El 22 de febrero comenzó en Corferias la edición número 42 de la Vitrina Turística de Anato y contó, en esta ocasión, con la presencia de los 32 departamentos del país. Este año el turismo comunitario, de naturaleza y cultural se toman la feria.
Cada año, la Asociación Colombiana de Agencias de Viaje y Turismo, Anato, realiza su Vitrina Turística con el objetivo de conectar operadores turísticos en todo el país con empresas y agencias de turismo nacionales e internacionales. Se trata del evento del sector más importante del país y uno de los más relevantes en América Latina.
Este año, en su versión 42, que va desde el 22 hasta el 24 de febrero, hacen presencia presencia los 32 departamentos del país, 45 países invitados, así como cientos de operadores y empresas turísticas de todos los entes territoriales del país.
San Andrés, Providencia y Santa Catalina fue escogido este año como departamento invitado de honor. Y aunque las islas son un destino turístico ya consolidado, con un flujo de turistas de alrededor de 1.200.000 al año, con su participación en la feria, San Andrés busca dar a conocer una nueva oferta que va más allá del sol y playa y que tiene a la cultura, la naturaleza y las iniciativas comunitarias como protagonistas.
“Queremos que la gente descubra la isla de San Andrés de la playa hacia adentro, porque muchas veces las personas se quedan solo con la playa hacia afuera”, asegura Juan Enrique Archbold, secretario de turismo del departamento.
En ese sentido, asegura Everth Hawkins, gobernador de las islas, que vienen impulsando distintas actividades, planes, asociaciones y proyectos comunitarios que tienen a la cultura como principal atractivo turístico.
El Tour del Rondón, por ejemplo, busca dar a conocer toda la tradición que tiene uno de los platos más emblemáticos de la isla.
“Ya no es solo que las personas van y pagan por disfrutar el plato, sino que se hace un tour en el que vana la finca, desentierran la yuca, el ñame, el breadfruit – que es un tubérculo típico de San Andrés -; limpian el pescado y rayan el coco y viven la experiencia de cómo es hacer el plato y toda la cultura que hay en eso”, agrega Archbold.
También, según cuenta Hawkins, están promoviendo eventos como el Green Moon Festival, un festival tradicional de las islas dedicado a celebrar, exaltar y divulgar la cultura raizal, así como iniciativas como las Fair Tables, que son pequeños puestos de comida tradicional que ubican las mujeres en sus casas y que cuentan una rica historia cultural y de la relación de los nativos con su territorio a través de la gastronomía.
De la misma manera, las posadas nativas son una opción de alojamiento que están buscando fortalecer cada vez más desde la gobernación. Son, fundamentalmente, casas de personas raizales que, a través de una serie de adecuaciones, se han convertido en hospedajes y que tienen del objetivo de divulgar la cotidianidad, y así la cultura, de las personas nativas de la isla.
“Tienen la oportunidad de comer nuestra gastronomía, conocer nuestras historias, nuestra lengua que es el creole, incluso de acompañar a un servicio en la iglesia bautista, que cuenta con unos coros gospel muy lindos”, asegura Hawkins.
Pero San Andrés no es el único departamento que le está apostando a la cultura como motor del turismo.
Álvaro León, gobernador de Vichada, asegura, por ejemplo, que su departamento cuenta también con una gran riqueza en ese ámbito: “Algo muy importante en nuestro departamento es nuestra cultura indígena. Los hermanos indígenas tienen mucho que mostrar y que enseñar. Eso es un turismo espectacular: aprender de ellos cómo viven, cómo son sus comunidades y su idiosincrasia en general. Es maravilloso y muy importante también”.
Además, muchas regiones del país a las que antes era imposible acceder por la guerra, viven ahora un momento sin precedentes para la consolidación del turismo como motor económico gracias al fin del conflicto con la antigua guerrilla de las Farc.
Arnulfo Gasca, gobernador de Caquetá, asegura que: “Desde el 2016, que comenzó todo este proceo de paz, la industria de turismo ha crecido mucho en el departamento. Hoy tenemos acá 18 operadores turísticos con los que queremos impregnar el nombre de Caquetá y la Amazonía como un destino turístico nacional e internacional”.
En ese departamento, precisamente, han surgido iniciativas que vinculan a población firmante de paz y víctimas del conflicto en proyectos, por ejemplo, de turismo de aventura, realizando rafting por el cañón del Río Pato, en San Vicente del Caguán, entre varios otros proyectos.
Con él coincide Buanerges Rosero, gobernador de Putumayo, que asegura que: “El impacto [del Acuerdo de Paz] ha sido muy positivo, pues hoy en día se pueden visitar lugares a los que anteriormente no se podía acceder. De igual forma muchas familias han decidido cambiar los cultivos ilícitos por el turismo comunitario y turismo rural. Hay mayor seguridad para los visitantes y empresarios”.
En ese mismo sentido, el turismo de naturaleza se ha constituido también como una gran oportunidad para comunidades en todo el país.
El turismo de naturaleza: una oportunidad que hay que conservar
La riqueza natural de Colombia es un tesoro invaluable. Es, también, una enorme oportunidad para consolidar el turismo y en particular el ecoturismo, una industria que será fundamental, según el gobierno nacional, para hacer el tránsito hacia una economía más limpia y amigable con el medioambiente.
Eso, sin embargo, constituye un reto enorme: ¿cómo conciliar la consolidación del turismo sin que eso suponga un deterioro de los entornos de los que depende esa industria y el planeta en general?
En San Andrés, por un lado, una isla que cuenta con atractivos como la tercera barrera arrecifal más grande del mundo y que depende en un 90% del turismo, es fundamental generar estrategias para conservar los entornos al tiempo que se fortalece la industria.
“Sabemos que la cantidad de gente que llega a San Andrés ha tenido y tiene todavía un impacto sobre los ecosistemas, pero no tenemos otro sustento económico. Por eso tenemos varios planes, que hemos financiado con los recursos de la tarjeta de turismo, para mitigar esos impactos”, sostiene el gobernador Hawkins.
Y agrega: “En este momento, por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto con el gobierno holandés para prevenir y mitigar la erosión costera, que afecta mucho a la isla”.
Más allá de eso, en la isla hay ejemplos de cómo la industria del turismo y la conservación del medioambiente pueden convivir de manera efectiva e, incluso, complementarse.
El secretario Archbold asegura que hay algunas experiencias turísticas alrededor del buceo que llevan a los turistas a sembrar corales en sus ‘guarderías de coral’, contribuyendo con eso a la revitalización de un ecosistema que es fundamental para salud oceánica y la seguridad de la isla, pero que ha sido gravemente afectado por factores como la contaminación y los huracanes.
Asimismo, en Vichada, asegura el gobernador León, las comunidades indígenas han tenido un papel fundamental en la conservación de los territorios donde se desarrolla y de los cuales depende la industria turística: “los indígenas hablan mucho de eso, de la conservación del medioambiente. Han expandido esa conciencia de ellos de que no se puede acabar con lo que tenemos, hay que cuidar la naturaleza. El turista ahora llega consciente de eso”.
Y es que, en ese departamento, la mayor parte de la oferta turística depende de la naturaleza, de sus ríos, las playas que se forman a sus alrededores y a las que se puede acceder solo gracias a la pureza de sus aguas, sus cascadas, raudales y demás.
De ahí, entonces, que el gobernador sostenga: “Somos conscientes de que el desarrollo del turismo debe ir de la mano con el cuidado de la naturaleza”.
Con él coincide su homólogo de Putumayo, que asegura que, “el turismo es uno de los sectores que menor impacto negativo genera al ambiente, siempre que se haga de manera responsable”.
En ese sentido, asegura que se debe dar un estrecho trabajo de la institucionalidad con empresarios y otras entidades para velar por el “buen y correcto funcionamiento los prestadores de servicios turísticos para tener el menor impacto posible”.
Una industria que avanza y se consolida, pero que todavía tiene grandes retos
Ahora bien, aunque el turismo en Colombia avanza y se consolida cada vez más, todavía más con la urgencia de un Gobierno nacional que asegura que ese será uno de los reemplazos a la industria del carbón y los hidrocarburos, también es cierto que es una industria que tiene grandes retos.
San Andrés, por ejemplo, comenzó este año con una drástica reducción en el flujo de turistas que llegan a la isla y en el mes de febrero, esa tendencia no hizo sino intensificarse, representando, incluso, una reducción del 45% de los turistas con respecto al mismo periodo el año pasado, según asegura el secretario Archbold.
Eso se lo atribuyen, principalmente al aumento de los precios en el combustible a causa de la crisis económica global que se ha estado gestando, que ha vuelto muy costosa la operación de las aerolíneas hacia San Andrés.
“Hacer un vuelo a San Andrés les representa menos ganancias a las aerolíneas que hacer otros tres vuelos a otras ciudades en el mismo tiempo”, sostiene Archbold.
Además, son conscientes que, también a causa de una crisis global, la disposición de las personas a viajar de vacaciones va a ser menor que en años anteriores: “ahora tienen que escoger cuándo y a dónde viajar”.
De ahí, agrega Archbold, la relevancia de un espacio como la Vitrina Turística de Anato y de participar en ella como un invitado de honor: “En un mercado que ya es demasiado competitivo, tener este protagonismo en la feria más importante de Colombia y una de las más importantes de América Latina, es una ventaja que tenemos que aprovechar”.
Dice, entonces, que lo que buscan en estos días es mostrar toda la oferta de las islas y desde ahí, “motivar a regresar a las personas que ya han venido, así como darle el empujoncito a las que nunca han venido para que lo hagan”.
Pero, incluso, sin el protagonismo que tiene ese departamento en esta edición de la feria, esta se constituye como un espacio de gran importancia en general.
En Vichada, por ejemplo, donde el turismo apenas comienza a surgir como una industria y que tiene grandes retos en términos de conectividad aérea y acceso al departamento desde otros puntos del país, la feria es “demasiado importante”, dice el gobernador León.
Y agrega: “Estamos mostrando todas las maravillas que tenemos, y eso en todos los aspectos, porque incluso en nuestro trabajo diario de ganaderos hay turismo, hay fincas ganaderas que se dedican al turismo ahora también. Este es un espacio muy importante para nosotros”.
Con él coincide el gobernador Buanerges Rosero, que dice que para el Putumayo, la feria es un espacio de gran importancia “porque permite visibilizar el departamento y eso nos ayuda a llegar a usuarios y potenciales compradores. Es una vitrina que también permite mostrar lo que tenemos en el departamento de Putumayo, directamente de nuestros empresarios”.
Es así, entonces, que en la versión número 42 de la Vitrina Turística de Anato se congregan empresarios y operadores turísticos de todo el país con el objetivo de robustecer una industria que será fundamental para el futuro del país y que, por sus impactos económicos, de conservación ambiental y cultural, así como por su contribución en la consolidación de la paz, tiene un papel protagonista en el desarrollo a nivel regional, departamental y local.