Esta comunidad antioqueña creó una escuela sostenible para aprender sobre conservación ambiental

La institución El Rincón, creada con un 40% de materiales reciclados y guadua, cuenta con sus propios sistemas de energías renovables. Allí, la comunidad de San Jerónimo (Antioquia) recibe capacitaciones sobre técnicas para contribuir a la mitigación del cambio climático desde su cotidianidad.

La Escuela El Rincón está ubicada en el municipio de San Jerónimo, Antioquia, y fue construida en 2021 utilizando 500 neumáticos, 2.000 botellas de vidrio y 2.000 latas de aluminio recolectadas por la misma comunidad. 

El lugar cuenta con su propia huerta comunitaria y sistemas de captación de lluvias y tratamiento de aguas grises y negras. Funciona totalmente con energía solar e, incluso, produce un excedente de energía que alimenta la red pública veredal. Tras más de un año de trabajo, además de ser un ejemplo de arquitectura ecológica, se ha convertido en un punto de encuentro donde niños y adultos asisten a talleres para aprender técnicas para cuidar el ambiente en su vida cotidiana.

Antes de construirse esta escuela que es considerada la primera escuela pública sustentable del país, la comunidad ya estaba relacionada con temas de educación ambiental gracias a los proyectos de Elda Patricia Álvarez, la docente de la Institución Educativa Rural Agrícola de San Jerónimo que lideró la creación de la propuesta de la escuela. 

En total fueron 30 propuestas que presentó Antioquia a Tagma, la asociación uruguaya que lidera la Red Internacional de Escuelas y Aulas Sustentables de Latinoamérica. Sin embargo, el proyecto ganador fue el de San Jerónimo tanto por su trayectoria en trabajos comunitarios centrados en pedagogía y sostenibilidad como por su estrecha conexión con la zona rural. 

Las otras escuelas que integran esta red están ubicadas en Uruguay, Argentina, Chile y Ecuador.

La Escuela El Rincón, en San Jerónimo (Antioquia) es un espacio que sirve como ejemplo de los sistemas de sostenibilidad que se pueden introducir en las propuestas arquitectónicas y, también, un lugar adaptado para pedagogía ambiental comunitaria. / FOTO: cortesía Adolia Betancur.

La construcción tardó 28 días. Para el techo se utilizaron hojas de palma y para las paredes bahareque y guadua. Este último material es tan resistente y económico que algunos arquitectos colombianos como Simón Rodríguez quieren resignificarlo; que se deje de entender como un ‘material pobre’ y se comience a apreciar más por los bajos impactos ambientales que provoca. Fue, sin duda, una elección estratégica para la regulación térmica de este lugar diseñado para recibir aire fresco y luz natural, que se traduce en menos consumo de energía. 

Adolia Betancur, secretaria de la oficina de turismo de San Jerónimo, menciona que la escuela, además de recibir a vecinos y niños, también cuenta con proyectos articulados con el Sena para que jóvenes de 10° y 11° reciban formación técnica sobre cómo hacer captación de agua lluvia, compostaje, lombricultivos, entre otras actividades: “Así aprenden cómo se construyó la escuela y pueden replicar las mismas técnicas que funcionan aquí en sus casas”, explica Adolia. 

De agosto a diciembre de 2022, la Escuela El Rincón recibió a 1.079 personas interesadas en conocer cómo funciona el lugar, que se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del municipio. 

La Escuela El Rincón cuenta con cuatro aulas de clase, huertas comunitarias, hoteles de insectos y colecciones de semillas autóctonas. / FOTO: cortesía Adolia Betancur.

Uno de los procesos más destacables de la edificación es el sistema de aguas. Poseen una serie de canaletas con filtros de purificación que limpian las aguas grises y residuales (que pueden llegar a almacenar hasta 2 mil litros) para posteriormente utilizarlas para regar las plantas y  devolver el agua limpia a una quebrada cercana tras un proceso biológico de tratamiento.

Según Adolia, que los habitantes de San Jerónimo, sobre todo los estudiantes, tengan la oportunidad de conocer de cerca estos procesos permite abrirles un nuevo panorama con respecto a los beneficios que puede traer la tecnología para el planeta cuando se utiliza estrategicamente: “Acá decimos que esta es una ‘escuela demostrativa’ porque, precisamente, lo que hace es evidenciar cómo funcionan los sistemas sustentables; mostrar que sí son posibles. La escuela pone al servicio de la comunidad el ejemplo práctico y las herramientas para aprender a replicarlo”, menciona.

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En San Jerónimo ya es normal que los fines de semana se vea a la comunidad reunida alrededor de la escuela sembrando en la huerta, secando aromáticas o aprendiendo a construir hoteles de insectos y casas para aves. La población ha interiorizado tan bien las diferencia entre residuos y basura que periódicamente se reúne a hacer compostaje para reutilizar los residuos aprovechables en sus propias parcelas. Eso, para Adolia, es un cambio claro de las dinámicas de relación con la naturaleza.

Esta escuela comunitaria autosuficiente, construida con un 40% de material reciclado, tiene como eje la sustentabilidad basada en el trabajo en equipo, la introducción de tecnologías verdes y la educación a partir del ejemplo. La Escuela El Rincón busca estimular a la ciudadanía a convertirse en sujetos activos y conscientes de la protección ambiental desde lo local.