Los habitantes del Valle de Aburrá podrán movilizarse con medios de transporte amigables con el medioambiente, e ideales para la topografía del territorio, con el programa de bicicletas eléctricas de EnCicla, que ya se encuentra en su fase piloto.
A finales de 2021 el Área Metropolitana del Valle de Aburrá inició un programa piloto con el fin de comprender si las bicicletas eléctricas podían llegar a hacer parte del sistema público EnCicla. Esta iniciativa, que comenzó a estar disponible solo para estudiantes de la institución universitaria ITM en el campus Fraternidad, del barrio Boston de Medellín, hoy muestra cifras exitosas.
Jhonatan Hernández, subdirector de Movilidad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, señala que “una de las principales dificultades que tenemos en el área metropolitana para poder expandir, no solo el sistema de bicicletas públicas EnCicla, sino para para posicionar la bicicleta como medio de transporte, es la topografía del territorio, particularmente las laderas”.
“Con la bicicleta eléctrica podemos eliminar las barreras que suponen las pendientes y utilizarla como medio de transporte, independientemente del lugar en el que se encuentren las personas del territorio”, asegura el experto.
Debido a ello, la entidad decidió adelantar un plan piloto en el ITM, una institución cuyo campus se caracteriza por estar en terreno inclinado.
Resultados prometedores
Los estudiantes del ITM que viven a una distancia corta de la Universidad fueron escogidos para hacer uso de las bicicletas eléctricas. A través de una aplicación digital, alquilan las bicicletas durante un día y de forma gratuita.
Se inscribieron más de 400 estudiantes y se prestaron 1.030 bicicletas. Y, aunque el Área Metropolitana del Valle de Aburrá aún está recopilando datos sobre el impacto de la iniciativa, Hernández señala que el transporte en bicicleta, además de ser una alternativa sostenible, mejora la calidad de vida de los usuarios.
“Nos hemos dado cuenta de que muchos estudiantes tardaban más de una hora en llegar de la institución a sus casas, o viceversa, cuando no utilizaban las bicicletas eléctricas. Eso significa que, además de reducir sus huellas de carbono en la mayoría de casos, el uso de bicicleta les devuelve aproximadamente dos horas de calidad de vida”, asegura.
Subiendo y bajando lomas
Simón Villa, estudiante del técnico en Análisis de Costos y Presupuestos y residente del barrio Manrique, cuenta cómo las bicicletas eléctricas mejoraron su forma de transportarse a la universidad: “Desde donde vivo no hay transporte público hasta el campus. Usualmente, tenía que bajar hasta el centro de Medellín y allí coger un bus. En total, gastaba 1 hora y 10 minutos, o incluso más si había mucho tráfico”.
Con las bicicletas eléctricas de EnCicla, “es mucho más fácil subir y bajar las lomas de mi barrio y del barrio Boston. Además, puedo tomar una ruta más directa hasta el ITM y me he ahorrado más de 100.000 pesos en transporte al mes”, cuenta el joven.
Dana Solís, estudiante de Contaduría Pública y quien vive en el barrio Santa Cruz, asegura algo parecido: “Yo llegaba caminando a la universidad, porque muchas veces no me alcanzaba para el transporte. Lo malo era que tardaba por ahí una hora en llegar, y llegaba con la ‘lengua afuera’ y con la piel quemada por el sol. Las bicicletas eléctricas me han parecido una maravilla, porque subo y bajo lomas con normalidad, y no quedo expuesta al sol tanto tiempo”.
Actualmente, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se encuentra adelantando la Encuesta Origen-Destino, que mide, entre otras cosas, el porcentaje de habitantes del Valle de Aburrá que utilizan la bicicleta para movilizarse. Aún no concluye el estudio, pero el subdirector Hernández señala que es probable que aproximadamente el 5% de los habitantes utilicen la bicicleta como medio principal de transporte.
“EnCicla le apuesta a que cada vez más habitantes se animen a utilizar la bicicleta para movilizarse. Con este primer panorama en el barrio Boston de Medellín, buscamos ampliar el programa para que llegue a otras instituciones en municipios como Sabaneta. Si todo resulta bien, quizás las bicicletas eléctricas comiencen a hacer parte del sistema público y todos los ciudadanos puedan acceder a ellas”, concluye Hernández.
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