Esta estación ecológica le apuesta a la conservación de las abejas meliponas en Córdoba

En el municipio de Tierralta, Córdoba, La Estación Ecológica las Guartinajas se ha convertido en un ejemplo de conservación de las abejas nativas de Sudamérica. En la actualidad, la entidad trabaja con 11 colmenas.​

En el corazón del Alto Sinú, entre las veredas de Nueva Platanera y Nuevo Ceibal, en el municipio de TierraltaCórdoba, se encuentra ubicada la Estación Ecológica Las Guartinajas, un espacio destinado a la investigación, conservación y estudio de la biodiversidad (fauna y flora) de esta región del país. 

Este centro, operado por la Fundación Omacha desde 2015 e inaugurado oficialmente entre el 17 y el 19 de noviembre de 2021 por la Central Hidroeléctrica Urrá, creadora de la iniciativa, abarca 25 hectáreas dentro de una reserva forestal cercana al Parque Nacional Natural Paramillo. Su creación responde a la necesidad de mitigar los impactos ambientales derivados del proyecto energético.

Uno de los principales objetivos de la estación es la protección de especies clave para el equilibrio ecológico, con un enfoque exclusivamente conservacionista y sin fines de lucro. Entre ellas, las abejas meliponas, insectos polinizadores fundamentales para la biodiversidad y la seguridad alimentaria de las demás especies locales. 

colmenas artificiales
Colmenas artificiales creadas por la Estación Ecológica Las Guartinajas para la conservación de las abejas meliponas. | Foto: Cortesía - Estación Ecológica Las Guartinajas

Las abejas meliponas, también conocidas como abejas sin aguijón, desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas. Su labor como polinizadoras no solo contribuye al equilibrio del bosque y la fauna silvestre, sino que también fortalece la producción de cultivos y la conservación de la biodiversidad.  

«Sin ellas, muchas plantas tendrían dificultades para reproducirse, lo que afectaría no solo la vegetación, sino también a los animales que dependen de estas plantas para su alimento y refugio», explica Leonid Guerra, director de la estación.

Es por esto que en la estación se encargan del proceso de instalación de colmenas artificiales que requieren de criterios específicos para garantizar un entorno óptimo. «Se busca un ecosistema que simule las condiciones naturales de las abejas, con vegetación adecuada, sombra, humedad y disponibilidad de alimento», explica Leonid, quien también es biólogo especialista en gerencia ambiental. Según el experto, para trasladarlas de un sitio a otro se deben seguir protocolos rigurosos, como evitar movimientos bruscos y garantizar una temperatura adecuada dentro de la colmena.

Abejas meliponas
Las abejas meliponas, nativas de América, son abejas sin aguijón esenciales para la biodiversidad y la polinización. | Foto: Cortesía - La Estación Ecológica Las Guartinajas

A pesar de su importancia, las abejas meliponas están amenazadas por la pérdida de hábitat. «La deforestación no solo significa la pérdida de árboles, sino también de los nidos naturales de estas abejas, poniendo en riesgo sus poblaciones», advierte el director. 

Además, el uso de pesticidas y herbicidas en cultivos cercanos puede contaminar su alimento y debilitar sus colonias. «Si queremos seguir disfrutando de los beneficios que nos brinda la naturaleza, debemos entender que cuidar a las abejas meliponas es cuidar el futuro de nuestros ecosistemas y nuestra propia calidad de vida», comenta.

El cambio climático también juega un papel crucial en la disminución de estas especies. Las variaciones en temperatura y en los patrones de lluvia afectan la disponibilidad de flores, lo que repercute en su alimentación y reproducción.

Abeja especie Angelita
La abeja Tetragonisca angustula Latreille, más conocida como abeja angelita es una especie de amplia distribución en Colombia. Su miel es apetecida por su uso medicinal. | Foto: Cortesía - Estación Ecológica Las Guartinajas

Según el Ministerio de Ambiente, en Colombia se han registrado alrededor de 120 especies de abejas meliponas, de las cuales al menos 35 son aprovechadas para la producción de miel

Una de las más representativas en esta actividad es la Tetragonisca angustula latreille, conocida popularmente como abeja angelita. «Es una especie de amplia distribución en Colombia y su miel es altamente apreciada por sus propiedades medicinales», indica la entidad. 

Actualmente, la Estación Ecológica Las Guartinajas cuenta con 11 panales artificiales y trabajan con dos especies: la angelita y la Scaptotrigona, conocida como carga barro, porque son especies resistentes a los cambios de las condiciones ambientales. 

Abejas y miel
La miel de las abejas meliponas es medicinal, rica en antioxidantes y antibacteriana, ideal para fortalecer el sistema inmunológico. | Foto: cortesía de La Estación Ecológica Las Guartinajas.

La miel de las abejas meliponas es reconocida por sus propiedades medicinales, ya que posee altos niveles de antioxidantes y compuestos antibacterianos que la hacen útil en el tratamiento de heridas, infecciones y enfermedades respiratorias. Además, su uso tradicional en comunidades indígenas ha sido clave en la medicina natural, destacándose por sus beneficios para la salud ocular, digestiva y dermatológica.

En varias regiones del país, se han desarrollado iniciativas de conservación y aprovechamiento sostenible de estas abejas a través de la meliponicultura. «Aunque hay iniciativas en marcha, todavía falta mucho trabajo en educación y divulgación para que más personas conozcan el valor de las abejas meliponas y se involucren en su conservación», señala Leonid.

Según el Instituto Humboldt «en 2020, se registraron 175 meliponarios activos en 23 departamentos del país, manejando un total de 4.823 colmenas de 44 especies diferentes de abejas nativas sin aguijón.»

No obstante, la misma entidad señala que queda mucho por hacer: «Aunque la meliponicultura se ha incrementado, la apicultura con abejas Apis mellifera (abejas africanas o europeas) sigue siendo más común en el país, con alrededor de 3.000 apicultores que manejan 120.000 colmenas y producen aproximadamente 3.300 toneladas de miel al año.»

Este panorama resalta la necesidad de fortalecer el conocimiento y la capacitación en meliponicultura para promover prácticas sostenibles y aprovechar el potencial de las abejas nativas en la conservación de la biodiversidad y la producción apícola en Colombia.

A pesar de los desafíos, iniciativas como las de la Estación Ecológica Las Guartinajas buscan elevar la importancia de proteger a las abejas nativas. «La conservación no solo es cuidar un área, sino también generar conciencia para reducir amenazas y proteger el territorio a largo plazo», concluye Leonid.

Aunque no se hace en la estación, Leonid reconoce que las abejas meliponas no solo tienen un valor ecológico, también lo tienen a nivel social y económico. «Impulsar el trabajo con estas abejas significa apoyar la conservación de la especie nativa y, al mismo tiempo, generar una oportunidad de ingreso para muchas familias».

Siga Leyendo