actualmente, la calle 23 del Carmen se conoce como Avenida Lucho Bermúdez.
3. Cartagenerita (Bolívar)
Lucho llega a Cartagena a los 19 años para trabajar como solista y arreglista la Banda Departamental y, luego, en la Banda de la Base Naval. A Cartagena le compuso más de 25 temas, dentro de los que se destacan ‘Mi Cartagena, ‘Ciudad Porteña’ y ‘Cartagena Taurina’.
4. Las mujeres de San Diego (Cesar)
Logró grabarla con su propia orquesta cuando tenía 27 años. Para ese entonces, ya eran contratados para tocar en importantes clubes y salones de baile de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, ciudad donde escribió este tema y otros de sus dos clásicos: ‘Prende la vela’ y ‘Marbella’.
5. Mi Sahagún (Córdoba)
Este porro es uno de los arreglos instrumentales donde mejor se puede apreciar el protagonismo del clarinete de Lucho Bermúdez. El porro instrumental original es de Eliseo García, pero Lucho Bermúdez y Su Orquesta lo incluyeron en el álbum ‘Cartagenerita’.
6. San Andrés
La letra de esta canción demuestra la destreza literaria de Lucho a la hora de escribir sus canciones, pues es todo un poema en el que se exalta la belleza natural de la isla San Andrés: «Paletas de mil colores en la isla San Andrés / Refugio de los amores donde Dios hizo un edén», se escucha cantar a Matilde Díaz.
7. Taganga (Magdalena)
A los 12 años, Lucho es llevado a Santa Marta, donde ingresa al colegio Celedón. Allí también hizo parte de varias bandas de música. En 1948, la Orquesta del Caribe graba con el sello Sílver los Long Plays los temas ‘Taganga’, ‘Tolú’, ‘Tambores de Chambacú’ y ‘Espíritu Colombiano’.
8. Tolú (Golfo de Morrosquillo)
Ubicada en el Golfo de Morrosquillo, entre los departamentos de Sucre y Córdoba, a esta población también se le conoce como Santiago de Tolú, y es famosa por sus tranquilas playas. Este porro instrumental es otro de los grandes éxitos bailables de Lucho Bermúdez. La grabó con el sello Sílver los Long Plays en 1948.