Un grupo de campesinas de San José del Guaviare liderará el mantenimiento de un sistema silvopastoril de 80 hectáreas. Esto con el fin de demostrarle a los ganaderos del departamento que se puede generar ingresos y contribuir a la reforestación del territorio al mismo tiempo.
Después de cinco años de estar construyendo la propuesta, 44 mujeres residentes en Guaviare finalmente recibieron los insumos necesarios para poner en marcha un proyecto silvopastoril con el que buscan demostrarle al departamento los beneficios ambientales que genera esta práctica en la vida ganadera.
Se trata de la Asociación de Mujeres de San José del Guaviare (Asomujer), un grupo de mujeres cabeza de familia que presentaron el proyecto productivo ante la Asociación de Desarrollo Rural gracias al apoyo de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente de la gobernación. La propuesta caló, principalmente, por dos motivos: le hace frente al problema de deforestación que atraviesa el Guaviare y, además, se muestra como un proyecto productivo con posibilidades de expansión comercial a largo plazo.
Para Luciana Correa, de 54 años, y una de las beneficiarias del proyecto, esto ha representado “una oportunidad para que muchas mujeres salieran de negocios ligados a la coca y empezaran a generar ingresos para sus familias”.
Luciana explica que el terreno fue una donación y abarca una extensión de 250 hectáreas de sabana. Está ubicado en el corregimiento de Charras, en San José del Guaviare. De esas 250 hectáreas, ochenta se están adecuando con la renovación de praderas para poder sembrar el bosque, marcar la división de potreros con los árboles y, posteriormente, introducir el sistema silvopastoril con las sesenta vacas y dos toros que recibieron por parte de la entidad estatal.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura explica que los sistemas silvopastoriles son “una forma de combinar árboles con pasturas y animales dentro de una misma parcela”. Es decir, el espacio se convierte en una combinación agricultura con actividad pecuaria, estrategia que genera un menor impacto en el ambiente que la ganadería extensiva.
En los sistemas silvopastoriles, los árboles trabajan en favor de los animales y generan fuentes de ingresos adicionales ya que, por ejemplo, se pueden comercializar sus frutos.
Las personas, además de dedicarse a la comercialización de carne bovina, también se convierten en agentes de cambio al contribuir con la reforestación. De hecho, es bien conocido que la cantidad y calidad proteica tanto de la carne como de la leche que se extraen del ganado aumenta cuando se les disminuye el estrés térmico, o sea, cuando se crían bajo árboles que les aportan sombra.
“Nosotras vamos a ser empresarias del campo y también cuidadoras de la naturaleza. Es un honor que abanderemos este proyecto”, menciona Luciana, madre cabeza de familia.
La Asociación contará adicionalmente con la asistencia de un médico veterinario, un corral en cemento y varias capacitaciones del Sena con las que reforzarán temas como el manejo de potreros y ganado.
A futuro, cuando el terreno esté reforestado y con las parcelas divididas, Luciana comenta que esperan poder especializarse en la producción de leche y alimentos derivados luego de construir una planta de tratamiento dentro de la misma finca.
Implementar este tipo de proyectos resulta relevante sobre todo en zonas como Guaviare, donde la deforestación por ganadería extensiva es una de las principales causas de degradación de la Amazonía colombiana. El sueño de la Asociación de mujeres de San José del Guaviare es hacer que las casi 5 mil personas vinculadas a actividades ganaderas en el departamento tomen conciencia a partir de su ejemplo de que sí existen alternativas sostenibles para trabajar la tierra.