La organización les ha otorgado ese título a nueve lugares con el objetivo de protegerlos. Van desde ecosistemas y caminos ancestrales hasta poblaciones de la época colonial, fundamentales para el desarrollo del país que conocemos hoy.
Puerto, fortalezas y conjunto monumental de Cartagena
Colombia debutó en la lista en 1984 con el que sigue siendo hoy uno de sus principales atractivos turísticos: la ciudad amurallada que rodea al centro de Cartagena y buena parte de las construcciones de la misma.
De acuerdo con Unesco, el reconocimiento se debe a que el conjunto es uno de los «más extensos y completos sistemas de fortificación militar en Sudamérica», entendiendo que se trata de una estructura representativa de los siglos XVI a XVIII.
Parque Natural Los Katíos
El primero de los tres patrimonios naturales que han ingresado a la lista internacional. Esta reserva de 72.000 hectáreas, cerrada al público, se encuentra en el corazón del Darién y el Urabá, entre Chocó y Antioquia, y es reconocida por sus ecosistemas de bosques y planicies húmedas.
Entre los parámetros tenidos en cuenta para inscribirlo en la lista en 1994, se destaca un rasgo particular: según con Parques Nacionales Naturales de Colombia su importancia en el intercambio de fauna y flora entre Centro y Suramérica, especialmente para especies en peligro como el jaguar, el manatí, el oso hormiguero gigante o el tapir centroamericano.
Centro histórico de Santa Cruz de Mompox
Fundado en 1539 a orillas del río Magdalena, este municipio de Bolívar se ha convertido con los años en uno de los mejores ejemplos de conservación de lo que fueron los pueblos de la colonia, con una sola particularidad: en vez de una sola plaza central, cuenta con tres, cada una con su iglesia. Todas están alineadas con el río, sobre lo que alguna vez fueron asentamientos indígenas.
Para la organización, una de las cuestiones que más impresiona tiene que ver con que los edificios coloniales siguen usándose en su mayoría para sus propósitos originales, ofreciendo una «ilustración excepcional» de lo que era un asentamiento rivereño español.
Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Como Mompox, entró a la lista de ‘tesoros’ de la Unesco en 1995, por revelar, entre otras cosas, la complejidad social y riqueza cultural de la cultura precolombina de Tierradentro, que habitó lo que hoy se conoce como Inzá, Cauca, entre los años 600 y 900 d.C.
Aunque se conoce muy poco de esta cultura, los estudios alrededor del parque han logrado determinar que las cámaras subterráneas, de hasta 12 m de ancho y 7 m de profundidad, son tumbas colectivas para los grupos élite de esa época. De ahí la presencia de vasijas, tallas y pinturas geométricas, antropomórficas y zoomórficas.
Parque Arqueológico de San Agustín
«El grupo más grande de monumentos religiosos y esculturas megalíticas en Sudamérica». Así describe la Unesco a este parque de 116 hectáreas en pleno Macizo Colombiano. Como sucede con Tierradentro, son más las misterios que las certezas que lo rodean, pues a falta de un mejor nombre, la cultura detrás de las tallas y estatuas sigue portando el de San Agustín.
Además de los por lo menos 500 ídolos de piedra, en el parque también se encuentra la Fuente de Lavapatas, un complejo entramado de canales y tallas de figuras humanas y zoomórficas sobre el lecho rocoso de una quebrada que todavía fluye.
Santuario de Fauna y Flora de Malpelo
Son 2.667.907,9 hectáreas de área protegida conformadas principalmente de aguas del océano Pacífico, aproximadamente a 500 kilómetros al occidente del puerto de Buenaventura, en las que todo tipo de actividad extractiva, contaminante o de pesca están totalmente prohibidas. Fueron inscritas a la lista de patrimonio en 2006.
Su importancia, reconoce la Unesco, radica en el hecho de que el lugar juega un papel importante en las dinámicas de reproducción de numerosas especies marinas, pues bajo el agua hay muros, cavernas y túneles con profundidades de hasta 3.400 m.
Paisaje Cultural Cafetero
Inscrito en 2011, es probablemente el más cercano de los patrimonios. Eso, si tenemos en cuenta que las 141.120 hectáreas, 18 centros urbanos, seis territorios dedicados a la agricultura y al menos 95.503 fincas son las responsables del café que llega cada día a cada mesa del país.
En palabras de la Unesco, es «una excepcional muestra de un paisaje cultural sostenible y productivo, que es único y representativo de una tradición». En ese sentido, se señala que la cultura cafetera ha sido la responsable de manifestaciones tangibles e intangibles como la organización social o la arquitectura local.
Qhapaq Ñan, el sistema de caminos de los Andes
El comité de la Unesco tomó la decisión de designar a este entramado, de al menos unos 30.000 km de extensión, como patrimonio en 2014, luego de determinar que lleva siglos conectando a toda Sudamérica. Cuenta con 273 puntos de interés. Los de Colombia están, en su mayoría, en Nariño.
Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete
Inaccesible durante décadas a causa del conflicto armado, esta reserva del tamaño de Haití, inscrita en la lista desde 2018, sigue siendo hoy un importante escenario de descubrimientos biológicos y culturales. Hasta 2019 se habían descubierto 328 especies de ambas familias, según Parques Nacionales.
Si bien las cifras se han convertido en imán para expertos en temas de biodiversidad, el parque tiene otro atractivo que le da un carácter mixto (natural y cultural) a su designación: las paredes de los 60 tepuyes que hay en el parque están cubiertas de por lo menos 75.000 pinturas rupestres hechas por comunidades indígenas hacia el 20.000 a.C.