Así trabajan para fortalecer la cultura ambiental en Soacha de la mano con la comunidad

Además de contar con la comunidad participando activamente en la vigilancia de la operación de contenerización más grande de Colombia, Urbaser también le ha apostado a la educación ambiental a través de cuentos infantiles escritos por niños de las veredas de Soacha.

Desde la llegada de Urbaser a Soacha, el municipio viene contemplando el componente ambiental desde una perspectiva más amplia. Hoy, además de conocer la importancia de una correcta gestión de residuos sólidos y de estar más conscientes de lo que ocurre con los mismos, los habitantes han comenzado a familiarizarse con términos como ‘sostenibilidad’, ‘Objetivos de Desarrollo Sostenible’, o ‘patrimonio natural’. 

Las estrategias para lograrlo han sido diversas. Van desde adecuación de la infraestructura hasta el acompañamiento en instituciones educativas locales con las que hacen alianzas para “cultivar buenos hábitos ambientales desde la primera infancia”, como explica María Fernanda Niño, líder regional de Sostenibilidad de la empresa, que se enfoca en el manejo de residuos sólidos en 30 países y que en Colombia lidera la operación de contenerización más grande del país.

El fortalecimiento de la relación con las comunidades ha sido clave para alcanzar estos logros, agrega la líder de sostenibilidad. La idea de la empresa es convertir a los habitantes de Soacha en actores que participen activamente de la cultura ambiental municipal, pues este es un tema transversal que no compete solo a los prestadores de servicios de aseo. 

'Cuéntame un cuento' es una de las estrategias de educación ambiental. Con esta, la empresa busca fortalecer el sentido de pertenencia por la riqueza ambiental de Soacha desde la primera infancia. / FOTO: cortesía Urbaser

Desde hace un tiempo, Urbaser viene transformando los rellenos sanitarios en los que opera en Parques Ecológicos y Tecnológicos que, entre otras cosas, han servido como espacios de formación académica para las universidades. 

Los parques también son centros que propician la vinculación laboral de jóvenes de veredas aledañas a través de proyectos productivos enfocados en el cuidado ambiental, como es el caso del vivero comunitario que lidera la Asociación para la Innovación Socioambiental La Yunga-AISAY, en la regional occidente.

En Soacha, por su parte, la educación también ha sido un motor para lograr una transformación social a través de alianzas con instituciones locales. Una de ellas es la Institución Baden Powell de la Comuna 1. Allí, la empresa ha sido un soporte para que niños y jóvenes complementen su formación teórica con contenidos prácticos.

“Urbaser nos ha capacitado en temas relacionados con la separación desde la fuente, reciclaje y reutilización de material. También nos ha ayudado a entender cómo lo que estamos haciendo en la institución ayuda a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde lo local. Los estudiantes ahora tienen mejores hábitos ambientales, más liderazgo y mayor sentido de pertenencia con lo que ocurre a nivel ambiental en la institución”, comenta Alexander Chacón, docente de la Institución Baden Powell.

En Soacha tiene lugar la operación de contenerización más grande de Colombia

Urbaser lidera el proceso de contenerización más grande de Colombia con un total de 2.200 contenedores instalados en las cinco regiones donde opera: Costa Atlántica, Centro, Nororiente, Eje Cafetero y Occidente. / FOTO: cortesía Urbaser

Soacha es un municipio conformado por seis comunas y dos corregimientos en los que Urbaser se encarga del 100% de las operaciones de servicios de aseo y recolección de residuos impactando a 200 mil personas afiliadas. En total, la empresa ha logrado instalar 2.200 contenedores en vía pública y propiedad privada, una cantidad que, además de ayudar a la tecnificación de sus operaciones, también ha contribuido a que la comunidad aumente su sentido de pertenencia con el mobiliario público. 

“De todas las empresas que prestan servicios de aseo en Colombia, Urbaser es la que tiene mayor cantidad de contenedores instalados, un logro que va de la mano con la formación al ciudadano”, comenta María Fernanda Niño.

El piloto de instalación de contenedores arrancó en diciembre de 2016. En ese entonces se instalaron 200 contenedores en Ciudad Verde, un sector de Soacha conformado exclusivamente por conjuntos residenciales. El objetivo era generar mayor eficiencia en las operaciones y disminuir los riesgos de los operarios durante las labores de recolección. Para ello, cambiaron las canecas azules de 50 galones que tenían que levantar entre 2 y 3 trabajadores por unos contenedores que solo debían jalar y enganchar en los vehículos. 

La comunidad se ha apropiado de estos contenedores y ahora son los líderes comunitarios los que reportan ante la empresa algún daño o necesidad de mantenimiento en los mismos. / FOTO: cortesía Urbaser

Con el tiempo, al ver el éxito de los contenedores, las comunidades comenzaron a solicitarlos en los demás barrios. La empresa contó con su apoyo tanto para solicitar los permisos ante la Alcaldía como para supervisar su correcto uso y estado. Además, los soachunos se comprometieron a mejorar sus prácticas frente al manejo de los residuos con acciones como el depósito de las bolsas en los contenedores en días, horas y puntos específicos. Esas acciones complementan el trabajo del Comité Nacional para el proceso de Contenerización, de la clínica del contenedor y también del supervisor encargado de toda la operación.

“El proceso no sería tan exitoso si estuviéramos solo como empresa o si ellos estuvieran solos como comunidad. Nosotros nos convertimos en la mano derecha de las comunidades para aportar a esa gestión de los residuos en una zona donde Urbaser no puede hacer ninguna intervención a la infraestructura vial, sin embargo los contenedores han sido una solución”, comenta Niño.

Uno de los casos más exitosos que registra la compañía es el del barrio Ciudadela Sucre, en la Comuna 4. Allí comenzaron adecuando un punto con seis contenedores; actualmente son 32 zonas contenerizadas (con 2 o 3 contenedores en cada una). 

Otra de las zonas intervenidas más exitosas es el barrio Villa Sofía, en la Comuna 1, donde durante más de cinco años la comunidad tuvo que convivir con una aledaña al humedal Tierra Blanca donde se presentaba una aglomeración de basura, escombros y desechos que, luego de la intervención de la empresa, se convirtió en un jardín o ‘cerca viva’.

Nosotros pagamos por un servicio de aseo y si uno lo solicita ellos vienen. Ellos, además de capacitarnos en temas ambientales, también nos han apoyado para generar un cambio en la comunidad. Como líder social lo que más me gusta es poder llevar las problemáticas de nuestro barrio a actores que nos van a ayudar a resolverlas, como Urbaser, comenta Daiana Jordan Ortega, líder social.

Cuentos para sembrar la cultura de cuidado ambiental desde la primera infancia

El libro 'Correría Nacional de Cuentos Ambientales' cuenta con un tiraje de 300 ejemplares que serán distribuidos en bibliotecas públicas, en encuentros literarios y en instituciones educativas. / FOTO: cortesía Urbaser.

Paralelamente, está la estrategia ‘Cuéntame un cuento’, una de las actividades que hace parte del proyecto Ecólogos en Acción del Programa de Educación ambiental del Área de Sostenibilidad de Urbaser. Con esta estrategia, la compañía le apuesta al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13, cuya meta es mejorar la educación y la sensibilización humana e institucional con respecto al cambio climático.

El primer acercamiento a las actividades literarias se dio en 2020. Ese año lo que hicieron fue identificar cuenteros o narradores orales de los territorios donde tienen incidencia a nivel nacional. 

En Soacha contactaron a Sebastián Párraga, autor de lo que es hoy la primera entrega del proyecto a través de la mesa municipal de cuentería. La idea era que el escritor, que vive en el municipio, creara una historia exaltando el Salto del Tequendama, uno de los activos naturales más conocidos de la región. Ese cuento lo socializaron con hijos de los colaboradores y proveedores, y también con niños de instituciones educativas locales.

«Con esa actividad buscamos avivar ese asombro y curiosidad de los niños por su territorio y la riqueza ambiental que este posee, para que luego ellos puedan aprender a habitarlo de una manera más responsable”, explica la líder regional de Sostenibilidad de la empresa.

Durante la pandemia, niños se conectaban todos los viernes a las 7:00 p.m. con sus familias a escuchar, también, los cuentos de las demás ciudades donde opera Urbaser. Todos esos textos se recopilaron y posteriormente se publicaron en el libro ‘Correría Nacional de Cuentos Ambientales’, dedicado a exaltar los activos ambientales de Soacha, Facatativá, Yumbo, el Eje Cafetero, Montería, Tunja y Duitama.  

Luego, en 2021, contrataron a Juliana Muñoz Toro, escritora experta en cuentos infantiles, para que dictara talleres de escritura creativa que dieron herramientas a los niños para ellos mismos pudieran escribir cuentos ambientales.

Urbaser también adelanta procesos de apoyo a instituciones educativas locales para capacitarlos en temas ambientales y hacer de los jóvenes líderes en los semilleros educativos de cada plantel. / FOTO: cortesía Urbaser

El lanzamiento del libro, que cuenta con 300 ejemplares, se realizó en el marco de una actividad llamada ‘El Parche Literario’, un espacio donde la comunidad soachuna descubrió que la empresa, además de dedicarse al manejo de residuos, también adelanta procesos de concientización ambiental a través del fomento de la lectura y del reconocimiento de la riqueza ambiental del municipio.

Los ejemplares del libro, además de regalarse durante los encuentros, también están siendo donados a instituciones educativas en las que Urbaser adelanta procesos y en la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Soacha

«Urbaser nos ha capacitado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lo que aprendemos lo podemos replicar en el colegio. Los de 11° lideramos los semilleros ambientales, conformados por 20 personas, y nos encargamos de organizar visitas a sitios, talleres, protocolos de juego, supervisión de la correcta disposición de residuos», comenta Paula González, una de las estudiantes de la Institución Baden Powell que más se ha destacado por su disposición para contribuir al mejoramiento de las prácticas ambientales en su colegio.