Más allá de ser la planta icónica de nuestras 2,9 millones de hectáreas de páramos y un célebre personaje en las redes sociales, el frailejón es una especie fundamental para los ecosistemas y también para el abastecimiento de agua en varias ciudades del país.
1. Varias comunidades del país han dado usos medicinales a esta planta
En Colombia, distintas comunidades de campesinos llaman al frailejón ‘el monje del páramo’, debido a la semejanza de planta con la apariencia de los monjes.
Dentro de aquellas comunidades que han convivido con los frailejones, se utilizado esta planta en la medicina tradicional, entre ellos tratamientos para la tos y el dolor de oídos, por medio de sus hojas, o malestares generales, con infusiones de la resina del tronco.
También consideran que esta planta es capaz de prevenir tumores y que tiene propiedades antiinflamatorias.
2. Son alimento para osos y otras especies del páramo
Además de ser una de las principales fuentes de agua, lo frailejones cumplen una función como fuente de alimento para una parte de la fauna de páramo.
Animales silvestres como el chivito de páramo, colibrí característico del ecosistema, los borugos y los osos andinos incluyen en su dieta principal las flores y cogollos del frailejón.
“Las flores de los frailejones tienen una estructura compleja, compuesta por muchos capítulos, que son flores más pequeñas que conforman una sola. Estas son especialmente apetecidas por los colibrís”, señala Hermes Juez, biólogo de la Corporación Autónoma Regional del Tolima.
Además, los frailejones son indispensables, debido a su capacidad de almacenar agua, para la propagación de comunidad vegetal fundamental para los ecosistemas de páramo como musgos, líquenes y pequeños arbustos.
3. Pueden tardar hasta 100 años en crecer
Esta planta crece entre 1 y 2,5 centímetros por año, lo que hace que pueda tardar hasta 100 años en alcanzar su altura máxima.
Además, se destaca porque puede almacenar hasta 25 veces su peso en agua y “su longevidad y capacidad evolutiva les permite enfrentar las drásticas variables de temperatura que ha traído el cambio climático, aunque hoy estas especies se encuentran amenazadas”, señala Hermes.
4. En Colombia hay 91 especies y se siguen descubriendo nuevas
El 65 % de las especies de frailejones que existen a nivel mundial se encuentra en Colombia.
Y aunque el número ya era significativamente alto, a finales de 2021 el país alcanzó las 91 especies encontradas en el territorio nacional, pues fue identificada la ‘espeletia ocetana’, una especie nueva en el páramo de Ocetá, en Boyacá.
Según señala el biólogo, “con sus tallos altos y hojas más anchas hace una recolección más grande de agua en comparación con otras especies de dimensiones menores. Sin embargo, ya que su descubrimiento es reciente, se necesitan estudios complementarios para ir conociéndola más a fondo”.
5. Aparece en la moneda de 100 pesos
En 2012, cuando el Banco de la República inició la circulación de las, en ese entonces nuevas, monedas de 50, 100 y 200 pesos, la entidad decidió rendir homenaje a la biodiversidad del país en su diseño.
Desde ese entonces, la guacamaya bandera, el frailejón y el oso de antejos, tres especies que, como señala el Banco de la República, son “representativas de la biodiversidad colombiana” se convirtieron en símbolos que circulan en los bolsillos de las y los colombianos.
En el caso del frailejón, la entidad decidió incluirlo porque este solo se encuentra en los páramos de América del Sur, particularmente en la cordillera de los Andes en Ecuador, Venezuela y Colombia.