
Granja Vadama: un refugio rural de turismo sostenible y conciencia ambiental en Boyacá
Este proyecto familiar busca acercar a niños, jóvenes y familias a la vida rural y al origen de los productos agrícolas.

Este proyecto familiar busca acercar a niños, jóvenes y familias a la vida rural y al origen de los productos agrícolas.

Más allá de los destinos tradicionales de Semana Santa, hay pueblos que ofrecen experiencias auténticas llenas de fervor religioso, historia y naturaleza,

En María La Baja, la memoria, la naturaleza y la cultura narran una historia de transformación a través del turismo comunitario.

Biobservadores es un proyecto que busca transformar la manera como las personas se relacionan con la naturaleza en el Urabá y el Caribe Antioqueño. A través de recorridos guiados por biólogos, los viajeros aprenden sobre la importancia de los ecosistemas y el impacto de sus acciones en el medioambiente.

A través del trabajo liderado por comunidades indígenas, campesinos y firmantes de paz, el ecoturismo se ha convertido en una alternativa que impulsa la conservación y el desarrollo local en Cerro Azul, en la Serranía de La Lindosa (Guaviare)

De destino rojo a ejemplo de turismo comunitario. En Silvia, Cauca, el pueblo Misak, con su resiliencia y sabiduría ancestral, abre las puertas de su territorio para compartir su cultura y construir un futuro de paz y prosperidad a través del proyecto Casa del Colibrí.

La comunidad de María La Baja visibiliza los ecosistemas locales, promueve su conservación y revela historias de resiliencia.

El departamento del Cauca, asociado a la violencia y el conflicto, abre camino hacia una nueva perspectiva a través de iniciativas de turismo comunitario.

Los habitantes de este Punta Soldado desafiaron al mismísimo océano. A pesar de la erosión costera, se convirtió en un modelo de turismo sostenible.

El Hotel Magüipi convierte los plásticos y desechos orgánicos que produce y recoge en las playas de Buenaventura en muebles y compostaje.